MUNDO
10 de noviembre de 2019
Cerraron los comicios en España: se impone el socialismo
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez emite su voto en una casilla electoral en Pozuelo de Alarcón, Xinhua.
Con menor participación que en las elecciones de abril, Pedro Sánchez volvería a ganar las elecciones en esta repetición electoral.
Cerraron los colegios electorales en España, donde 37 millones de empadronados fueron convocados a votar para que un nuevo Parlamento resuelva el bloqueo político que mantiene paralizado al país desde hace meses.
Con menor participación que en las elecciones de abril, Pedro Sánchez volvería a ganar las elecciones en esta repetición electoral, según un sondeo de la consultora GAD3 para la televisión pública española.
A pesar de no haber sido capaz de formar un gobierno y, por lo tanto, haber arrastrado a los españoles a votar dos veces en seis meses, el PSOE sería el partido más votado aunque bajaría la cantidad de diputados que obtuvo en abril. De los 123 escaños pasaría a tener entre 114 y 119.
No lograría la mayoría necesaria para poder gobernar solo. Será preciso acordar con otras fuerzas.
"La democracia ha sido la principal y mejor herencia que nos han dejado nuestros padres y nuestras madres. La democracia nos hace más fuertes", dijo Sánchez cuando votó este domingo por la mañana.
El Partido Popular mejoraría su rendimiento en las urnas -obtendría entre 85 y 90 diputados- después de una campaña electoral en la que su líder, Pablo Casado, se mostró más moderado que en las elecciones de abril, cuando los partidos de derecha -PP, Ciudadanos y Vox- quedaron desdibujados, empastados y superpuestos disputándose el liderazgo de la derecha.
"Soy consciente de que ya son cuatro elecciones generales en cuatro años, son ya tres citas electorales en apenas ocho meses pero es muy importante que hoy se vote masivamente -había pedido Casado por la mañana-. Es la herramienta que tenemos para estas elecciones que muchos han ya interpretado como una segunda vuelta a las de abril."
Vox, la fuerza de ultraderecha a la que todas las encuestas vaticinaban como la que más crecería, obtendría un gran resultado y se convertiría en la tercera fuerza política: de los 24 escaños de la legislatura anterior, pasaría a tener entre 56 y 59.
Ciudadanos, que enfrentó estas elecciones en un estado de salud frágil por los volantazos de su líder, Albert Rivera, y el sangrado que provocó el alejamiento de varios dirigentes en desacuerdo con las decisiones de Rivera, se desplomaría: quedaría con unos 15 escaños. "Si el centro no se ensancha, ganan los extremos. Si volvemos a rojos y azules, no hay matices, no hay acuerdos, no hay puentes. Hay barreras. Esta noche tenemos que celebrar que España se pone en marcha. Que podamos hacer un gobierno sensato, liberal, constitucionalista", dijo Rivera por la mañana.
Unidas Podemos, el partido de Pablo Iglesias que nació de los indignados, también se desinflaría, aunque no tan violentamente como Ciudadanos: de los 42 diputados que consiguió en abril, ahora se quedaría con entre 30 y 34.
"Vamos a tender la mano al Partido Socialista. Pensamos que combinar la valentía de Unidas Podemos con la experiencia del Partido Socialista podría convertir a nuestro país en un referente en políticas sociales. Vamos a dejar atrás los reproches", dijo Iglesias apenas emitió su voto.
A las seis de la tarde, dos horas antes del cierre de los comicios, el 56,86 por ciento del electorado ya había votado, casi 4 puntos menos que el porcentaje de personas que lo había hecho, a la misma hora, en las elecciones de abril.
A pesar de haber ganado las elecciones, las especulaciones del socialdemócrata Pedro Sánchez de hace dos meses, cuando optó por torcer la falta de acuerdo para formar gobierno hacia una repetición electoral, no darían los frutos previstos. Ni la actuación del gobierno en el escenario de la Cataluña post-sentencia del Tribunal Supremo que condenó a los líderes que intentaron declarar la independencia en 2017 ni la exhumación de los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos han endulzado el ego del PSOE con los votos que esperaban. No en vano, de los 37 millones de españoles llamados a las urnas, el 38 por ciento ni siquiera había nacido cuando murió Franco, en 1975.
Del total del padrón convocado a participar en estas elecciones, 35 millones residen en España mientras que dos millones viven en el exterior. Argentina es el país con mayor cantidad de residentes españoles: suman cerca de 400 mil, muchos de los cuales votaron por correo.
El voto por correo bajó un 26,7 por ciento respecto de las elecciones generales del 28 de abril: esta vez votaron 980.000 personas por correo. En la cita electoral anterior, 1.300.000 lo hicieron.
Otro dato novedoso de estas elecciones en España: el censo sumó 230.000 jóvenes que cumplieron 18 años entre las elecciones generales del 28 de abril y éstas. Representan el 0,6 por ciento del padrón, el más numeroso que España haya tenido en toda su historia.
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