El aumento del precio rondará entre el 5% y 6%, con el argumento de que se actualizaron los impuestos a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono, que se había postergado en los meses anteriores.

Según los cálculos de los profesionales del sector, la suba impactará en poco más del 2% en los precios finales de las naftas y el gasoil en los surtidores de las estaciones de servicio. De todas formas, las empresas petroleras podrían sumar algún porcentaje más.
“Se debería actualizar el impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono a partir del 1° de diciembre.

Es un 12,56% del total de impuestos, pero quedaría aproximadamente en un 2,4% para la nafta súper; un 2,1% para la nafta premium; un 1,7% para el diésel; y un 1,5% para el diesel premium”, expresó Gabriel Bornoni, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha).

Por su parte, desde la Secretaría de Energía señalaron que no está previsto volver a posponer el impuesto, pero Bornoroni no lo descartó, teniendo en cuenta que este mismo lunes hubo una postergación de los aumentos en las tarifas del gas.

“Actualizar la carga impositiva es una potestad del Gobierno. Si el Gobierno, a través de la AFIP, no actualiza la carga impositiva, es más difícil que las petroleras actualicen el precio final de los combustibles”, explicó el directivo de Cecha a medios periodisticos.

El último aumento se produjo el 14 de noviembre, mismo día en el que finalizó el congelamiento de precios de los combustibles. En aquella ocasión, la suba fue de un 5%, a partir del cual la nafta súper quedó en $51,54, mientras que el diesel en $48,09.