La respuesta que tanto esperaban las tres víctimas de abusos sexuales en las sedes del instituto Próvolo de Mendoza y de La Plata -junto a sus familiares, abogados y ONGs que las acompañan en Roma- finalmente llegó; pero no fue la que esperaban. Por medio de la Secretaría de Prensa del Vaticano, la Santa Sede respondió al pedido de audiencia pública que habían hecho los jóvenes y los representantes de Xumek y ONG; y descartaron una audiencia pública con Francisco. En su lugar, ofrecieron reunirse con una "persona de la Santa Sede en representación del Papa" -según se desprende del mail que esta tarde mandaron a los abogados de Xumek (y quienes los representan en la causa), y propusieron hacerlo en un encuentro privado del que solo podrían participar las víctimas y sus familiares (sin los representantes de Xumek y Ending Clerical Abuse). Además, desde la Secretaría de Prensa de la Santa Sede ofrecieron hasta intérpretes de Lengua de Señas para facilitar la reunión con el enviado del Papa ofrecido; y quienes luego le llevarían las conclusiones del encuentro al sumo pontífice.

Gentileza

No obstante, las víctimas y los abogados y representantes de las ONGs rechazaron esta contra propuesta; insistiendo en que "es solo el Papa Francisco la autoridad a cargo de evitar el delito de encubrimiento y reparar a las víctimas por el daño ocasionado por sus sacerdotes".

En ese sentido, y dada "la gravedad del caso" -según expusieron los representantes de las víctimas en el mail de respuesta-, destacaron además que "las víctimas deben estar asesoradas legalmente porque es su decisión, su derecho humano". Esto último ante la negación del Vaticano a una audiencia privada en lugar de una pública como habían solicitado.

Intercambio de mails entre las víctimas y el Vaticano. | Gentileza

"Una reunión privada sería contraria a la publicidad de los actos de gobierno de cualquier autoridad de un estado moderno".

El Papa ya tiene las denuncias contra sus enviados

Luego de oficializarse que no mantendrían una audiencia privada y de que las víctimas rechazaran la reunión privada con un "representante del Papa"; los abogados de Xumek, Sergio Salinas y Lucas Lecour hicieron llegar oficialmente a la Santa Sede las denuncias y oficios contra el vicario judicial apostólico, Dante Simón, y contra el interventor designado por Bergoglio, Alberto Bochatey.

Gentileza

Son las mismas denuncias y oficios que son parte de las causas penal y civil en la Justicia argentina; y que también fueron presentadas durante los últimos días en la ONU. En ellas se expone la falta de colaboración y el encubrimiento de estos personajes dentro de la causa judicial que investiga los abusos sexuales en el instituto para chicos sordos (en Mendoza ya fueron condenados a 45 y a 42 años los curas Horacio Corbacho y Nicola Corradi, como autores de los abusos).

La documentación fue remitida por dos medios: vía mail a la misma Secretaria de Prensa de la Santa Sede y vía correo postal al domicilio del Vaticano.

Intercambio de mails entre las víctimas y el Vaticano. | Gentileza

Los oficios incluyen las múltiples citaciones y solicitudes del fiscal Gustavo Stroppiana y del Ministerio Público Fiscal para que tanto Simón como Bochatey remitan la información con que ellos contaban a partir de la investigación canónica.

También hay un intercambio de mails entre los abogados de los jóvenes y el interventor del Próvolo, donde Bochatey se excusa de no compartir la información recabada en el proceso eclesiástico.

Tampoco hubo reunión con quienes investigan

La Congregación para la Doctrina de la Fe es la dependencia de la Santa Sede de la que dependen las órdenes, como las que administraban las sedes del Próvolo en todo el mundo. Son ellos además quienes encabezan la investigación eclesiástica, de la que no hay novedades ni trascendidos hasta el momento.

Gentileza

Durante el día de hoy, las víctimas y sus representantes intentaron ser recibidos y mantener una audiencia con sus representantes. No obstante, esto no fue posible tampoco.

Mañana sábado, en tanto, habrá un encuentro con víctimas de abusos eclesiásticos de todo el mundo en la Plaza de San Pedro, la "puerta de entrada" del Vaticano.