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16 de marzo de 2020

Rasgos característicos de la función ejecutiva

En general se puede considerar que se encargan de controlar y autorregular la actividad mental. Foto:Ilustrativa

Por: Redacciòn FM Fleming"Magazine"

Resolver problemas depende de las funciones ejecutivas se se sostienen en el conjunto de habilidades y procesos cognitivos.

La Función ejecutiva Es Un Conjunto de Procesos mentales para Llevar un cabo Actividades cuentos de como la Planificación, Organización, Estrategias, prestando Atención a los Detalles y Recordar, y la Gestión del Tiempo y el Espacio.

Se entiende por funciones ejecutivas el conjunto de habilidades y procesos cognitivos que nos permiten adaptarnos con éxito al medio y resolver problemas a partir de la integración de las diferentes informaciones disponibles, pudiendo realizar conductas propositivas gracias a ellas.

En general se puede considerar que se encargan de controlar y autorregular la actividad mental y los recursos cognitivos, participando en aspectos como la motivación o la moral además de en el procesamiento de la información y el control de la conducta. Se trata de una serie de habilidades que no resultan completamente innatas, sino que se adquieren y desarrollan a lo largo del ciclo vital y del desarrollo del individuo. De hecho alguno de ellos no terminan de madurar hasta alrededor de los veinticinco años de edad, siendo esto algo vinculado a la maduración cerebral.

Asimismo, las funciones ejecutivas tienden a decaer según se va envejeciendo, tanto de manera normativa como si se dan problemas neurológicos.

Localización cerebral

La región cerebral que más se ha vinculado a dichas funciones se encuentra en el lóbulo frontal. Concretamente es una parte de dicho lóbulo, la corteza prefrontal es la que tiene mayor relevancia a la hora de gestionar este conjunto de habilidades.

Daños en esta región provocarán graves dificultades en los procesos mentales superiores que permiten la gestión de la conducta, como puede observarse en diferentes trastornos y traumatismos. Además, el desarrollo de las funciones ejecutivas se vincula en gran medida a la maduración cerebral del prefrontal, el cual no acaba de producirse hasta la edad adulta. Pero ello no quiere decir que las funciones ejecutivas se deban únicamente a la corteza prefrontal.

Al fin y al cabo, la información que permite que se llevan a cabo procesos como la planificación y el razonamiento proviene en gran parte de otras áreas cerebrales. Por ejemplo, destacan estructuras como el sistema límbico, el hipocampo, los ganglios basales o el cerebelo.

¿Qué tipo de funciones se incluyen?

Razonamiento

Ser capaz de emplear las distintas informaciones y ver las posibles conexiones entre ellas, así como elaborar posibles explicaciones.

Planificación

Esta función ejecutiva es la que nos permite elaborar planes de actuación. Permite generar una serie de pasos que nos llevarán a una meta concreta.

Fijación de metas

Vinculada a la motivación, se trata de la habilidad que nos permite que decidir cómo invertir nuestras energías y hacia dónde dirigir nuestras conductas.

Toma de decisiones

Se trata de la habilidad que nos permite determinar qué opción escoger entre las múltiples que se nos pueden presentar.

Inicio y finalización de tareas

Aunque puede parecer extraño, iniciar las tareas en un momento concreto supone una actividad cognitiva importante. Lo mismo ocurre con la capacidad de determinar cuándo debe finalizarse una acción.

Organización

Se trata de la capacidad de aunar y estructurar la información de manera eficiente y útil.

Inhibición

La capacidad de inhibición es otra de las funciones ejecutivas y una de las más relevantes. Se trata de la habilidad que nos permite regular nuestras actuaciones mediante la detención de la conducta.

Hace que seamos capaces de resistir impulsos concretos, cesar una acción e impedir que informaciones inocuas interfieran en nuestra conducta.

Monitorización

Se refiere a la habilidad de mantener la atención sobre la tarea y regular qué y cómo estamos haciendo lo que estamos haciendo.

Memoria de trabajo verbal y no verbal

Se trata de la capacidad para almacenar la información de manera que el sujeto pueda operar con ella más adelante. Tanto a nivel verbal como no verbal.

Anticipación

Esta capacidad permite prever de antemano los resultados de una acción y/o sus consecuencias.

Flexibilidad

La capacidad de ser flexible es la que nos permite cambiar nuestro modo de actuar o pensar ante posibles cambios ambientales o modificar acciones en marcha.

Algunos trastornos en los que aparecen alteradas

Diferentes trastornos y lesiones en el cerebro pueden provocar que las funciones ejecutivas no puedan llevarse a cabo correctamente, provocando importantes problemas de adaptación. Algunos de los trastornos con afectación en esta área pueden darse desde la infancia, como ocurre con las personas que padecen

TDAH.

Estos niños presentan problemas tales como dificultades para iniciar una tarea, poca capacidad de inhibición y para elaborar y seguir planes o problemas para retener información en la memoria de trabajo. Otros trastornos en los que este sucede son las demencias, en las que el proceso neurodegenerativo provoca una afectación que dificulta mantener las funciones ejecutivas.

Ejemplos de ello lo podemos encontrar en demencias como la provocada por la enfermedad de la Corea de Huntington, o las demencias frontales. En cualquier caso, incluso sin ningún tipo de trastorno las funciones ejecutivas suelen empezar a presentar cierto declive a partir de la sexta década de vida, de manera normalizada.

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Referencias bibliográficas:

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(Editorial Círculo Rojo, 2018).



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