EFEMÈRIDES
20 de junio de 2020
Manuel Belgrano a 200 años de su muerte ¡Viva la Patria!
Qué hizo en vida Belgrano para seguir tan vigente.
Los hitos de la vida de Manuel Belgrano, rescata su importancia estratégica para sentar las bases del país, resalta su entrañable amistad con San Martín, su apuesta la educación y su visión política que no fueron entendidos.
Los hitos de la vida de Manuel Belgrano a 200 años de su muerte, rescata su importancia estratégica para sentar las bases del país, resalta su entrañable amistad con San Martín, su apuesta la educación y analiza aspectos de su visión política que no fueron entendidos.
En el imaginario de todos los argentinos Belgrano es el creador de la bandera, pero es mucho más que simplemente aquel que nos legó la enseña patria. Por supuesto, ese es un símbolo muy importante que representa nuestro país en el mundo, pero reducirlo a ese solo hecho es injusto. Belgrano fue sin duda “el hombre indicado para fundar la Nación”. En este año Belgraniano por excelencia, donde recordamos 250 años de su nacimiento y 200 de su fallecimiento, es el momento preciso donde toman mayor importancia y relevancia sus enseñanzas, principios y legado. Esperemos que continúen con mayor auge y fuerza no sólo los homenajes sino especialmente el rescate de sus palabras y enseñanzas, por ser uno de nuestros padres fundadores de la Patria y uno de los grandes líderes que legó nuestro país a la historia la humanidad.
Es muy difícil sintetizar la vida de un hombre de tantas ideas y tanta acción en sólo cinco hitos, a pesar de su corta vida (promedio para la época, pues vivió 50 años). Su paso como Secretario Perpetuo del Consulado, en la época virreinal, desde donde desarrolló sus tesis económicas y también comenzó su gran producción periodística; su acción en la Revolución de Mayo como uno de los conductores, líderes e ideólogos del proceso revolucionario; su paso por el Ejército del Norte defendiendo la frontera e involucrándose como uno de los primeros generales de nuestros nacientes ejércitos patrios en la defensa de la Independencia; su prédica y acción, y sobre todo su influencia en el proceso independentista, por ejemplo en el Congreso de Tucumán y en la Declaración de Independencia, en común acuerdo con José de San Martín. Todos ellos son grandes hitos de una vida pública ejemplar de entrega y servicio a la Nación.
La amistad entre San Martín y Belgrano es muy interesante, atípica y con muchos ribetes que permiten un profundo análisis. Hemos ahondado mucho en ese vínculo, incluso hemos publicado un trabajo extenso, “La amistad en Tiempos de Revolución: entre Belgrano y San Martín”. Hay que recordar que eran muy distintos en sus orígenes, su formación y su vida. Belgrano viene de una familia muy acomodada y rica que le permitió obtener una educación privilegiada, convirtiéndolo en uno de los hombres de mayor formación, preparación y solidez académica de la época, que a partir de esa formación y preparación académica y cultural desde muy joven descolló, incluso cuando estudiaba en Europa. San Martín es de una familia de menos recursos, que vive del salario de su padre (un oficial del ejército español), situación que sumada a la vocación familiar netamente militar llevan a San Martín muy tempranamente a ingresar al ejército español, en donde va a destacar por su valor, pericia, inteligencia y disciplina. Al mismo tiempo va adquiriendo una gran formación -quizás más autodidacta- pero también con una sólida base intelectual y cultural. Tienen en común una amplia formación cultural y el dominio de distintos idiomas, lo que les permitía acceder a lecturas y bibliografía privilegiada para la época. Los dos cuentan con frondosas bibliotecas y una clara inclinación a la educación.
Sin duda la causa por la independencia y la libertad termina uniendo a Manuel y a José, con una coincidencia absoluta en esta entrega de ambos por un objetivo superior, por un bien común que será la causa de la independencia Sudamericana.
Belgrano y San Martín están unidos por un fuerte convencimiento de que para sostener la independencia la ilustración y la educación son más poderosas que las armas y, sobre todo, para el progreso de las nuevas Repúblicas que se iban formando en América.
Hermanos de causa. "Esa unidad de objetivos implicaba trabajar de manera sistemática para lograr la independencia y la Constitución de las Nuevas Repúblicas que se formaban a partir de la acción independentista. Hoy diríamos que los unió tener objetivos estratégicos y un plan maestro similares. Creo que tienen mucho más puntos en común que diferencias, eso permitió que se autodenominaran “hermanos de causa”. La amistad continuó casi hasta los últimos días de la vida de Belgrano, a pesar de que sus caminos siguieron rutas distintas. Belgrano emprenderá su misión diplomática a Europa junto a Rivadavia, volverá, actuará políticamente en Tucumán, le tocará continuar su tarea en el ejército del Norte, luego quedará preso de las luchas internas entre Buenos Aires y el Litoral, mientras que San Martín estará próximo emprender la campaña libertadora del Perú. Y nunca más se volverán a encontrar, pero siempre estarán atentos uno del otro, a través de un fuerte vínculo epistolar, ya fuera por correspondencia directa o a través de cartas de amigos y conocidos en común".
La monarquía constitucional incaica propuesta por Belgrano al Congreso de Tucumán por cierto ha sido muy criticada y a veces desvirtuada en el análisis. Se basaba en lo que Belgrano había podido percibir durante su misión diplomática en Europa desde fines de 1814 a 1816. Él regresa justo cuando comenzaban las reuniones del Congreso de Tucumán y en la sesión secreta del 6 de Julio expone con énfasis la necesidad de declarar prontamente la independencia (en esto coincidía con San Martín). Pero además expresó su tesis de un gobierno monárquico constitucional con un inca a la cabeza. Esto tenía una concepción muy interesante: rescatar la dinastía incaica, es decir rescatar nuestros orígenes y de esta manera atraer la adhesión de la mayor cantidad de población, que eran por supuesto los pueblos originarios que habían poblado nuestra América. Además tenía la idea de poder enfilarse en los regímenes mayoritarios que regían el mundo, sobre todo Europa, y que eran los monárquicos. Eso sí, con una monarquía temperada, una monarquía constitucional que permitiera a los patriotas asumir el rol de autogobierno que se había pronunciado casi desde principios de la Revolución de Mayo. Esto además apuntaba a frenar la contrarrevolución y la terrible guerra que se estaba desarrollando con España por la independencia.
La idea de esta monarquía incaica monarquía constitucional o monarquía atemperada el estilo inglés tenía como objetivo lograr rápidamente la aceptación de la independencia de las provincias de Sudamérica por parte de las principales potencias del mundo y parar la guerra.
Belgrano y San Martín coincidían que era necesario terminar la guerra de la independencia, la cual estaba significando muchas vidas, muchos recursos y además veían en la propia guerra el germen de la división y las luchas intestinas. Consideraban que iba a significar un retraso y una página muy negra para las nuevas repúblicas. Si la guerra se extendía por mucho tiempo, incluso perjudicaría la formación de las nuevas repúblicas. Por eso decimos que eran hombres de una gran visión porque se anticipaban a lo que estaba ocurriendo y avizoraban lo que podía ocurrir después si la guerra de la independencia -como lo dijeron ambos- se extendía mucho tiempo más en perjuicio de la América.
Se dice que en su estadía en España había pergeñado un plan de acción con "avanzadas ideas".
Si bien había ido para estudiar leyes y terminó recibiéndose de abogado, lo cierto es que derivó sus estudios y su interés en la economía política, las ideas políticas y sociales imperantes en la Europa de las Luces. También en el desarrollo social, en especial en el bienestar de las comunidades y el desarrollo y progreso de los pueblos. Allí fue interesante su formación en economía política, adhiriendo a la idea de los fisiócratas, del liberalismo económico en su fase fundacional y, sobre todo, en lo que después él va a propiciar: el fomento de la agricultura el comercio y la industria. Lo que hoy podríamos decir un programa de desarrollo económico, político y social, coherente y sustentable para un país. Además con una visión muy federal, porque cuando vuelve y desarrolla sus ideas a través de su cargo de Secretario Perpetuo el Consulado Buenos Aires. Desde 1794 hasta las primeras invasiones inglesas, Belgrano desarrolló una verdadera teoría económica sentando las bases de lo que podría haber sido el desarrollo económico y federal de las futuras Provincias Unidas del Río de la Plata. Algunas de sus ideas se aplicaron, pero muchas otras no. Gran parte de sus programas sufrieron una fuerte oposición e incluso muchas fueron desautorizadas por el gobierno virreinal en un principio. Muchas tampoco pudieron ser aplicadas por los primeros gobiernos patrios, porque todo estaba centrado en la guerra de la independencia. Décadas después, cuando llegó el momento del desarrollo del país, de la de la pacificación y unificación, muchas ideas de económicas de Belgrano se perdieron en el tiempo.
"Sin duda tenemos que retomar su legado económico, político y social porque tenía una mirada muy interesante de lo eran las economías en cada una de las provincias que conformaban el virreinato, después las provincias unidas del Río de la Plata y, sobre todo, una visión muy federal".
La sensibilidad social. "Además de resaltar su formación económica, política y social amplia, como su visión sobre el bienestar general, el bien común y el desarrollo de la comunidad, vale detenerse en su mirada sobre la pobreza y la miseria de las comunidades, doliente y apasionado. Así lo escribe como periodista en los distintos periódicos, tanto de la era virreinal como después ya en la época independiente. Belgrano observa la gran miseria en que vivían gran parte de las familias de la ciudad y la campaña, los alrededores de la ciudad de Buenos Aires, algo que se repetía en distintas regiones de las provincias unidas. Esa gran miseria le dolía mucho y la daba a conocer a través de su pluma en los 'papeles públicos' de la época. Luego lo vivenciará en el norte, en su periplo como general de los ejércitos del Norte, donde incluso se ocupó con su fortuna personal para combatir el hambre y la pobreza, incluso de sus propias tropas".
Una de sus grandes obsesiones fue sin duda la educación. ¿Confiaba más en apostar a la formación antes que en el desarrollo militar?
-La educación, la ilustración o el fomento de las letras va a ser uno de los grandes objetivos de Manuel Belgrano. Incluso muy tempranamente en su vida pública, cuando recibe el premio por las victorias de Tucumán y Salta y le entregan el título de Benemérito de la Patria, se lo empieza a considerar incluso Padre de la Patria, recibiendo los primeros premios monetarios. Uno muy importante lo destina a la fundación de cuatro escuelas en el norte. Además va a escribir los reglamentos para la educación y a ser uno de los constitucionalistas fundacionales. Belgrano es uno de los grandes defensores de la educación, como promotor del desarrollo de la cultura y de la generación de riqueza que él atribuye al desarrollo de la agricultura del comercio y la industria. Por eso hablaba del país de la felicidad, pero al cual anexaba esa generación de riqueza a través de actividades basadas en una fuerte formación.
"Fue uno de los primeros en propiciar no sólo la educación de los hombres, que era lo común en esa época, sino también de las mujeres. Esa fuerte impronta de universalidad de la educación marcó a las nacientes repúblicas y a lo que después sería la Argentina".
- Siendo un estudioso como lo sos de su vida y obra, ¿cómo creés que lideraría hoy un país en pandemia? ¿Qué estrategias intuís que aplicaría en lo político, lo social y lo económico, en función de cómo se movía en lo táctico?
- Por mi formación, profesión y principios personales, abordo la vida de Belgrano y San Martín como modelos de líderes éticos. Una de las definiciones que utilizo mucho en mis escritos y publicaciones es “Padres Fundadores como modelos de líderes éticos para la construcción de una nueva nación”. Creo que en sus enseñanzas y su legado, especialmente en este año Belgraniano, son un acervo para poder retomar un camino de libertad, prosperidad, justicia y equidad. Podemos encontrar directrices, una partitura para una gran orquesta que no desafine más y comience a tocar una gran melodía, que sea la de un destino común de prosperidad y desarrollo social y sustentable, con un gran acervo de capital humano. Un camino a seguir para equilibrar muchas cosas que no funcionan incluso desde hace décadas en nuestras “jóvenes repúblicas” en toda la región.
"Sus enseñanzas deben cobrar vigencia desde los modelos de líderes que tenían una gran coherencia entre su pensamiento su palabra y su acción. Coherencia y credibilidad en su pensamiento, palabra y acción".
Es difícil resumir la vida de Belgrano en muy pocos párrafos, sintetizar sus múltiples y sus innumerables servicios a la patria, también lo es escoger una frase, pero me quedo con dos: "Mucho me falta para ser un verdadero Padre de la Patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella". Y la última: "Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado".
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