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23 de junio de 2020

Murió Joel Schumacher, director de Un día de furia y Batman y Robin

Joel Schumacher en su debut como director en cine fue con La increíble mujer diminuta .

Por: Redacciòn FM Fleming"Magazine"

Un repaso por sus éxitos, su fracasos, su estilo. Su mejor frase: “Soy un sobreviviente de los años 60 que se quedó demasiado tiempo en la fiesta”.

El director Joel Schumacher, recordado por Batman Eternamente y Un día de furia, entre otras películas, murió en su ciudad natal, Nueva York, luego de haber luchado contra un cáncer durante los últimos doce meses. Tenía 80 años.

Sus comienzos no estuvieron ligados al cine. Luego de haber estudiado diseño de indumentaria, trabajó durante un tiempo en la industria de la moda en Nueva York hasta que se dio cuenta de que su verdadero deseo era ser parte de la industria audiovisual.

Se mudó a Los Ángeles e hizo dos de sus primeros trabajos como diseñador de vestuario en El dormilón (1973) e Interiores (1978), de Woody Allen, uno de los primeros en decirle que se animara a cumplir su deseo de dirigir.

Mientras estudiaba una maestría en Arte en la Universidad de California, empezó a trabajar para la televisión. Su primer guión fue para el drama musical Sparkle (1976) y otras exitosas películas de bajo presupuesto, como Car Wash (1976) o El mago (1978).

Después de dirigir un par de telefilmes, su debut como director en cine fue con La increíble mujer diminuta (1981). Su siguiente largometraje, la comedia de acción D.C. Cab (1983) tuvo como protagonista a un aún poco conocido Mr. T.

Es que Schumacher tenía una habilidad innata para descubrir jóvenes talentos, y la mostró en su tercera película, El primer año del resto de nuestras vidas (1985), donde trabajaron actores de lo que se conocería como "The Brat Pack": Demi Moore, Rob Lowe, Emilio Estevez, Judd Nelson y Ally Sheedy. Esta película, que mostraba el último año de un grupo de amigos del secundario, fue su primer gran éxito.

Su siguiente trabajo, la comedia juvenil de vampiros The Lost Boys (que en la Argentina se llamó Que no se entere mamá), también tenía a un grupo de jóvenes encabezando el elenco: ahí estaban Kiefer Sutherland y los dos Corey, Feldman y Haim. Esta película, que mezclaba sabiamente horror y humor, todavía ocupa un lugar de culto entre los amantes del género.
Además de haber confiado en el hijo de Donald Sutherland, otro de los orgullos de Schumacher era haberles dado un impulso decisivo también a las carreras de Julia Roberts, Matthew McConaughey y Colin Farrell. A Roberts la dirigió en Línea mortal (1990) -antes de Mujer bonita y Magnolias de acero- y Todo por amor (1991).

“La pregunta que siempre me hacen es ¿cómo sabés que estos jóvenes van a ser estrellas? No lo sabés. Sólo sabés que no hay nadie como ellos. Si Julia Roberts entra en tu oficina a los 20 años y no la contratás, no tenés que estar en el negocio cinematográfico. Había visto a muchas actrices para Línea mortal. Simplemente me enamoré de ella. No hay ninguna como ella en todo el mundo”, recordaba en una entrevista con Variety.

En 1993, Schumacher dirigiría otra de sus películas más exitosas, Un día de furia, con Michael Douglas como un oficinista que se harta de las pequeñas desgracias cotidianas y la emprende a balazos contra el mundo. Y después llegarían dos tropezones artísticos: Batman eternamente (con Val Kilmer como el encapotado) y Batman y Robin (con George Clooney). La primera fue un éxito de taquilla, pero la segunda, además de mala, fue también un fracaso comercial.

Su intención era acercar el aspecto visual de las películas a los comics, pero los fans no recibieron del todo bien la novedad. Sobre todo en Batman y Robin: Schumacher se lamentaba por haberles hecho caso a los ejecutivos de marketing de Warner, que querían que fuera una película para chicos.

Como fuera, quedó en la historia por haber resaltado las tetillas de Clooney en el traje negro del superhéroe, algo que derivó en una polémica tan grande como absurda: “Yo no lo podía creer, pensaba ¿me están jodiendo? Creo que eso va a figurar en mi epitafio. Me van a recordar por eso”.

En otra entrevista, de 2017, Schumacher dijo a Vice que quería "disculparse con todos los fans que se sintieron decepcionados" por "Batman y Robin", asegurando que se sentía "como si hubiera asesinado a un bebé".

Entre las dos Batman, le dio su primer protagónico a McConaughey en Tiempo de matar (1996). Después, le abrió las puertas a Colin Farrell en la bélica Tigerland (2000), sobre Vietnam, y en el thriller Enlace mortal (2002), sobre un hombre atrapado por la mira de un francotirador en una cabina telefónica.
Entre los últimos trabajos de Schumacher están Veronica Guerin (2003), El fantasma de la Ópera (2004) y Número 23 (2007). Su último trabajo como director fue en 2013, cuando estuvo al frente de dos capítulos de House of Cards.

Hijo único, huérfano desde pequeño, ex alcohólico, se consideraba a sí mismo un sobreviviente. “Para cuando tenía siete años, estaba todo el día en la calle”, le contaba. “Hice todo lo malo que un ser humano puede hacer, excepto matar a alguien, gracias a Dios. Soy un sobreviviente de los años ‘60 que se quedó demasiado tiempo en la fiesta”.



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