INTERNACIONALES
4 de febrero de 2015
Petrobras renovó su cúpula y el viernes anunciará a su nuevo presidente
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, finalmente aceptó la renuncia de María da Graça Foster, la titular de Petrobras, envuelta en un escándalo de corrupción y en una pronunciada pérdida del valor de sus acciones, y el viernes se conocerá a los nuevos directivos.
"Petrobras informa que su Consejo de Administración se reunirá el próximo viernes para elegir la nueva dirección ante la renuncia de la Presidenta (de la empresa) y de los cinco directores", informó la mayor empresa de Brasil en un comunicado difundido este mediodía.
La nota confirmó las versiones que surgieron ayer, y que no habían sido admitidas ni por la empresa ni por el gobierno, según las cuales la presidenta de la compañía había acordado en reunión con Rousseff su salida y la del resto del directorio.
Foster abandona la presidencia de la petrolera casi tres años después de haber asumido el cargo el 13 de febrero de 2012, en sustitución de José Sergio Gabrielli, y se convirtió en la primera mujer del mundo en comandar una gran empresa petrolera.
Su renuncia estuvo enmarcada por el escándalo de millonarios desvíos en la empresa que salpicó a varios ex dirigentes que compartieron con ella el mando de la empresa, y con algunos que aún continúan.
Por otro lado, la noticia tiene peso nacional e internacional debido a que el Estado brasileño es accionista mayoritario en Petrobras, una empresa que tiene acciones negociadas en las bolsas de San Pablo, Nueva York, Madrid y Buenos Aires.
Si bien los rumores sobre los cambios en la cúpula se acrecentaron tras la reunión de casi de tres horas que Rousseff tuvo con Foster ayer en el Palacio de Planalto (sede del Ejecutivo), hoy el ministro de la Secretaría de Comunicación de la Presidencia, Thomas Traumann, precisó que la salida de la funcionaria "no fue decidida" ayer durante ese encuentro.
Según los diarios locales, la salida no fue confirmada ayer debido a que Rousseff aún no había decidido a su sustituto, misión que encargó a su flamante ministro de Hacienda, Joaquim Levy, a quien pidió que recomendase alguien que tuviese aceptación en el mercado, consignaron las agencias EFE y DPA.
La recomendación está relacionada con la pérdida del valor de mercado de la empresa estatal, que acumula desde octubre de 2014 un 58% y que sólo la semana pasada bajó un 4% en la bolsa de San Pablo.
Apenas comenzaron a circular las versiones de que Rousseff había aceptado la renuncia de Foster, con la que tiene una antigua amistad, se generó una fuerte subida de las acciones de la petrolera en la bolsa de valores paulista que al cierre de ayer llegaba a un 15%.
La misión de Foster cuando asumió fue la gestionar la explotación de los gigantescos yacimientos submarinos del presal, que pueden convertir a Brasil en uno de los mayores exportadores mundiales de crudo.
Se trataba de una gestión de la empresa más técnica y menos política, acorde con el estilo que trató de imprimir Rousseff a los puestos clave de la administración pública, cuando inició su gobierno en el año 2010.
Su paso por la empresa también tuvo repercusión afuera; en 2013 Foster, de 61 años, fue designada por la revista Fortune como la ejecutiva no estadounidense más poderosa del mundo, mientras que Forbes la ubicó como la ejecutiva más poderosa de América Latina ese año.
Aunque aún no se conoce el nombre de su reemplazante, la prensa señala entre los candidatos al Henrique Meirelles, ex presidente del Banco Central durante los ocho años del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
Petrobras se encuentra envuelta en un escándalo de corrupción por sobreprecios, y sobornos de al menos una década, por el cual están detenidos tres ex directores de la petrolera y directivos de varias empresas contratistas de la estatal.
En este contexto, y en paralelo a la confirmación de la renuncia de Foster, la oposición al gobierno, que desde el año pasado presiona por la apertura de una investigación sobre la corrupción en la petrolera consiguió las firmas necesarias para presentar su solicitud, informó hoy la Cámara baja.
Partidos de la oposición presentaron anoche una petición para que sea instalada una nueva Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) que se dedique a verificar las denuncias sobre desvíos de recursos en Petrobras, y la propuesta contó con 186 firmas, por encima de las 171 necesarias.
La oposición se propone crear una nueva CPI que supere a la la Comisión que el año pasado investigó a Petrobras acusada de estar controlada por legisladores oficialistas y de concluir sin resultados importantes.
Según la Fiscalía, los recursos de Petrobras desviados de millonarios contratos con diferentes empresas eran distribuidos entre diferentes partidos políticos, inclusive el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y otros de la alianza oficialista.
Según informó días atrás el Ministerio Público Federal, el dinero del que se tiene pruebas que fue desviado hasta ahora en las operaciones de corrupción suma 2.100 millones de reales (unos 892 millones de dólares).
Petrobras, que cuenta con 85.000 empleados, presentó la pasada semana los resultados financieros del tercer trimestre de 2014, pero excluyó de su balance las pérdidas causadas por los desvíos. No obstante, la compañía estimó que sus activos fueron sobrevalorados en 88.600 millones de reales (34.500 millones de dólares) por el aumento del precio de 31 contratos con constructoras y proveedores entre 2004 y 2012.
Esa cifra, sin embargo, incluye la apreciación de los activos provocada por variables como la tasa de cambio y otras, y no tiene en cuenta las pérdidas derivadas del pago de sobornos.
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