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POLITICA

8 de octubre de 2020

El Gobierno promete un 2021 con déficit bajo control

Martín Guzmán y su equipo explicaron a la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) su plan fiscal y monetario con simpleza.

Coincidiendo con los datos del proyecto de Presupuesto para el 2021, el ministro de Economía le prometió a Luis Cubeddu y Julie Kozac que el país reducirá a la mitad el déficit fiscal de este año, y que camino al final del gobierno de Alberto Fernández, se logrará acercar las cuentas públicas a algún punto similar al equilibrio. Y que, para el momento de comenzar a cumplir con las cuotas del plan de pagos propuesto al organismo que maneja Kristalina Georgieva, el país tendrá una posición de ingresos y gastos equilibrada. Y, todo esto, sin ajustes fiscales ni reformas estructurales. Sólo con la evolución de las variables económicas y la búsqueda de la “sustentabilidad” de las variables macro. Al menos para la visión oficial, y leyendo los gestos del venezolano y la norteamericana, la estrategia del Palacio de Hacienda puede haber convencido a los visitantes.

Si el diagnóstico es el correcto, se sabrá aproximadamente dentro de un mes, cuando la actual “Staff Visit”, mute en una misión oficial del organismo dentro de los términos del “Artículo IV” y los números certeros se fiscalicen según la mirada del jefe de la misión argentina y la directora adjunta para el Hemisferio Occidental; pero en su versión empoderada. Se supone igualmente que esta próxima misión que ocurrirá, seguramente, en noviembre; tampoco será brava en cuanto a los requerimientos del Fondo; sino que será, más bien, condescendiente. Y que finalmente habrá fumata final entre lo que propone el país y lo que aceptaría el FMI. Luego, todo quedará en manos del board.
Mientras tanto, lo que Guzmán y su equipo presentaron ante los visitantes; no dista mucho de lo que el ministro ya defendió ante los Diputados y que se basa en un gran mecano fiscal para superar las consecuencias inevitables del covid-19 en el país durante el 2021. Según los números presentados al FMI, Argentina tendrá un final déficit este año de poco más de 10% (unos $3 billones), el más profundo en más de 40 años; pero, coinciden tanto el Gobierno como el Fondo, inevitables para enfrentar el desmadre económico generado por la pandemia y la necesidad de atender planes sociales para detener el aumento de la pobreza; sin dólares en las reservas para ejecutar políticas fiscales. Para el 2021, el país propone reducir ese desequilibrio a más de la mitad, llevándolo cerca del 4,5% del PBI; y cubriéndolo en un 60% con emisión y un 40% con colocación de deuda en pesos. Lo interesante, y bastante novedoso, que expusieron Guzmán y sus funcionarios a los visitantes, radica en la manera en que se planifica reducir ese desequilibrio entre el 2020 y el 2021: según el ministro, se lograría sin reducciones de gasto público ni mayores ajustes previsionales ni reformas estructurales; las que, por lo demás, tampoco el FMI pediría en esta etapa del país. Para el ministro, siguiendo la evolución que ya comenzó en agosto entre la recaudación impositiva y la inflación; los ingresos fiscales mantendrían un ritmo de crecimiento hasta fin de año suficiente como para comenzar a controlar la sangría. Luego, ya en 2021, comenzará a operar una inevitable recuperación de la economía, que en el primer semestre del año (especialmente en el segundo trimestre), arrojará comparaciones de crecimiento de tasas chinas. Obviamente esa mejora estará relacionada a lo que sucedería en una parte del 2021 (entre marzo y julio), donde la economía local debería estar trabajando a buen nivel, frente a un período del 2020 donde las muchas actividades industriales y de servicios directamente estuvieron clausuradas por la cuarentena. Este fenómeno, junto con un crecimiento en los volúmenes de operaciones en el mercado interno (la gran apuesta del Gobierno); provocará la mejora en los ingresos del IVA; el principal impuesto del sistema tributario argentino. Y el que menos reacciona a la evolución positiva de la recaudación de agosto; dado que la mejora de los ingresos fiscales ante la inflación (el primer dato que Economía le mostró a los visitantes del FMI), se concentra en lo que aportan las retenciones a las exportaciones y el impuesto PAIS, tributo que, a esta altura, se convirtió en indispensable.

La “Staff Visit” continuará mañana con reuniones políticas y con cámaras empresariales. Además de con la CGT, habrá encuentros con varias cámaras empresariales. Está confirmada una reunión por la tarde con la Unión Industrial Argentina (UIA). Podrían sumarse en el mismo encuentro u otros (dependiendo de los tiempos de los visitantes), otras cámaras como las de comercio o la construcción. El criterio de selección para las reuniones con los privados, es que estén dentro de los planes de diálogo del Gobierno y que puedan explicar los intentos oficiales de avanzar en acuerdos con el sindicalismo de largo plazo; uno de los capítulos que por orden de Washington la misión tiene la obligación de bucear. Quedaron fuera de la posibilidad de una reunión la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y otros grupos de privados o empresarios particulares, al no tener roles negociadores formales con el Gobierno y el sindicalismo. Está en vías de organización una ronda de diálogo con la oposición, un clásico de las misiones del FMI.



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