¿Qué dice el texto que escribió el Papa Francisco acerca de este Día? 

“La celebración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad me permite este año expresar mi cercanía a quienes están viviendo situaciones de particular dificultad en esta crisis causada por la pandemia. Todos estamos en la misma barca en medio de un mar agitado que puede asustarnos; pero en esta barca a algunos les resulta más difícil, entre ellos a las personas con discapacidades graves”.

Así comienza el discurso que Jorge Bergoglio en su rol de Papa preparó para la ocasión. Ya en estas primeras palabras se pueden apreciar las dos constantes que atraviesan todo el texto: la referencia a las personas con discapacidad y el recurso de apelar a las figuras metafóricas.

De entrada, Francisco aclara que le llama la atención el concepto de “reconstruir mejor”. En relación a esto, comenta que le hace recordar a “la parábola evangélica de la casa construida sobre roca o sobre arena”.

Según él, la casa que se construye sobre arena es fácilmente destructible por lluvias, ríos y vientos. En términos de representación simbólica, esto estaría ligado a lo que Francisco denomina como “cultura del descarte”.

“Para dicha cultura, «partes de la humanidad parecen sacrificables en beneficio de una selección que favorece a un sector humano digno de vivir sin límites. En el fondo no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas»”.

Francisco aprovecha esta parábola para hacer mención de que, en su opinión, a las casas hay que edificarlas sobre rocas. Una de éstas es la de la inclusión y debe abarcar no sólo a las personas con discapacidades, sino también a todas aquellas que se encuentran en situación de fragilidad y vulnerabilidad.

Uno de los puntos más destacados del mensaje que difundió el Papa Francisco con motivo del Día de las Personas con Discapacidad se halla en el fragmento que le dedica a la “segunda roca”, la de la participación activa.

El Sumo Pontífice da a entender que sólo con la inclusión no alcanza. Esto queda claro cuando habla de que “también las personas con discapacidad, tanto en la sociedad como en la Iglesia, piden convertirse en sujetos activos de la pastoral y no sólo en destinatarios”.

En definitiva, se trata de un llamado a la acción, a trascender el ámbito de la simple reflexión.

Por último, el máximo representante de la iglesia también remarca “con fuerza el derecho de las personas con discapacidad a recibir los sacramentos como los demás miembros de la Iglesia”.