Después del gran partido jugado en Paraguay, donde fue gran merecedor del triunfo, y tras la goleada sin atenuantes sobre Uruguay, el partido de la Selección argentina ante Perú había generado grandes expectativas ya que se esperaba otra exhibición del equipo de Lionel Scaloni.

Pero eso no sucedió. Pese a que Argentina dominó el juego prácticamente de principio a fin, el control de la pelota, que rondó el 70 por ciento de la posesión, no se tradujo en ocasiones de peligro en el arco de Pedro Gallese. El equipo de Ricardo Gareca salió a esperar y decidió cerrar todos los caminos por el centro de la cancha, obligando a Argentina a tener que jugar por las bandas, incluso abusando de ese recurso.
Di María fue el que más complicó, pero sus desbordes no terminaron de ser lo suficientemente punzantes. De todas maneras, la Selección tuvo su premio, porque desde las bandas llegó el gol de Lautaro Martínez, quien conectó un buen cabezazo luego de desborde por la derecha de Nahuel Molina.

El gol le dio más tranquilidad al equipo de Scaloni, pero terminó sufriendo innecesariamente con el penal que el Dibu Martínez le dio a los peruanos tras bajar a Farfán en el área. La suerte le volvió a sonreír al arquero argentino, ovacionado a más no poder, ya que el disparo pegó en el travesaño y así Argentina mantuvo la ventaja.

Este jueves faltó creación, Lionel Messi no estuvo iluminado como en sus mejores noches y con un Perú tan cerrado se notó. Así y todo, la Albiceleste, este jueves de azul, ganó merecidamente el partido y puso un pie y medio en Qatar.

A veces, también hay que saber sufrir.