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POLITICA

27 de abril de 2022

Martín Guzmán seguirá siendo el principal jefe de la Economía argentina

Martín Guzmán seguirá siendo el principal jefe de la Economía argentina.

El Ejecutivo le otorgó más funciones al ministro de economía. Martín Guzmán, se concentrará ahora en aprobar la misión del mayo del FMI.

Martín Guzmán seguirá siendo el principal jefe de la Economía argentina, y el que marque el rumbo y el ritmo de la relación del Ejecutivo con los mercados. Incluso, aseguran dentro del oficialismo, cada embestida desde la oposición oficialista fortalece la posición del ministro de Economía y lo empodera para avanzar en lo que sea que fuese el plan económico del Gobierno. Al menos por ahora. Gestos como el de Andrés "Cuervo” Larroque de ayer, de directamente avanzar sobre el cuestionamiento institucional de la permanencia del funcionario en el Ejecutivo, afirman dentro del Gabinete, sólo provocan una reafirmación de la permanencia de Guzmán y la ampliación de su poder de influencia.

Mientras tanto, en el Palacio de Hacienda, se asume este empoderamiento, y se avanza en la misión más importante que Guzmán (y quizá Alberto Fernández) tiene por delante en materia económica: superar la primera misión correspondiente al Facilidades Extendidas firmado el 25 de marzo pasado, hacerse fuerte con esa aprobación y relanzar su gestión más allá de las negociaciones de reestructuración de deuda. Esa es la estrategia que el Gobierno nacional mantiene para Guzmán, donde se defiende la idea de mantener en su cargo proveniente de la Universidad de Columbia, sobre el que Alberto Fernández casi no tiene reproches en su gestión técnica; todo lo contrario. Y sobre el que, obviamente, el kirchnerismo tiene todos sus misiles apuntados. Sobre la suba del dólar, para la Casa Rosada, no hay relación directa con las políticas del ministro, sino que se trata de la consecuencia clara de la crisis política que plantea el propio oficialismo.

Y que se deben más a las declaraciones misilísticas que llegan desde el kirchnerismo, antes que una cuestión técnica asumible a las acciones de Guzmán. O de cualquier integrante del Gabinete que decida cuestiones vinculadas con el manejo de la Economía. "Si fuera culpa de Economía y sus políticas, tampoco habría sucedido la baja del dólar luego de la firma del acuerdo con el Fondo del 25 de marzo. Está claro que se trata de los ruidos políticos los que hicieron torcer el rumbo bajista de la divisa y potenciaron el alza", reflexionaban ayer en la Casa Rosada.

Guzmán se apoya en un dato que puede ser clave. Probablemente cumplirá el pacto con el FMI de proyectar un déficit fiscal final del 2,5% para este año. Sabe el ministro que si consigue este resultado, el resto de las variables (fundamentalmente la inflación), podrían acomodarse y hasta eventualmente aceptarse en Washington. Pero donde se sabe que la gente del FMI será inflexible, es en esa meta fiscal. Y, aparentemente, los primeros meses del año le darían la razón al ministro.

La misión que comandarán la secretaria Adjunta para el Hemisferio Occidental, Julie Kozack, y el responsable técnico para el país, Luis Cubeddu, llegará a Buenos Aires en la primera quincena de mayo y se extenderá al menos por 10 días hábiles.

No es lo que esperaba el Ejecutivo. El Gobierno había hablado con los negociadores del Fondo de comenzar con las misiones en el segundo semestre (julio) y que sea el segundo trimestre del año el primer período fiscalizado. Esto le hubiera dado tiempo al equipo económico para mejorar los datos fiscales, monetarios y, fundamentalmente, inflacionarios; especulando con una reducción del último indicador bajando del promedio actual de más del 4% mensual a un nivel más cercano al 2%. Esto no se logrará en el período enero-marzo, con lo que los funcionarios argentinos le tendrán que explicar a los visitantes de Washington porqué el alza de los precios se ubica muy por encima del 50% anual y no en un nivel más cercano al hoy muy difícil 48%. En la revisión de Kozack y Cubeddu estará sobre la mesa el dato de la inflación de marzo, que se espera sea la más alta de todo el Gobierno de Alberto Fernández.

Otra consecuencia del adelantamiento de las misiones, fue que habrá una más hasta terminar el programa de repago del stand by firmado durante el Gobierno de Mauricio Macri, y que implica que el organismo cumpla con los vencimientos pactados en ese acuerdo durante dos años y medio. Como ese cronograma culmina en el último trimestre del 2024, la misión de mayo se sumará a las 10 ya pactadas; con lo que serán 11 los exámenes a cumplir. El Gobierno de Alberto Fernández deberá ser anfitrión de al menos siete (y no seis) de esas visitas. Para la administración que suceda a la actual, se descarta que habrá que llamar a una renegociación.

En Economía hay cierta tranquilidad. Si bien se reconoce que la suma de una nueva misión y el adelantamiento de la inspecciones no es una buena señal, y se trata de una pésima noticia local (habrá que pasar por el problema político interno de las fiscalizaciones del FMI antes de tiempo y en medio de las disputas locales); hay expectativas favorables.

Cree Economía que la única variable problemática es la inflacionaria, y que el resto de los números y porcentajes podrá manejarse con cierta solvencia; incluyendo la fiscal, la meta madre de todas las batallas que en febrero tuvo un incremento por fuera de lo esperado. Desde el albertismo económico se garantiza que se trata de un movimiento de adelantamiento de desequilibrios para tener una mejor performance en el resto del ejercicio. Se verá.

Lo cierto es que todas estas misiones y las visitas que los funcionarios de Washington concreten en Buenos Aires, serán nuevas polémicas entre el Ejecutivo y el kirchnerismo. 



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