El Fondo Monetario Internacional (FMI) le dará al Gobierno otro guiño (uno más), para no complicar la gestión de Alberto Fernández. En la misión que se desarrolla estos días, correspondiente a la primer fiscalización del Facilidades Extendidas firmado el 25 de marzo pasado; no se avanzará en controles a organismos manejados 100% por el kirchnerismo.

Las inspecciones, realizadas en esta oportunidad de manera virtual, no alcanzarán en esta gestión analizadora ni el PAMI ni la Anses, las dos dependencias manejadas por mujeres que responden únicamente a Cristina Fernández de Kirchner; y, en consecuencia, enemigas públicas abiertas del FMI y; mucho más, de sus fiscalizaciones. Aunque sean virtuales. Ante este panorama, tanto Luana Volnovich como Fernanda Raverta no tendrán que conectar sus computadoras para recibir del otro lado a funcionarios del FMI dispuestos a bucear como administran sus reparticiones; algo que hubiera generado más tensiones políticas que las que a esta altura puede manejar el Ejecutivo. Con esta nueva alternativa, los datos de las dos reparticiones las mostrará Martín Guzmán, y el FMI dará por cumplida la fiscalización en este territorio hostil.

Es el segundo gesto administrativo desde el organismo. Antes se había aceptado desde Washington evitar que los inspectores del FMI circulen por las calles y despachos de Buenos Aires, en medio de embestidas políticas contra Martín Guzmán por, supuestamente, haber firmado un acuerdo de Facilidades Extendidas sin la autorización del Senado y criticado duramente por todo el abanico K. La peor imagen que esperaba ver el kirchnerismo, eran las fotos y videos de la circulación de técnicos del FMI por oficinas públicas, y eventualmente (como es clásico y habitual en este tipo de viajes), con economistas privados e incluso con la oposición; donde se critica abiertamente al Gobierno de turno.

Para la oposición oficialista, pensar en este tipo de imágenes sólo acrecentaría el malhumor y la ira contra el Palacio de Hacienda. La posibilidad de ejecutar la primera fiscalización del Facilidades Extendidas comprometida en la aprobación del 25 de marzo de manera remota y a través de los zooms popularizados durante la pandemia pero que en Washington se abandonaron desde febrero pasado, es un guiño político del FMI al país.

El que ingresa en su tercera semana, será el primero de 11 duros exámenes que tendría que aprobar el país ante el FMI. Y es muy difícil que pueda superarlos. El escenario más probable es que antes que termine el paso del tiempo preestablecido, Argentina deba pedir un algo humillante perdón. El primero de esos exámenes será la semana próxima; y habrá dos antes de fin de año y cuatro en el 2022. El último de la etapa será en el primer semestre del 2025; y si supera todas estas instancias; recién en ese momento, en marzo del 2025, comenzará a aplicarse el acuerdo cuya carta de intención aprobó el board del FMI el 25 de marzo pasado.