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POLITICA

5 de febrero de 2023

Empleados en blanco dejaron de percibir asignaciones por hijo

Para el cobro de la prestación por hijos menores, el ingreso familiar no debe superar los $316.731.

El Estado dejó de pagar 700.000 asignaciones por hijo a empleados en blanco, por la desactualización del sistema. El ingreso familiar no debe superar los $316.73.

Para el cobro de la prestación por hijos menores, el ingreso familiar no debe superar los $316.731, un monto que rige desde marzo de 2022 y que se actualizará el mes que viene

El Estado dejó de pagar 700.000 asignaciones por hijo a empleados en blanco, por la desactualización del sistema
En septiembre último el número de prestaciones abonadas fue un 21,6% inferior al de marzo, el momento desde el cual –pese a la suba de precios– están congelados los ingresos máximos admitidos para que los empleados registrados accedan al cobro; el próximo mes, según la normativa, deberá haber un incremento del 78,84% de esos importes topes
En solo seis meses, la cantidad de asignaciones por hijo que cobran los asalariados formales disminuyó en un 21,6%. Eso se traduce en que se dejó de percibir la prestación mensual por 682.792 chicos. La cifra surge de los cuadros estadísticos publicados recientemente por la Secretaría de Seguridad Social. En septiembre de 2022, las asignaciones por hijos menores en ese segmento en particular (empleados bajo relación de dependencia registrados) fueron 2.483.309, mientras que en marzo habían sido 3.166.101. La razón principal de la caída es que, pese a la muy elevada inflación y a las consecuentes recomposiciones salariales, el tope de ingresos que permite acceder a estos pagos está congelado desde el tercer mes del año pasado. Eso provoca que cada vez más trabajadores vayan perdiendo el derecho.

Para percibir la prestación por hijo menor de 18 años, el ingreso total de la familia no puede superar los $316,731 (en bruto), en tanto que, a la vez, la remuneración bruta de ningún integrante del hogar puede ser mayor a los $158.366 (cifra que equivale a un salario neto de aportes a la seguridad social de $131.444).

Esos valores se reajustan una vez al año, en marzo. El mes próximo, de hecho, deberá aplicarse un incremento, que llevará los montos mencionados a $566.437 (ingreso tope familiar) y a $283.219 (ingreso máximo individual).

Para calcular esa actualización, tal como ocurre con los valores del esquema del impuesto a las ganancias, se utiliza el porcentaje de aumento interanual, al mes de octubre, de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte). Siguiendo esa regla, los valores hoy vigentes aumentarán un 78,84% en marzo. Se trata de un porcentaje insuficiente, si se tiene en cuenta que en 2022 la inflación fue de 94,8%; así, teniendo un ingreso de igual o incluso de menor poder adquisitivo que un año atrás, hay trabajadores que no solo perdieron el derecho al cobro durante los últimos meses, sino que muy probablemente no lo recuperarán cuando se haga el reajuste del esquema.

En un contexto de alta inflación, la dinámica de actualización anual provoca que en marzo y en los meses inmediatos siguientes se abonen más asignaciones que en el resto del año. La cantidad va cayendo, pero no porque los padres del hogar mejoren su situación económica, sino porque las recomposiciones salariales que reciben, que en muchos casos no compensan la pérdida de poder de compra, hace que sus ingresos superen el tope vigente.

De hecho, tanto en 2022 como también en los dos años previos, siempre según la estadística oficial y tal como muestra el gráfico que acompaña esta nota, hubo caídas pronunciadas en la cantidad de prestaciones luego del tercer o cuarto mes. En marzo último, desde la Anses se anunció que, con el aumento de los topes salariales aplicado entonces, se sumaba a casi un millón de chicos al salario familiar. Concretamente, ese mes se agregaron 909.264 asignaciones. Pero el “detrás de escena” de ese hecho fue que entre abril de 2021 (en ese mes hubo más pagos que en marzo) y febrero de 2022 se habían caído del sistema las prestaciones correspondientes a 1.018.503 chicos.

Los topes de ingreso individual o familiar determinan si se cobran la asignación mensual por hijo menor de 18 años y, también, la prestación prenatal y los pagos eventuales por nacimiento, adopción o matrimonio. Además, se consideran para la ayuda escolar anual. En cambio, no hay limitaciones para el cobro en concepto de hijo con discapacidad.

A diferencia de los ingresos máximos que definen si un hogar percibirá o no asignación por hijo, los importes que se cobran por los diferentes conceptos del salario familiar se actualizan en marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año, según el índice de movilidad previsional. También se modifican trimestralmente los montos que hacen las veces de piso y techo de cada uno de los cuatro tramos de la tabla que, en función de la cantidad de dinero que llega a cada hogar, determina de cuánto es la prestación por hijo.

En la práctica, sin embargo, el monto cobrado por quienes están en los dos escalones de ingresos más bajos no tuvieron subas en los últimos meses. ¿Por qué? Ocurre que, desde octubre de 2021, rige un decreto que dispuso el pago de un complemento, que debe garantizar que lo cobrado sea de $10.126 en el tramo de ingresos más bajos, y de $6830 en el segundo escalón. Esa garantía rige, según lo establecido, hasta el momento en que, por efecto de las subas trimestrales, la asignación en sí misma (sin el complemento) alcance o supere las cifras mencionadas.

Esa situación se dará el mes que viene, porque la asignación de monto más alto subirá, según se estima, a un importe de entre $11.100 y $11.600. Entonces, se cobrará ese monto, ya sin el complemento, salvo que se disponga algún nuevo adicional. Más allá de ese esquema de pagos extras temporales, entre septiembre y noviembre últimos se abonó otro refuerzo, que llevó el cobro por hijo, solo en el tramo de ingresos más bajos, a $20.000 mensuales.

Cuánto se percibe
Desde diciembre último y hasta el actual mes, el cobro por hijo menor es de $10.126 (el mismo monto que rige desde octubre de 2021, por la garantía ya explicada), si el ingreso familiar no supera los $151.703. Si el hogar percibe dinero por una cifra mayor a ese valor y de hasta $222.490, el cobro es de $6830 ($6606 de asignación propiamente dicha, más un complemento temporal de $224, que el mes que viene dejará de estar, porque, según se estima, la asignación será de entre $7700 y $7800). Con un ingreso familiar superior a los $222.490 y de hasta $256.873, la mensualidad por hijo es hasta este mes de $3994 y, finalmente, para los hogares con un ingreso registrado mayor, pero siempre que no se superen los $316.731, la prestación es de $2059. Todos los importes se actualizarán en marzo.

Durante un tiempo rigió un vínculo directo entre el piso salarial para quedar alcanzado por el impuesto a las ganancias y el ingreso tope para cobrar la asignación por hijo. Es decir, se había buscado que, si alguien dejaba de cobrar la prestación dineraria era porque, dado su nivel de remuneración, podía aplicar la deducción por hijo en Ganancias y, de esa manera, aliviar la carga tributaria. Por esa relación entre ambos esquemas, se dispuso que la actualización del ingreso tope para cobrar asignación por hijo se hiciera según el mismo parámetro con el que se reajustan las variables de Ganancias.

Sin embargo, ese esquema quedó roto a partir de los últimos cambios al impuesto sobre los ingresos. A partir de una reforma legal de 2021, ahora se va disponiendo, en diferentes momentos del año y por fuera de la dinámica de la actualización anual de las bases del impuesto, quiénes quedan al margen de Ganancias.

En los últimos años, mientras se fue reajustando con mayor frecuencia que la anual la cifra del sueldo más bajo alcanzado por el impuesto – algo que se decidió a partir de la aceleración del aumento generalizado de precios–, no pasó lo mismo con el tope del ingreso que puede percibirse en un hogar, o de manera individual, para acceder a la asignación por hijo. Son los trabajadores formales de ingresos más reducidos los que se ven afectados por esa omisión en las políticas. La pérdida de esa parte del ingreso es una de las tantas consecuencias negativas que se derivan de la disminución constante del valor de los pesos.



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