Resulta obvio que Patricia Bullrich es su candidata preferida para la competencia interna contra Horacio Rodríguez Larreta, pero llegó a la conclusión que no es conveniente blanquear ese respaldo porque podría dañar la imagen de su exministra de Seguridad. “Tampoco es necesario porque lo saben todos, especialmente los votantes de Mauricio”, explica una fuente de su entorno. 

En las oficinas de Acasusso el entorno del expresidente analiza en profundidad cuál debe ser su rol de aquí hasta las PASO y también en la recta final hacia las elecciones generales. Algunos referentes del PRO consideran que no manejó bien los tiempos y se bajó con demasiada anticipación de su candidatura presidencial. Consideran que no generó ningún efecto y perdió parte de la centralidad que venía acumulando desde su retorno al escenario político luego del intento de jubilarlo en 2021.

“Tenía margen para estirar la situación y marcarle la cancha a todos”, agrega un vocero macrista. Incluso creen que en la actual coyuntura, sin Cristina Fernández de Kirchner y con el peronismo en crisis, el expresidente era el candidato ideal para gobernar en los próximos cuatro años. 

De todas formas, su estrategia para los próximos meses es mantener el actual perfil de armador sin anunciar su respaldo a Bullrich. “Si sale a explicitar su aval a Patricia le puede jugar en contra porque muchos van a creer que puede generarse una relación como la de Alberto y Cristina y que el poder lo tendría Mauricio”, dice un dirigente que colabora en la campaña de la presidenta del PRO en licencia.

El temor a que se instale un nuevo doble comando se está analizando mucho, sobre todo por la fuerte presencia de macristas en el equipo de campaña de la candidata presidencial. “No se puede presentar a Patricia sólo como una oferta electoral del macrismo remixado, debe mostrarse como una alternativa superadora del cambio”. 
Esta decisión del expresidente también fue un reclamo de Bullrich. Desde que el fundador del PRO anunció su intención de no competir electoralmente, la candidata presidencial empezó a plantear que no era conveniente un respaldo público de Macri. Un cambio abrupto ya que hace un tiempo atrás esperaba un gesto del ingeniero ante el temor que este jugara para Larreta luego de algunos reuniones que había mantenido con ambos. En el verano el larretismo había instalado que el jefe de Gobierno porteño estaba cerca de lograr un acuerdo político con Macri. Una vez que se disipó ese rumor ella empezó a comprobar que el expresidente jugaba por su candidatura. Pero también comprobó que desde la vereda de enfrente podrían intentar instalar el slogan negativo “Patricia al Gobierno, Mauricio al poder”.

Para evitar que explotaran ese flanco Macri y Bullrich coincidieron en no hacer públicas sus coincidencias. Pero el expresidente sigue de cerca la campaña electoral de su exministra de Seguridad y le da consejos. Uno de ellos fue que “profesionalice su discurso y administre mejor sus apariciones mediáticos para no perder su perfil, ni aburrir a la audiencia”. También opera a favor de ella en el círculo rojo. Según fuentes confiables, el ingeniero ha mandado “mensajes tranquilizadores sobre la capacidad de Patricia para construir gobernabilidad e implementar las reformas estructurales que reclaman los empresarios”.

Su intención es persuadir al establishment económico sobre las condiciones de liderazgo de la candidata presidencial. “Lo que queda claro es que Patricia tiene personalidad y es desconfiada, con lo cual nadie se imagina seriamente que Mauricio pueda tener mucha influencia en un eventual Gobierno de ella”, asegura un operador del PRO. 

“Patricia puede seguir los lineamientos de la gestión de Mauricio, pero sabe que si le toca llegar a la Casa Rosada va a tener que actuar con mano dura en todas las áreas y aprovechar intensamente los primeros 100 días porque un sector de la oposición va a ser un escollo y la sociedad no tiene mucha paciencia”, enfatiza un allegado a Bullrich.

Tanto Macri como ella coinciden en que deben buscar el apoyo de Javier Milei y los diputados que se integren al bloque de La Libertad Avanza. También el expresidente va a negociar con su amigo Juan Schiaretti para darle más volumen político a esa eventual administración.