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12 de junio de 2015

Una de cada cuatro personas es pobre

El presidente del Episcopado, monseñor José Arancedo, dijo que “es cierta” la medición de la UCA que registró 27,5% de pobreza. Fue después que Cristina dijera que era de sólo 5%.

El relato oficial de minimizar la pobreza en el país, que está semana escaló como nunca cuando la presidenta Cristina Kirchner dijo en la FAO que es del 5 %, y luego el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, consideró que es incluso menor a la de Alemania, se topó ayer con el contundente rechazo de la Iglesia. Fue por boca nada menos que del presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, quien afirmó que aquella “existe” y “se habla que es de dos dígitos siempre”. Más aún: señaló que para la Iglesia “es cierta” la última medición del Observatorio para la Deuda Social de la UCA “en torno al 25%”. El dato exacto de la medición de la Universidad Católica, para fin de 2013, es de 27,5% .

La réplica de Arancedo sonó más potente luego de que el Papa Francisco recibiera el domingo a la mandataria argentina, en un nuevo  encuentro -el cuarto-, que la Casa Rosada buscó denodadamente en los últimos meses para fortalecerse políticamente en el tramo final de su gestión, a dos meses de las elecciones internas y cuatro de las cruciales presidenciales. Al día siguiente de aquella cita, Cristina estuvo en la sede de la FAO, en Roma, y citó un 5% de pobreza del desacreditado INDEC. El jefe de Gabinete dobló la apuesta con su comparación con Alemania, que fue objetada por el propio director del INDEC, Noberto Itzcovich, quien dijo que las formas de medir de ambos países son distintas.

En declaraciones a radio Universidad del Litoral de Santa Fe, ciudad de la que es arzobispo, Arancedo fue más allá: cuestionó implícitamente el cálculo del INDEC, al decir que “necesitamos las estadísticas y tiene que ser una tarea de mucho respeto elaborar los números objetivos  porque son para todos y sirven para planificar un país”. Con todo, aclaró que estas cifras “son un tema sociológico y político, pero el pobre es una persona y eso lo convierte en un tema evangélico. Entonces –puntualizó- ponernos a discutir números y chicanas es alejarnos de la persona que necesita concretamente”.

La voz del titular del Episcopado no fue la única que se escuchó ayer desde la Iglesia sobre la problemática de la pobreza. Al igual que Arancedo –que formuló declaraciones en el marco de la colecta anual de Cáritas, que se realizará este fin de semana- también habló con la prensa el presidente de la institución solidaria católica, monseñor Oscar Ojea. Si bien Ojea evitó polemizar con el Gobierno, opinó que sigue habiendo “enormes bolsones” de gente con carencias. A lo que, dijo, deben sumarse “nuevas formas” de pobreza y el aumento del delito juvenil como consecuencia del consumo de drogas, otra gran preocupación de la Iglesia.“Si bien en los últimos años decreció la pobreza extrema, la indigencia, hay enormes bolsones de gente pobre, déficit habitacional, hacinamiento”, afirmó Ojea en sucesivas declaraciones radiales.

Y agregó que en la Iglesia “estamos muy preocupados por nuevas pobrezas, que tienen que ver con las adicciones, la trata de personas y la violencia”. En ese sentido, detalló que “en el gran Buenos Aires  hay jóvenes que sufren exclusión social, falta de trabajo, carencias familiares, problemas de educación”. Y redondeó: “Es una realidad que preocupa mucho, y de allí sale la delincuencia juvenil”.

Monseñor Ojea coincidió con Arancedo acerca del riesgo de analizar el problema de la pobreza solo desde la discusión de números como la polémica que dispararon las declaraciones de la presidenta y comparaciones con otros país como hizo el jefe de Gabinete. “Cuando escucho eso y discusiones sobre números, pienso que podemos estar escamoteando el problema real”, dijo. Al respecto, insistió en que “al estar empecinados en la lucha por tener razón, corremos el riesgo de escamotear la realidad y la realidad es más importante que la idea, como dice Francisco”.

La visión de la Iglesia sobre la dimensión de la pobreza en el país promete escribir un nuevo capítulo dentro de un mes, cuando el Observatorio de la Deuda Social de la UCA difunda su nueva medición, correspondiente a fines del año pasado. Si bien su nueva estimación se está terminando, todo parece indicar que sería superior a la anterior del 27,5 %. Ahora, rozaría el 30 por ciento.

 Fuente:Sergio Rubín



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