Tras una magistral pase del debutante Tabaré Viudez, Alario definió de emboquillada a 10 minutos del cierre. El Millo buscará su tercera corona en el certamen continental contra el ganador del partido entre Tigres e Inter. Cada vez más cerca de Japón.

El sueño comenzó el 19 de febrero en Bolivia, aunque esa noche la derrota frente a San José transformó en una pesadilla el debut de River en la Copa Libertadores. Sin embargo, después de clasificarse como el peor equipo de la zona de grupos, recuperó la memoria futbolística y se metió en la semifinal. Y esta noche, el Millo empató 1-1 frente a Guaraní, Fernando Fernández había abierto la cuenta y Lucas Alario lo igualó, y consiguió el boleto a la gran final luego de ¡19 años!.

La ventaja de dos goles conseguida en el Monumental terminó por ser determinante. Psicológica. Es que desde el primer minuto de juego, el elenco paraguayo salió apurado a descontar la diferencia. Sin embargo, esa desesperación del local fue aprovechada por River. Firme en defensa, comenzó a controlar al pelota y se agigantó la figura de Matías Kranevitter para ser amo y señor de la mita de cancha. A los 17 minutos, Rodrigo Mora sacó un fuerte remate que el arquero Alfredo Aguilar mandó al córner. Un rato después, Gonzalo Martinez también probó desde lejos y su disparo se fue cerquita. Del lado de Guaraní, sólo un zapatazo de Julián Benítez que desvió muy bien Marcelo Barovero.

La primera misión estaba cumplida. Ahora sólo restaba un tiempo en el estadio Defensores del Chaco. Pero la segunda etapa no comenzó bien para el Millo. Es que a los 15, Marcelo Palau cabeceó al palo y en el rebote apareció Fernández para empujarla y poner el 1-0. 

                    
CADA VEZ MAS CERCA DE JAPON

 Después del 2-0 en el Monumental, el equipo de Gallardo perdía 1-0 con Guaraní, pero en el peor momento llegó el empate. Tras una magistral pase del debutante Tabaré Viudez, Alario definió de emboquillada a 10 minutos del cierre. El Millo buscará su tercera corona en el certamen continental contra el ganador del partido entre Tigres e Inter.
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El ansiado festejo final.Cavenaghi entró en el ST y aportó su clase.El ex Colón llevó tranquilidad en un momento clave.Vangioni y Barovero, unidos en un abrazo de gol.El ex Colón llevó tranquilidad en un momento clave.
1 de 5El ansiado festejo final.

El sueño comenzó el 19 de febrero en Bolivia, aunque esa noche la derrota frente a San José transformó en una pesadilla el debut de River en la Copa Libertadores. Sin embargo, después de clasificarse como el peor equipo de la zona de grupos, recuperó la memoria futbolística y se metió en la semifinal. Y esta noche, el Millo empató 1-1 frente a Guaraní, Fernando Fernández había abierto la cuenta y Lucas Alario lo igualó, y consiguió el boleto a la gran final luego de ¡19 años!.

La ventaja de dos goles conseguida en el Monumental terminó por ser determinante. Psicológica. Es que desde el primer minuto de juego, el elenco paraguayo salió apurado a descontar la diferencia. Sin embargo, esa desesperación del local fue aprovechada por River. Firme en defensa, comenzó a controlar al pelota y se agigantó la figura de Matías Kranevitter para ser amo y señor de la mita de cancha. A los 17 minutos, Rodrigo Mora sacó un fuerte remate que el arquero Alfredo Aguilar mandó al córner. Un rato después, Gonzalo Martinez también probó desde lejos y su disparo se fue cerquita. Del lado de Guaraní, sólo un zapatazo de Julián Benítez que desvió muy bien Marcelo Barovero.

La primera misión estaba cumplida. Ahora sólo restaba un tiempo en el estadio Defensores del Chaco. Pero la segunda etapa no comenzó bien para el Millo. Es que a los 15, Marcelo Palau cabeceó al palo y en el rebote apareció Fernández para empujarla y poner el 1-0. 

Entonces, la dudas se apoderaron de uno y la ilusión del otro. Y allí apareció la mano del entrenador. Gallardo mandó a la cancha a Tabaré Viudez en lugar del Pity, y en la primera que tuvo el uruguayo habilitó a Mora, que le puso la pelota en la cabeza a Alario para que Aguilar se luciera con una gran atajada. Cartel luminoso levantado y sorpresa. Afuera Mora. El goleador del equipo dejaba la cancha y en su lugar entraba Fernando Cavenaghi para acompañar al ex Colón en el ataque. La movida de tablero del Muñeco, arriesgada desde los apellidos, otra vez salió a la perfección. A los 33, Viudez metió un tres dedos exquisito para dejar a Alario mano a mano con Aguilar, y el Flaco definió por encima del portero para marcar el 1-1 que sentenció el partido.
Los casi 10 mil hinchas riverplatenses que llegaron a Paraguay explotaron en las tribunas. Y en el césped hasta hubo tiempo para que Carlos Sánchez pusiera la frutilla del postre. Pero Aguilar le ahogó el grito al uruguayo para que el resultado final ya sea una anécdota.

Viudez le dio la razón a Gallardo

Tras la partida de Teo Gutiérrez que liberó un cupo de extranjero, por la mañana llegó la habilitación para Tabaré Viudez. Así, el uruguayo entró desde el bancó a los 67’ y demostró por qué Gallardo lo había pedido tanto: varios toques de calidad y la exquisita habilitación para el gol de Alario. Pulgar arriba.