Sin dudas, el acto de cierre que José Manuel de la Sota esperaba en sus sueños de Casa Rosada, no fue el de ayer. La poca cantidad de gente que hubo en la caravana que comenzó al mediodía y terminó en horas de la tarde, además de las casi dos mil personas que se dieron cita por la noche en el Centro Cívico, generaron un alerta en el oficialismo cordobés de cara a las Paso que se celebrarán el próximo domingo. 

De esta manera, una simple comparación del precandidato cordobés con sus rivales Daniel Scioli o Mauricio Macri, lo coloca varios escalones por debajo si se considera que la finalización de la gira proselitista con miras a las Primarias, terminó a metros de su despacho. Pero la desventaja del mandatario provincial no se limita solo a los candidatos del FpV y el PRO, ya que si se lo equipara con Sergio Massa, su adversario dentro de UNA, también hay una diferencia con respecto al cierre del tigrense en Argentinos Juniors.

Acto fallido

Desde las primeras horas de la noche, los organizadores se mostraron inquietos por la cantidad de asistentes. Retrasando en un primer momento, una hora el acto que estaba pensado para las 18.30; y que, finalmente, comenzó cerca de las 20.30. 
 

A esa hora entonces, De la Sota subió al escenario instalado justo enfrente de la Casa de Gobierno cordobesa y lo hizo acompañado de la segunda en la fórmula, Claudia Rucci; de su esposa y funcionaria, Adriana Nazario; el precandidato a senador, Carlos Caserio; el precandidato a diputado, Carlos Massei; el gobernador electo y su vice, Juan Schiaretti y Martín Llaryora, respectivamente; y la fórmula a la intendencia capitalina, compuesta por Esteban Dómina y Adrián Brito. 
 

El acto fue breve, no duró más de 30 minutos. Y la primera en tomar la palabra fue Rucci, quien en uno de sus pocos contactos con los cordobeses, comenzó agradeciéndoles por “haber trabajado en la campaña con fe y con optimismo”. Muletilla de Scioli, que terminó originando más de un comentario por lo bajo. 
 

Luego de ello, la actriz y precandidata a vicepresidenta, clamó por “una Argentina mejor”. “Por una Argentina que es la que todos nos merecemos, la del trabajo y la justicia social. No somos socialistas ni ‘camporistas’, somos peronistas” cerró Rucci, a quien presentaron, lógicamente, haciendo referencia a su padre, el sindicalista asesinado en los ‘70, José Ignacio. 
Posteriormente, llegó el turno de De la Sota, quien cerrado el acto de Scioli en Tecnópolis, tuvo algunos minutos de aire en los canales porteños. Allí, frente a la militancia y a los integrantes de su gabinete que se encontraban desparramados entre la gente –al igual que varios trabajadores del Estado, de El Panal y la Unicameral, por ejemplo-, el gobernador comenzó agradeciendo a los presentes por el cierre. Pero además, lo hizo extensivo a Schiaretti, a quien calificó de “compañero y amigo” como para despejar dudas en torno al trabajo realizado para el último día de campaña. 
“Invitamos a los argentinos a que compartan nuestra sana rebeldía –dijo De la Sota y agregó-, a que no se acostumbren a la inflación, que los jubilados no se acostumbren a los sueldos miserables, a que los jóvenes que busquen trabajo, lo encuentren”. “Para que el año que viene no haya jóvenes ‘ni-ni’ sino que haya ‘si-si’, que si trabajen y que si estudien” agregó. 
 

En la continuidad del discurso, el mandatario provincial abogó porque “el poder político no se entrometa en la Justicia” y que “la salud pública en la Argentina no llegue tarde”. En tanto, en otro de los temas que se metió a lo largo de toda la campaña nacional, De la Sota sostuvo: “Vamos a echar a los narcos y a los delincuentes de todos los barrios y villas”. Para luego agregar: “es una vergüenza el cierre de campaña en Buenos Aires”. 
 

Al mismo tiempo, y luego de autodefinirse como un candidato que no odia a ningún argentino, el precandidato de UNA clamó por “un país donde convivan el campo y la industria; la estabilidad económica con las políticas sociales; el trabajo y la productividad”. 
 

Por último, y antes de pedir el voto cordobés para el domingo en el cierre, De la Sota afirmó: “Quiero ser un presidente dispuesto a olvidar. Una patria que ya saldó sus cuentas con los malvados, ahora debe mirar al futuro”. 
 

De este modo, el último tramo de la campaña parece darle un baño de realidad a los sueños y las aspiraciones delasotistas. Con un candidato que nunca terminó de hacer pie más allá de las fronteras provinciales y que ahora enfrenta un escenario que puede ser aún peor: someterse a una derrota puertas de su propio distrito.

Fuente:Gabriel Silva para FM Fleming