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13 de agosto de 2015

Desde China avanza la Tormenta perfecta y castiga a todos los países productores de materias primas

Con el objetivo de ganar competitividad, el gigante asiático depreció nuevamente su moneda frente al dólar y el impacto se hizo sentir en las cotizaciones de metales, granos y demás commodities.

Analistas anticipan además un menor dinamismo del comercio mundial.  La decisión del gobierno chino de dejar que el yuan caiga por tercer día consecutivo es una clara señal de que las autoridades están muy preocupadas en tratar de superar, en el menor tiempo posible, los monumentales costos de la transición de su modelo económico.


Es que en la práctica, la intención oficial de pasar de un sistema basado en el comercio exterior a uno de consumo interno está encontrando enormes dificultades, las cuales se plasman en una serie de indicadores que exhiben cifras críticas. 
 

Así por ejemplo, los datos de producción industrial, inflación o inversión directa muestran, en su comparación interanual, niveles muy alejados de los pronosticados cuando se decidió el cambio de rumbo.
 

Pero, lo más alarmante para el Banco Popular de China, fue el dato de caída interanual de las exportaciones, que en julio estaban un 8% por debajo de las registradas en igual mes de 2014.
"Aunque la magnitud de la corrección cambiaria se perciba como leve a la luz de los movimientos locales del tipo de cambio, este movimiento tendrá fuerte impacto mundial.

La devaluación, evidentemente, apunta a mejorar la competitividad de China en los mercados internacionales, en un momento en que, por otro lado, un dólar sobrevaluado está dificultando las propias exportaciones de Estados Unidos", afirmó el economista Jorge Todesca. 
 

Bajo estas circunstancias, el consenso entre analistas es que la decisión tomada el martes y profundizada el miércoles con la moneda no sorprendió, así como tampoco el impacto negativo que generó en el resto del mundo. 
 

No por nada, se trata de la segunda economía a nivel global, con un peso sustancial no sólo en lo que hace al comercio internacional, sino también en lo referido a cuestiones financieras.  
 

El Gobierno de China “está más centrado en los asuntos domésticos que en las implicaciones globales, y emplea todos los medios a su alcance para estabilizar su economía”, declaró Ronald Wan, jefe ejecutivo de Partners Capital Internacional.
 

Claramente, el deslizamiento del yuan respecto del dólar tiene el objetivo de alentar las alicaídas exportaciones de China, pero es evidente que le cerrará la puerta a una gran cantidad de productos provenientes del exterior, lo que se traducirá en un menor dinamismo del comercio internacional. 
 

“Una moneda china más débil puede potenciar las exportaciones del país pero, al mismo tiempo debilita su capacidad de importar materias primas como el petróleo", explicó un informe de ETX Capital.
 

En igual sentido, un reporte del HSBC con sede en Australia y Nueva Zelanda, afirmó que "a corto plazo, esta devaluación es otra mala noticia para los precios de las materias primas. Una moneda china más débil probablemente signifique una menor demanda de materias primas producidas a escala internacional".
 

En tanto, Ole Hansen, analista de Saxo Bank, sostuvo que "las materias primas que dependen mucho de China, principalmente el petróleo y los metales industriales, sufrirán, porque el encarecimiento de las importaciones reducirá todavía más la demanda de este país". 
 

De hecho, el mismo martes bajaron los precios del barril de Brent en Londres, para mantenerse por debajo de los u$s50 al cierre de la rueda del miércoles.
 

"Creo que definitivamente va a haber un mayor impulso bajista que el que estamos viendo ahora, y podríamos ver caer más a los precios del crudo", afirmó Daniel Ang, analista de inversión de PhillipFutures. 
 

"Son malas noticias para el petróleo debido a que China tendrá que pagar más por el crudo", dijo HamzaKhan, analista de materias primas de ING Bank.
 

La tormenta perfecta de las commodities agrícolas
 

El golpe de timón también afectó sustancialmente al mercado de las materias primas agrícolas. 
La situación se agravó dramáticamente el miércoles, cuando el sector se vio envuelto en una verdadera “tormenta perfecta”, que se conformó por el segundo ajuste consecutivo del yuan y por la aparición de un informe del Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA), según el cual las cosechas de maíz y soja de ese país superarán las expectativas este año. Es decir, se espera un mayor stock. 

 

La suma de ambas cuestiones (devaluación del yuan y pronósticos de mayor producción) terminó provocando un sacudón en los precios. 
 

Como consecuencia de todo ello, se produjo una profunda corrección en las cotizaciones del mercado de Chicago, que afectaron tanto a la soja, que perdió un 5,8%, como al maíz, que perdió un 5,4% y al trigo, que retrocedió un 3%. 
 

Sin dudas son muy malas noticias para el Gobierno argentino, porque actualmente los granos son los únicos responsables de sostener el alicaído superávit comercial. 
 

El caso de los metales
China consume entre el 40% y el 50% de la producción mundial de metales industriales, por lo que éstos se vieron particularmente afectados por la decisión de Beijin.

 

El aluminio cayó a sus precios más bajos en seis años, al pagarse la tonelada a u$s1.553 en el mercado de Londres, cuando a principios de mes cotizaba por encima de los u$s1.600.
 

El cobre, al que se tiene como un indicador de la salud de la economía mundial y que es el principal producto exportado por Chile, también cayó a sus niveles más bajos en seis años, a u$s5.103 la tonelada.
 

Algo similar sucedió con el cinc, que retrocedió a niveles de tres años atrás, a u$s1.818,50 la tonelada.
 

Y la tendencia podría persistir, porque "los inversores no recuperarán la confianza en la industria del metal" hasta que la economía china no empiece a sentir los beneficios de las medidas adoptadas por Pekín, estimaron los analistas de IG.
 

El oro traza su propio camino
Luego de tocar recientemente el menor piso en cinco años, el dorado metal subió un 0,3% el martes y otro 1,4% el miércoles, para ubicarse en los u$s1.123 por onza en la división Comex de la Bolsa Mercantil de Nueva York. 


Esta reacción se atribuye a que al menos por algún tiempo, la decisión de China obligará a la Reserva Federal a postergar el aumento de las tasas de interés, que inicialmente se estimaba se produciría en septiembre. 
 

No obstante, existe consenso que una vez que la FED eleve las tasas, más probablemente hacia fin de año, ello daría un nuevo impulso al dólar frente al yuan, por lo que se reduciría la demanda del metal precioso, que es una inversión que no paga intereses. 
 

Aun así, se prevé que la decisión de China probablemente renovará la presión bajista sobre el oro, ya que el país representa casi un tercio de su demanda mundial. 
Pero así como el panorama para las materias primas básicas es sombrío, en el caso de las refinadas la cuestión es diferente. El motivo es que China ha estado alentando a los productores de aluminio, acero, y derivados del petróleo, entre otras, a incrementar sus exportaciones para compensar la desaceleración de la demanda interna. 

 

"Esta decisión indica claramente que China está tratando de apuntalar las ventas al mundo", dijo Mark Pervan, director de investigación de materias primas de ANZ Bank. 
Incluso, los precios del mineral de hierro, un ingrediente del acero, podrían recibir un impulso a corto plazo.

 

Para el Gobierno local, el ojo está puesto en las materias primas agrícolas. 

Fuentes:Agencias de Economía y Mercado



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