POLITICA
16 de agosto de 2015
Los presidenciables replantean sus campañas
Después de las PASO del domingo pasado, los tres principales presidenciables re-elaboran sus estrategias, tanto discursivas como territoriales, para mejorar sus posibilidades en octubre.
Daniel Scioli sabe que quedó cerca del objetivo, pero cada punto que lo separa de la meta requiere ahora de un trabajo focalizado. Por eso, también reforzará la campaña en la provincia de Buenos Aires, bastión fundamental para robustecer sus pretensiones electorales y donde su cosecha no fue la esperada.
Lo mismo ocurrirá en Córdoba, donde sacó menos del 15%. La estrategia se completará con la seducción del voto peronista que no lo eligió en las PASO. Así quedó planteada la segunda etapa del plan que el gobernador ya puso en marcha con el propósito de llevarse el premio mayor en octubre: ganar en primera vuelta.
Tras una semana difícil para el candidato presidencial del Frente para la Victoria por las inundaciones en el territorio bonaerense, por las que tuvo que suspender su visita a Italia, Scioli aspira a que en los próximos días quede superado el problema.
Así, se dedicará especialmente a recorrer la provincia que gobierna desde hace ocho años. El 40% que cosechó la fórmula con Carlos Zannini generó preocupación, pero al mismo tiempo abrió una oportunidad para ir a buscar nuevos votantes. "Todavía podemos crecer mucho", aseguró Jorge Telerman, coordinador de comunicación de la campaña. "Daniel tendrá una fuerte presencia en la provincia y Karina [Rabolini] en el resto del país.
Creemos que podemos hacer una elección mucho mejor", dijeron a fuentes del sciolismo. La maratón de la presidenta de la Fundación Banco Provincia comenzará mañana en Tucumán.
Para intentar revertir esos guarismos, Scioli les encomendó al jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, y a la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez, un diagnóstico distrito por distrito. Cuando la evaluación de la performance en el municipio es buena, se resolvió continuar con lo que se hizo hasta el momento.
Si el resultado no fue el esperado, como sucedió en Mar del Plata o en La Plata, se modificará la táctica; esto incluye más presencia del candidato y soluciones para los principales problemas que afectan a esa comunidad.
Los números que arrojan desde el sciolismo indican que pueden llegar a crecer entre un 5 y 6% en la provincia. Lo mismo, en Córdoba. "Sin «el Gallego» [José Manuel de la Sota] en la boleta, ya estamos subiendo. Si a eso le agregás parte del voto peronista que acompañó a Massa y que nunca acompañaría a Macri, con eso estamos", se esperanzan en el equipo de campaña. El mapa con el resultado muestra que la zona central del país, incluida la Capital Federal, fue la más esquiva al oficialismo en las PASO.
Entregados a la aritmética, en el sciolismo aseguran que el "negocio" está en el 1 por 2. ¿En qué consiste? "Con el recuento definitivo la diferencia final será 39 para nosotros contra 29 de Cambiemos. Con seis puntos más llegamos a 45%, mientras que Macri con 12 sigue lejos", explicó Juan Courel, secretario de Comunicación Pública bonaerense.
Para intentar seducir a la clase media, Scioli hablará del futuro. Ahí insistirá en la creación de un Banco de Desarrollo, mejorar la calidad educativa, avanzar con el trabajo en blanco y aumentar el presupuesto de ciencia y tecnología. También exponer a Mauricio Macri, su rival más directo, como hizo en los últimos días por el tema inundaciones y el debate sobre una devaluación.
Tratará de potenciar el aporte de Vidal y sacar más ventaja en la Capital
El análisis fino de las PASO dejó lugar al optimismo, pero también un sabor agridulce para Mauricio Macri. "Sacamos un gran resultado, los 30 puntos son nuestro piso, pero hay que mejorar en varios lugares", resumen en su comando de campaña.
La mayor sorpresa fue la provincia de Buenos Aires, donde el aporte de María Eugenia Vidal fue mayor que el esperado. "El objetivo es ganar la provincia, vital para que Mauricio sea presidente", dijo a LA NACION Jorge Macri, presidente de Pro bonaerense. ¿De qué manera? Machacando sobre la polémica imagen de Aníbal Fernández y sumando a Gabriela Michetti a la campaña. "Y podemos sumar algunos de Solá y de Domínguez", agregan en el macrismo.
¿Dónde mejorar? Capital Federal, aunque parezca mentira, es uno de los objetivos. Los responsables del distrito, con Horacio Rodríguez Larreta y Marcos Peña a la cabeza, preparan una "salida fuerte" por los barrios para llegar "al 50 por ciento de los votos". Podría ayudarlos la resolución de la Justicia que determinó anteayer devolver los fondos de los depósitos judiciales al Banco Ciudad, lo que les permitiría otorgar más créditos para la vivienda en las próximas semanas.
El norte del país, donde el kirchnerismo le sacó un millón y medio de votos de ventaja, fue tal vez el mayor déficit para el macrismo. Muchos en Pro miran con recelo a Emilio Monzó y a su responsable del armado allí, Pablo Walter, pero por sobre todo a la actitud de aliados radicales como Gerardo Morales (Jujuy) y José Cano (Tucumán), que sacaron buena diferencia de votos en el rubro gobernador, muy por encima de Macri. "Hicieron delivery de boletas, las repartían con Macri, pero también con las de Massa", se quejan en el macrismo. ¿Solución? En Pro confirman que en esa región volverán a utilizar más política tradicional (más afiches, pasacalles, publicidad) y "menos Facebook y Twitter", ironizaron desde Pro con ironías hacia Peña. En tren de recuperar terreno, Monzó confirmó ayer a LA NACION que Macri estará en Tucumán el miércoles para apoyar a Cano, que el domingo buscará convertirse en gobernador de esa provincia.
En el centro, donde Pro sacó buenos resultados, habrá más énfasis en el voto radical de Santa Fe (Mario Barletta, aliado al socialismo gobernante, anunció su intención de votar a Macri) y al peronista en Córdoba, buscando los 600.000 votos allí de José Manuel de la Sota. En Entre Ríos, Alfredo de Ángeli quedó ocho puntos debajo del oficialismo, pero Macri a sólo cuatro de Scioli, por lo que en la campaña apuntarán a las ciudades donde se impuso el FPV.
Algunas diferencias sutiles: en Mendoza, gracias al aporte de Julio Cobos que ganó las PASO a senador, la performance fue mucho mejor que en las vecinas La Rioja, San Juan y San Luis. Los elogios de Macri a la gestión de los Rodríguez Saá van en camino de recuperar parte de esos votos.
Atentos a mejorar la fiscalización después de la primera experiencia, y sin dudar que Sanz y Carrió colaborarán en la campaña, en Pro descartan un acuerdo nacional con Sergio Massa. Pero, por las dudas, en el comando nacional tienen una lista de 16 intendencias bonaerenses donde "un opositor" sea macrista o massista, le ganaría al kirchnerismo si fuera el único contendiente opositor de acuerdo con los resultados de las PASO. ¿Habrá acuerdos locales? Nadie se anima a desmentirlo del todo.
Necesita 25 puntos en la provincia, retener los votos de De la Sota en Córdoba y defender el Noroeste
Al operador massista no le hizo falta sacar una planilla para hacer los cálculos. "En la Capital y en la provincia, donde votaron 10 millones de personas, conseguimos el 17,5% de los votos. En el interior, donde votaron 12 millones, alcanzamos el 24,5%. Está claro dónde tenemos que crecer y dónde repetir. Si conseguimos 25 puntos en todo el país, entramos en segunda vuelta", recitó, casi de memoria.
El análisis va en línea con lo que anticipó Sergio Massa el lunes, durante una conferencia de prensa, ante la pregunta por los diez puntos de ventaja que Cambiemos le sacó a UNA. El tigrense explicó que, en realidad, necesita restarle cinco a Mauricio Macri, para que ambos finalicen en torno a los 25 puntos.
Ese número mágico, 25 puntos, permitiría también preservar los municipios propios. De todos modos, la ecuación sólo tiene sentido si no se da otra variable: no sólo que Macri no crezca ni Massa pierda votos de las PASO, sino que Daniel Scioli no llegue a los 40 puntos.
Massa priorizará sus esfuerzos para recuperar la provincia de Buenos Aires. En las PASO, Cambiemos logró casi 29 puntos, mientras que UNA se quedó en 20. Un escenario enteramente inverso al que imaginaban en Tigre sólo meses atrás.
El eje de la campaña de Massa seguirá siendo el de las propuestas, pero en su equipo anticipan un discurso del tigrense más radicalizado y frontal hacia Macri y Scioli, y con un tono mucho más peronista, sobre todo en las bajadas al segundo y tercer cordón del conurbano.
Ayer, antes de partir a una recorrida por Salto y Arrecifes, Massa volvió a rechazar de plano un acuerdo con el líder de Pro y responsabilizó a "las miserias y fracasos" de la gestión de Scioli por las inundaciones.
Su candidato a gobernador, Felipe Solá, no sólo planea seguir batallando al kirchnerista Aníbal Fernández: ahora también apuntará contra María Eugenia Vidal.
Cualquier crecimiento posible dependerá de que no haya fuga de votos. La lupa estará puesta en Córdoba, donde UNA consiguió el 38% de los sufragios, pero el gobernador cordobés, José Manuel de la Sota, facturó el 85% de ese caudal. Para evitar el safari electoral que proyectan sciolistas y macristas en esas tierras, Massa pegará su figura a la de De la Sota, al que quiere convertir en "jefe político" de UNA.
El mismo esfuerzo deberá replicar en la Capital Federal y Mendoza, donde repitió la misma cosecha: 13,38 puntos. Allí, como en otros grandes centros urbanos y capitales provinciales, Massa doblará sus presencias mediáticas.
De la mano de su candidato a vice, el salteño Gustavo Sáenz, y de los socios locales -radicales y peronistas- con los que trabó alianzas, Massa consiguió algunos de sus mejores resultados en las provincias del Norte y Noroeste. Son territorios peronistas que necesitará proteger para frenar a Cambiemos, que, en contrapartida, le sacó buena diferencia en el Litoral.
El otro desafío es el patagónico, que quedó bajo el comando operativo de Graciela Camaño. Allí Massa reforzó esta semana el respaldo del senador neuquino Guillermo Pereyra, sindicalista petrolero y miembro del MPN.
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