Este próximo domingo será la primera vez que el chavismo se enfrente a una derrota electoral que parece un hecho, según las últimas encuestas que circulan en Venezuela, y que le brindan a la oposición una ventaja que va entre el 10 y el 30%.

El Gobierno de Nicolás Maduro, en el que se han agudizado la escasez de bienes básicos, la alta inflación, la violencia y los presos políticos, afronta su mayor prueba desde 2013: es posible que después de las elecciones de diputados de este 6 de diciembre, el hijo político del fallecido Hugo Chávez tenga que gobernar con un Poder Legislativo contrario a su voluntad, dominado por la oposición. Algo inimaginable en el Gobierno venezolano desde 2005, cuando sus adversarios se retiraron de las elecciones legislativas y la Asamblea Nacional -el Parlamento venezolano- quedó en manos del chavismo.

Maduro ha dejado colar la idea de que podrían tener un revés. "Si perdemos nos lanzaremos a las calles", ha dicho recientemente. También se ha paseado por la larga lista de programas sociales y becas -diezmados ahora por la menor disponibilidad de recursos- que, según él, se perdería "si gana la burguesía". El presidente del Parlamento y número dos del Gobierno, el capitán del Ejército, Diosdado Cabello, ha lanzado esta semana una frase críptica en su programa televisivo: "Se van a llevar una sorpresa con los resultados del domingo".

La campaña ha estado marcada por la violencia. La semana pasada, en el Estado de Guárico, fue asesinado Luis Manuel Díaz, dirigente del partido Acción Democrática, en un mitin coordinado por Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, líder de Voluntad Popular, preso desde hace casi dos años y condenado a casi 14 años de cárcel por aupar las protestas de 2014. La oposición ha señalado que Díaz fue asesinado por partidarios del chavismo, pero el Gobierno insiste en el que el asesinato se debió a conflictos entre bandas rivales.

Sin embargo, ese no ha sido el único incidente con armas de fuego. En Petare -una de las zonas más pobres y populares de Caracas- fue repelido a balas el grupo que acompañaba al candidato opositor Miguel Pizarro. Aunque los opositores han presentado fotos de hombres con camisa roja -con consignas del chavismo- que blandían armas, supuestamente los atacantes, el único preso por este incidente es el director de la policía de la localidad, que es gobernada por el opositor Carlos Ocariz.

En Venezuela, la figura de la observación electoral fue reemplazada por la del acompañamiento.Entre esos acompañantes aceptados por el CNE, está el expresidente de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien se reunió el miércoles con Tibisay Lucena, la presidenta del Poder Electoral y prometió que -junto con otros expresidentes latinoamericanos- publicará un informe sobre lo observado al día siguiente de la elección. Los corresponsales de la prensa internacional han sufrido retrasos o negación de las credenciales y hasta detenciones en el aeropuerto.

Fuente:Por Adriana Rivera (Caracas)