Como todos los años, la Dirección General de Asuntos Extranjeros de la Municipalidad, colabora con la comunidad judía en el desarrollo de ésta, que es una de las principales festividades. Al respecto, la titular del área, Guadalupe Núñez, confirmó que este año se realizará entre el domingo 6 y el lunes 14 de diciembre en la Plazoleta IV Siglos e invitó “tanto a los miembros de la colectividad judía en Salta, como a todos los que quieran participar y observar esta tradición ancestral”.

Llamada también la Fiesta de las Luces o Luminarias, es una festividad judaica. Celebrada durante ocho días, conmemora la derrota de los helenos y la recuperación de la independencia judía a manos de los Macabeos sobre los griegos, y la posterior purificación del Templo de Jerusalén de los iconos paganos, en el siglo II a. C.

La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba sólo para uno, lo que dio origen a la principal costumbre de la festividad.

La festividad acontece el 25 de Kislev del calendario judío, fecha que acontece entre fines de noviembre y comienzos de diciembre del calendario gregoriano.

Un poco de historia

En la época del Segundo Templo Sagrado, el régimen sirio-griego pretendió alejar a los judíos del judaísmo con la esperanza de asimilarlos a la cultura griega. S declaró ilegal la observancia de la religión (incluyendo la circuncisión, el Shabat y el estudio de la Torá), castigando al trasgresor con pena de muerte.

Cuando los griegos desafiaron a los judíos y les ordenaron sacrificar un cerdo a un dios griego, unos pocos tomaron las colinas de Judea en una revuelta contra esta amenaza a la vida judía. Esta pequeña banda desató un conflicto armado contra el ejército sirio-griego. Antíoco envió miles de tropas armadas para aplastar la rebelión peo después de tres años, los Macabeos tuvieron un éxito milagroso y echaron de sus tierras a los extranjeros. Los guerreros judíos entraron a Jerusalén donde encontraron el Templo Sagrado en ruinas y profanado con ídolos. Los Macabeos lo reinauguraron el 25 del mes judío de Kislev. Pero cuando llegó el momento de re-encender la Menorá (candelabro que simboliza la presencia divina), sólo encontraron una vasija de aceite puro. De todas formas la encendieron y fueron recompensados con un milagro: esa pequeña vasija ardió por ocho días, el tiempo necesario para producir un nuevo suministro de aceite.

A partir de entonces, los judíos observan la festividad de Jánuca durante ocho días en honor a esta victoria histórica y al milagro del aceite