INTERNACIONALES
8 de enero de 2016
Brasil: la caída del gigante jaquea a la industria argentina
Es destino del 46% de las exportaciones locales de origen industrial y los pronósticos por ahora no le auguran una salida de la recesión, la peor de los últimos 80 años.
El saldo comercial de diciembre arrojó un déficit para Argentina de u$s 267 millones y el comercio bilateral retrocedió 31,4%. Buscar nuevos mercados, la recomendación de los especialistas.
A pesar del levantamiento del cepo y las trabas comerciales, 2016 promete ser un año difícil para el sector industrial: Brasil, destino de 46% de las exportaciones argentinas de manufacturas de origen industrial, seguirá en recesión y sin perspectiva cierta de salida.
La economía brasileña habría caído 3,6% en 2015, según estimaciones oficiales, con una inflación de 10,8 por ciento, más del doble de la meta de su banco central. También según proyecciones oficiales, este año la actividad en el país vecino retrocedería otro 1,9 por ciento. De concretarse este escenario, al concluir 2016, el PBI brasileño se habrá contraído por dos años seguidos por primera vez desde 1931.
El nivel de actividad de Brasil es crucial para las exportaciones argentinas, especialmente para las de origen industrial. Cuando Brasil crece, aumenta su demanda de importaciones totales, 6,2% de las cuales provienen de la Argentina, tercer origen tras China y los Estados Unidos.
El comercio bilateral entre la Argentina y Brasil (importaciones más exportaciones) fue de unos u$s 23.000 millones en 2015, 18,8% menos que en 2014. El saldo comercial resultó deficitario para la Argentina por u$s 2.515 millones, muy por debajo del comercio casi equilibrado que se había alcanzado en 2014 (u$s 139 millones a favor de Brasil), dado que las exportaciones argentinas hacia Brasil cayeron más del doble que las importaciones (-27,3% y -10,4%, respectivamente), según anticipó Abeceb en base a datos oficiales brasileños. Es decir, el déficit comercial argentino con Brasil se multiplicó por 18 el año último respecto de 2014.
Poniendo la lupa en los datos de diciembre, durante el último mes del año los envíos argentinos hacia el país vecino se desplomaron 47,9% respecto de igual período de 2014, totalizando u$s 619 millones, un valor similar al de la crisis de 2009. En cuanto a las compras argentinas de origen brasileño, en diciembre cayeron 11,8%, acumulando u$s 886 millones. El saldo comercial de diciembre arrojó un déficit para la Argentina de u$s 267 millones y el comercio bilateral (importaciones más exportaciones) retrocedió un 31,4% en el mes.
Proyecciones
Históricamente, según el Ieral de la Fundación Mediterránea, cada punto de variación en el índice de producción industrial brasileño se corresponde con tres puntos de variación (de igual signo) en las exportaciones manufactureras de la Argentina. En 2015, la producción industrial de Brasil cayó un 7,7% interanual y se prevé un descenso adicional de 3,5% para 2016, lo cual representa "un severo desafío" para la industria argentina en este año, evalúa el Ieral.
A partir de los datos de la última década, el Ieral proyecta que las exportaciones totales de manufacturas de origen industrial caigan 4,5% en 2016 respecto del año previo, desacelerando su retroceso con relación al desplome de 16,9% en 2015, pero sin lograr revertir el deterioro de los últimos cuatro años.
No obstante, dada la magnitud de las reformas que viene implementando el Gobierno, advierte el think tank cordobés, la industria local podría penetrar más agresivamente en otros mercados de la región y del resto del mundo para compensar la debilidad de la demanda brasileña y evitar que se materialice esta proyección basada en datos históricos.
Sobre llovido, mojado
A la caída de la demanda brasileña de importaciones argentinas, se suman los problemas de competitividad-precio que aún persisten para la producción nacional. A pesar de la reciente devaluación en la Argentina, el tipo de cambio bilateral con Brasil todavía deja al peso 17% apreciado respecto de 1997 y 31% respecto del promedio de los últimos 18 años.
En los últimos cuatro años, por el atraso cambiario asociado al cepo y las trabas al comercio exterior, las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI) acumularon una caída de 30% en dólares. Si bien a partir del levantamiento del cepo y las restricciones, las empresas empezaron a recuperar rentabilidad, con un dólar a $13,5, la corrección en términos de competitividad cambiaria frente al real brasileño es parcial.
Según Matías Surt, de Invecq, "el salto de la cotización local del dólar no alcanzó para compensar el hundimiento del real y la inflación acumulada en la Argentina en los últimos 12 meses" y sólo representa un mejoramiento. El tipo de cambio real bilateral con Brasil, respecto de diciembre de 2001, es un 40% superior para el inicio de 2016 y está muy por debajo del promedio de los últimos años (entre 2007 y 2011, en promedio, se ubicaba 145% por arriba de diciembre de 2001). A pesar del levantamiento del cepo y de la depreciación del peso, a diciembre de 2015 el tipo de cambio real con Brasil cayó un 8 % interanual.
Un tipo de cambio relativamente atrasado con respecto a la tendencia de los últimos años implica una menor protección al ingreso de bienes y servicios importados desde Brasil y un menor estímulo a las exportaciones argentinas hacia el país vecino, advierte Surt, como se refleja en el éxodo turístico de argentinos hacia las playas brasileras (ver recuadro pág. 4).
Sin embargo, la actual cotización del real, de cuatro dólares o más, podría ser coyuntural y reflejar la "incertidumbre política" brasileña en vez de sus fundamentos económicos, advierte el reporte del Ieral.
"La salida del cepo permitió compensar buena parte del proceso de devaluación que viene sufriendo Brasil", evalúa Jorge Colina, jefe de investigaciones de IDESA. "De todas formas, lo importante para el comercio bilateral será la estabilidad económica de ambos países y la normalización de los mecanismos administrativos para comerciar, o sea, dejar atrás las prohibiciones y las trabas", agrega. "Mucho del comercio bilateral entre la Argentina y Brasil es intraindustria por lo que lo más importante es la estabilidad de las relaciones de largo plazo más que vaivenes coyunturales de los tipos de cambio", considera.
Automotrices afectadas
En términos sectoriales, "la incidencia de la situación brasileña se nota en la caída de los niveles de actividad de las economías regionales y de industrias como la automotriz, los plásticos y la química, que han visto disminuir su intercambio comercial fuertemente", detalla Raúl Ochoa, exsubsecretario de Comercio Exterior.
En particular, el rubro exportador argentino más afectado por la recesión brasileña es y será el automotor, ya que, del total de sus exportaciones, 80% se destina al país vecino. Las exportaciones argentinas a Brasil de vehículos y autopartes cayeron 32,8% interanual en el acumulado a octubre, último dato oficial disponible. "A diferencia de 2014, cuando tanto la dinámica de Brasil como el mercado interno tiraban para abajo a la producción, en 2015 hubo varios meses de suba en las ventas locales, pero que no llegaron a compensar el mal desempeño del comercio con Brasil", subraya Surt.
Cuidados paliativos
Reducir la carga tributaria, ganar competitividad sistémica y diversificar los mercados de exportación son las vías que recomiendan los analistas para aliviar el impacto local de la crisis brasileña. La reciente reducción de los impuestos internos sobre los autos "abarata el costo de los autos, quitándoles algo del peso del Estado, para dinamizar las ventas locales y compensar el efecto negativo de Brasil sobre una industria clave", evalúa Surt, quien, sin embargo, advierte que la situación fiscal argentina limita las posibilidades de hacer políticas de estímulo.
La disyuntiva del equipo económico es "agilizar la reactivación económica con estímulos a la actividad o ser duro con las correcciones de los desequilibrios aunque eso retarde más la vuelta al crecimiento", plantea. Según Colina, el Gobierno debería apuntar a diversificar los destinos de las exportaciones. "En los últimos años, la Argentina ha profundizado su dependencia de Brasil", resalta y considera que, sin dar marcha atrás en la profundización de las relaciones comerciales con ese país, se debe buscar nuevos mercados en América del Norte, Europa y Asia y avanzar en los de América Latina, donde la Argentina tiene complementariedad.
Para compensar al gigante del Mercosur, "podría pensarse en México, el segundo mercado en importancia para la actividad automotriz y que no está atravesando por las dificultades de Brasil", sostiene Surt. Pero, por las características de la industria automotriz, es difícil pensar en un reemplazo rápido de mercados. "La inserción de las actividades económicas modernas en las denominadas cadenas globales de valor hace que estas adaptaciones no puedan ser llevadas a cabo en el corto plazo", resalta.
Una buena
"En la medida en que haya estancamiento en Brasil y la Argentina consolide su proceso de estabilidad y atracción de inversiones, es posible que la inversión extranjera directa (IED) brasileña sea una protagonista en los flujos de nuevas inversiones en la Argentina", prevé Colina.
En sintonía, Dante Sica, exsecretario de Industria y director de Abeceb, considera que "dadas las dificultades en el mercado vecino, muchas firmas brasileñas y latinoamericanas estarían analizando relocalizarse en la Argentina, tras el cambio de gobierno y la liberación del cepo cambiario".
"Por la incertidumbre del mercado brasileño, la Argentina se está mostrando como mejor destinatario de los flujos de IED que el Brasil del corto y mediano plazo", coincide Gustavo Segré, CEO de Center Group. Para Surt, las expectativas respecto de la llegada de inversores extranjeros, en general, son positivas. "Con el fin del cepo cambiario, el giro en las relaciones internacionales que pudo observarse desde los primeros días del nuevo gobierno y el estilo más market-friendly de la nueva gestión, es esperable un cambio de tendencia en la dinámica de las IED, luego de años de quedar relegados de los grandes flujos que llegaban a América del Sur", afirma y agrega que la reducción del riesgo país argentino, que cerró 2015 por debajo del brasilero luego de ocho años, da cuentas del renovado interés del mercado. Como ejemplos, Surt menciona los casos del frigorífico Minerva y la minera Vale. Alentado por la quita de retenciones y la normalización del mercado cambiario, el segundo exportador de carne de Brasil, Minerva, estaría interesado en desembarcar en el país. También directivos de la minera Vale estarían comenzando a gestionar la reactivación del proyecto suspendido en 2013 por los problemas cambiarios.
Fuente:DyN
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