El producto "top" como son las naftas premium -que hasta principios de 2015 eran que las más crecían en ventas- ahora se encuentran cuesta abajo, mientras las variedades super y común volvieron a recuperar parte del terreno que habían perdido en los últimos años.
 

Las naftas vienen de una fuerte suba de precios, que alcanza al 30% en lo que va del año, muy por arriba del resto de los precios y de los salarios. Eso es parte importante de la explicación. La otra, la recesión de la economía, reconocida hasta por el INDEC.

Si en los alimentos los consumidores cuando ajustan pasan de primeras a segundas marcas, a la hora de llenar el tanque actúan igual. En los últimos años, la nafta premium venía creciendo a tasas de dos dígitos. Ahora lleva tres meses seguidos de caída. La súper, con precios más bajos, es la que absorbe parte de esa demanda. Comparando abril de este año con abril de 2016, su demanda creció un 8,2%.

“En Capital nos estamos manteniendo-dice Rosario Sica, de la cámara que reúne a los dueños de estaciones de servicio-.

Pero en el interior hay localidades donde hablan de caídas de hasta 30%.

El mayor problema es el retroceso en la venta del gasoil”.

Aquí se da una paradoja: con cosecha record de soja, el consumo de gasoil del campo está en baja.

Ya se habla de una caída del 13,3% en mayo respecto al año pasado. “Se está sintiendo la paralización de la economía”, añade Sica.

Así como no en todas las localidades el impacto es el mismo, tampoco es igual cómo golpea el fenómeno a las distintas petroleras. Tradicionalmente, los argentinos han cargado combustible sin mirar demasiado el precio. Pero la crisis está cambiando hábitos, y hoy, dicen los estacioneros, se mira dónde está más barata la nafta antes de llenar el tanque. YPF mantiene su política de ser la que tiene precios más bajos del mercado. Y eso le reporta ganar clientes.

De esta manera, en abril YPF vendió un 14,2% más de naftas, contra una caída del 9,8% para Petrobras, 7% para Esso y del 6% para Shell.