VATICANO
28 de julio de 2016
El Papa pide a los jóvenes no ir detrás de vendedores de humo
Francisco criticó a los chicos “aburridos y aburridores” y elogió a “los apasionados y revoltosos”, lo dijo en la apertura de la Jornada Mundial de la Juventud.
La multitudes, comenzó a confirmarse ayer que la popularidad del Papa Francisco es también alta en la tierra natal de Juan Pablo II, cuyo recuerdo sigue muy presente en la mente y el corazón de sus compatriotas.
Fiel a su estilo sencillo y sin temer por su seguridad, el papa Francisco se trasladó este jueves en tranvía hasta Blonia, un enorme parque en el centro de Cracovia, donde unos 600.000 jóvenes de todo el mundo lo recibieron en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
En la tarde de su segundo día en Polonia, fue recibido con gran júbilo en un enorme predio en las afueras de Cracovia por el medio millón de jóvenes que participan de la Jornada Mundial de la Juventud que organiza la Iglesia. Pero, como muchas de esas chicas y muchachos son extranjeros -hay de más de 180 países-, más significativa fue la calurosa bienvenida que le dieron por la mañana otro medio millón de fieles cuando llegó a las inmediaciones del santuario de Jasna Gora, en Czestochowa, el corazón espiritual de la nación más católica de Europa.
No obstante, las expectativas eran diferentes. La visita al santuario prometía tener más recogimiento, que ciertamente lo tuvo. Y el encuentro con los jóvenes, ser muy bullanguero, que también lo fue. Desde temprano grupos musicales, coros y orquestas venían preparando el clima para la llegada del Papa. Así, cuando a media tarde Francisco comenzó a recorrer el parque Blonia, estallaron los vítores a su paso y el agitar de banderas de los más diversos países. La concentración adquirió un aspecto multicolor todavía mayor porque lloviznaba y los jóvenes -que no se movían del lugar- lucían vistosos pilotos de nylon previstos por los organizadores. Una numerosa orquesta hacía aún más vibrante el recorrido del Papa hasta el enorme escenario.
Entre la multitud se destacaban varias banderas argentinas. De hecho, se inscribieron para el encuentro unos 3.500 jóvenes. Clarín se cruzó con un grupo de la iglesia Santa Rita, de San Isidro, y de Nuestra Señora de Nazareth, de Rosario. Todos sus integrantes coincidían en que habían percibido que Francisco es muy querido entre los polacos, si bien tienen muy presente a Juan Pablo II. Además, dijeron que estaban siendo muy bien acogidos en las escuelas y casas particulares que se dispusieron para alojar a los jóvenes peregrinos.
En el caso de los rosarinos, contaron que en el último año se pasaron realizando eventos todos los meses para conseguir los fondos y así poder viajar. Varios de ellos estaban muy contentos porque era la primera vez que veían en persona a Francisco.
El encuentro comenzó con un desfile de delegaciones de los cinco continentes e, incluso, de regiones como América Latina y Norteamérica, vestidos con ropas típicas y danzando al compás de música de su folklore.
Cada delegación era ovacionada por el público que representaba. Un dato significativo es que entre ellas se contó una de China (de hecho, entre la concurrencia había jóvenes chinos), en un país donde el catolicismo que responde al Vaticano está proscripto y sus miembros sufren persecuciones, si bien últimamente mermaron.
Francisco ansía poder visitar ese enorme país antes de que termine su mandato y la diplomacia vaticana está trabajando en esa dirección. También había chicas y muchachos sirios e iraquíes, cuyos países están atravesados por la violencia.
Por lo demás, impresionó el operativo de seguridad por el enorme despliegue de efectivos, los vallados y, sobre todo, la minuciosa revisación de todo aquel que quería entrar al predio, además del sobrevuelo de helicópteros.
El gobierno polaco, en coordinación con el Vaticano, tenía previstas medidas de protección, pero la advertencia en mayo de Estados Unidos de que la Jornada Mundial de la Juventud era un objetivo potencial del terrorismo y la ola de ataques que sacudió en las últimas semanas a Europa, que incluyó este martes el asesinato de un sacerdote en Francia, extremaron los recaudos. Para más de un experto, se trata del viaje más riesgoso de Francisco después del que hizo en noviembre pasado por tres países de Africa, sobre todo a República Centroafricana.
En su mensaje, el Papa expresó que le “genera dolor encontrar a jóvenes que parecen haberse ‘jubilado’ antes de tiempo. Me preocupa ver a jóvenes que `tiraron la toalla’ antes de empezar el partido. Que están ‘entregados’ sin haber empezado a jugar. Que caminan con rostros tristes como si su vida no valiera. Son jóvenes esencialmente aburridos… y aburridores. Es difícil y a su vez cuestionador, por otro lado, ver jóvenes que dejan la vida buscando el ‘vértigo’, o esa sensación de sentirse vivos por caminos oscuros, que al final terminan ‘pagando’… y pagando caro. Cuestiona ver a jóvenes que pierden hermosos años de sus vidas y sus energías corriendo detrás de vendedores de falsas ilusiones (en mi tierra natal diríamos ‘vendedores de humo’) que les roban lo mejor”.
"Nos hemos reunidos para ayudarnos unos a otros porque no queremos dejarnos robar lo mejor de nosotros mismos, no queremos permitir que nos roben las energías, la alegría, los sueños, con falsas ilusiones", añadió.
Con todo, Francisco destacó que en los años que lleva de obispo aprendió que “no hay nada más hermoso que contemplar las ganas, la entrega, la pasión y la energía con que muchos jóvenes viven la vida”. Más adelante, agregó que “es estimulante escucharlos, compartir sus sueños, sus interrogantes y sus ganas de rebelarse contra todos aquellos que dicen que las cosas no pueden cambiar”. Y completó: “es lindo, y me conforta el corazón, verlos tan revoltosos”.
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