Hay un fantasma que sobrevuela en este 52° Coloquio de IDEA y basta invocarlo para ahuyentar a los empresarios que se pasean por los pasillos del Hotel Sheraton de esta ciudad. Son sólo cinco palabras las que desatan la estampida: bono de fin de año. Las caras de los ejecutivos se transfiguran al tiempo que ensayan una respuesta. La más escuchada fue: "Es imposible que haya un bono uniforme en el sector privado".

Según señalan los hombres de negocios consultados, "el horno no está para bollos", puesto que hay algunos sectores que están sufriendo más que otros y que, por lo tanto, se deberá analizar industria por industria la posibilidad de entregar una suma extra en diciembre. Algunos, incluso, especulan con que se achique el ajuste por paritarias y se incluya dentro de ellas el cuestionado bono.

"La verdad es que yo no veo posible que se pueda dar un bono uniforme en el sector privado", disparó Adrián Kaufmann, director ejecutivo de Arcor y presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA). Hay, según dijo, sectores que podrán otorgarlo, como el agro y, en parte, la construcción (que empezó a crecer); pero otros están muy complicados.

Foto: UIA

Casi tocándole el hombro a Kaufmann, Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Chrysler Automobiles (FCA), asentía con la cabeza y coincidía con lo que afirmaba su par. "No podemos estar pensando en un bono cuando trabajamos sólo siete de los 30 días del mes", agregó meneando la cabeza hacia un lado y hacia otro. Muy cerca de ellos, David Uriburu, presidente de Siderar (Techint), también asentía y se mostraba de acuerdo con lo que opinaba el grupo.

No distó mucho de ese panorama el escenario que pintó José Urtubey, presidente de Celulosa Argentina y hermano del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. "Creo que lo que va a suceder es que se va a analizar industria por industria y cada una dirá, en su caso, si está en condiciones de pagar un bono de fin de año o no", dijo. Y agregó: "Hay otras cosas que debemos discutir antes, como un proyecto de desarrollo de país y el tan postergado ajuste por inflación en los balances de las empresas".

También, claro está, hubo lugar para el optimismo. Marcelo Figueiras, dueño de Laboratorios Richmond, expresó: "Pienso que bono de fin de año va a haber y eso va a ayudar para calmar un poco la demanda y poder terminar este 2016 en paz". No sólo eso. El empresario estimó que se va a terminar el año con menos inflación y adelantó que su empresa invertirá en un nuevo laboratorio de oncología enfocado en la exportación.

El debate por la inflación

Si algo quedó en claro es que ahora se puede tener un diálogo con el Gobierno, aunque no se coincida en todo con sus políticas. "Ahora está permitido el disenso", repiten los hombres de negocios en los breaks pautados entre panel y panel. Y si en algo no coinciden precisamente es en las metas de inflación: "Federico Sturzenegger [presidente del Banco Central] nos dijo que calcula un índice de entre 12% y 17%, pero para nosotros va a estar cerca del 22%", confió el presidente de la entidad industrial. "Lo que sí vemos es que el año que viene los salarios van a estar por encima de la inflación", acotó.

Consultado sobre si preocupa la avalancha de importaciones, Urtubey respondió que no, porque los sectores más sensibles, como calzado, textiles y juguetes, arreglaron cupos de importación. "Por ese motivo, están tranquilos", destacó el empresario. Y reiteró, una vez más: "Lo que sí nos parece importante destacar es que se deben ajustar por inflación los balances de las compañías".

De lo que no hay dudas es acerca del crecimiento del producto bruto interno (PBI) el año próximo. Según remarcó Uriburu, lo que se ve es un gran crecimiento relacionado al agro y un incipiente repunte de la construcción. "El año que viene creemos que se va a crecer en torno al 3%", estimó el industrial.

Inflación de 22% y un crecimiento en torno de tres puntos porcentuales son dos coincidencias que se repiten en boca de los empresarios en este Coloquio.

Eso sí, una mirada de más corto plazo los obliga a pasar por el fantasma que no quieren ni ver y es ahí, cuando se pronuncian las cinco palabras tan temidas, el momento en que todos concuerdan: "Es imposible que haya un bono uniforme en el sector privado".