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21 de noviembre de 2016

Chocolate para vertir: ¡se mira y no se come!

Chocolateros y diseñadores de moda presentaron creaciones tan divertidas como sofisticadas en el Salón de la famosa Fashion Show, en Beirut. Un asalto a la imaginación, donde la labor al detalle sorprende por lo increíble de cada vestido. Sin desperdicio.

El sueño de todos...Vestir increíbles y además, como si fuera poco, lucir diseños armados en chocolate. Así lo vivieron las modelos que fueron parte del “Salón Du Chocolat 2016 fashion-show” en Beirut.

Pierre Abi Hayla, Lamia Salhab, Ahmad Nahle fueron tres de los 14 especialistas chocolateros invitados a este show en clave de chocolate.

Ni hablar de los avezados diseñadores (Jill Bonica Challita, Andrea Daccak, Eric Mathieu Ritter, entre otros 14 más) que sorprendieron con líneas de vestidos retro, modernos y hasta nupciales, que fueron lucidos con delicadeza milimétrica en la pasarela.

Un Fashion Show para deleitar los sentidos

Se trata de un verdadero match donde talentosos chocolateros y diseñadores colaboran para crear vestidos únicos: cada diseño sorprende por la diversidad de detalles que se trabajan, como si se tratara sólo del manejo de la tela.

Reminiscencias retro. Una de las apuestas más lucidas fue la de los vestidos vintage de línea “fifty”, con ampulosas faldas midi que mostraron su encanto en cinturas ceñidas y escotes estilo “bote”.

 

 

Los corsé, trabajados al detalle de la línea de cada diseñador, impactaron con guiños de flores, lentejuelas, cinturones y telas laminadas; realizadas en chocolate de diversos tonos y grosores. 

 

 

Un dos piezas muy especial. Como si se tratara de emular la falda vaporosa del icónico vestido de Marilyn que sobrevuela con el aire del subte, otro diseño que impactó fue el de un crop top blanco y negro, y una falda “plisada” realizada con movimiento, en chocolate blanco.

 

 

Con la moldería de base, y el diseño de la tela, el chocolate aparece sobrepuesto.

Volumen moderno. Se vio en vestidos cortos, de strapless corazón, con el aplique de chocolate más líquido y chispas confitadas en color.

Moldería rígida. Los diseños de impronta medieval, como si se lucieran verdaderas armaduras de chocolate en piezas más grandes, con faldas a tono, sorprendieron por la audacia.

 

 

Una novia para el cierre. La opción nupcial de impronta  romántica brilló con un vestido trabajado en transparencias, con una ampulosa falda de tul y apliques de chocolate blanco.



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