TECNOLOGIA
11 de enero de 2017
Las impresoras 3D ya imprimen comida: ¿cuánto falta para que lleguen a las cocinas domésticas?
Las impresoras 3D ya han comenzado a imprimir comida, incluso menús sin gluten y con un control exhaustivo de los ingredientes, por lo que pronto se ganarán un lugar en las cocinas, entre la cafetera y la tostadora.
Así lo augura el nutricionista Alex Vidal, profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (España), que destaca que esta nueva tecnología, además de emplearse para imprimir piezas en el sector industrial, fabricar prótesis para la medicina o elaborar las figuras más diversas de decoración, también está entrando en la cocina.
Según Vidal, por ahora las impresoras 3D han entrado en las cocinas de grandes restaurantes y servicios de comida, pero en un futuro próximo aspiran a convertirse en un electrodoméstico más con fines gastronómicos.
"Con esta nueva herramienta es posible diseñar elementos, volúmenes y texturas para dar una vuelta más a las diferentes propuestas y los platos que hacen grandes restaurantes", asegura Vidal.
En un estudio realizado en octubre, la consultora Gartner predecía que en 2016 se venderían más de 455 mil unidades de impresoras 3D, una cifra que de cara al 2020 se incrementará, según los cálculos de la consultora, hasta exceder los 6,7 millones de unidades.
Aunque todavía no están implantadas entre el consumidor final, Vidal ve ventajas en el caso de alergias e intolerancias alimentarias.
"Cuando haya algo que se tenga que controlar mucho, como puede ser una alergia alimentaria o una intolerancia al gluten, puede ser útil. Puede ayudar a esquivar algún nutriente", afirma el nutricionista.
arias empresas se han interesado por la impresión 3D de comida.
Una es Natural Machines, empresa emergente con sede en Barcelona que comercializa la Foodini, una máquina que funciona con cápsulas e imprime una gran variedad de alimentos, tanto dulces como salados.
La empresa canadiense ORD Solutions, que ha impulsado la RoVaPaste Hybrid Food 3D Printer y la también estadounidense Systems and Materials Research, que prepara un modelo que pueda nutrir de manera sana a los astronautas.
Lo cierto es que aunque pueda ser útil para determinados grupos de personas, por el momento esta tecnología "no es accesible para todos" entre otras cosas por su precio, "que supera en muchos casos los 1.000 euros" (más de 1.050 dólares).
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