Lo más llamativo es aún que tantos casos lleguen a ese desenlace cuando de antemano se conocen factores que pueden incidir en su desarrollo, lo que facilita la prevención. 

Hoy es el Día Mundial de la Prevención de este cáncer, jornada que apunta a generar conciencia y difundir medidas de prevención. “La mortalidad es alta”, reconoce Carlos Milutin, responsable del Programa Provincial de Cáncer de Colon.

El gastroenterólogo hizo hincapié en la magnitud con que ha venido creciendo su incidencia en las últimas décadas, en particular desde los años ‘70, cuando era de 5,4 afectados por cada 100 mil personas; hoy esta relación es de 28 cada 100 mil. 

Es el segundo en incidencia, luego del de mama en mujeres y el de próstata en varones. Representa el 11% del total de neoplasias en varones y el 18% en mujeres. Milutin señaló que el cáncer de colon ha desplazado en cantidad de casos en la mujer al cáncer de cuello uterino, que quedó en tercer lugar. 

Se trata de una patología que afecta generalmente a mayores de 50 años, de hecho 90% de los casos se diagnostican a partir de esta edad. Sin embargo, los especialistas reconocen que se aprecia cada vez más en personas jóvenes, a partir de los 40 años, lo cual está asociado mayormente a las condiciones de vida. 

El estrés, la dieta abundante en comida chatarra y pocas fibras, la obesidad, la falta de ejercicio, el tabaquismo y el consumo abusivo de alcohol son conductas habituales para muchos que determinan este impacto. 

Estos malos hábitos “alteran la mucosa del intestino grueso y generan primero un proceso inflamatorio”, explicó el médico. Si no se guardan los requisitos de prevención, el cuadro empeora.

Milutin consideró que en la alta mortalidad incide la falta de información y educación al respecto. “No utilizan los mecanismos de prevención como sí se hace con el cáncer de mama, que logra detectarse con tacto y exámenes y así ha ido disminuyendo”.

El problema es que los exámenes para detectar el cáncer de colon y recto son una especie de tabú y desde su punto de vista, peor aún para el varón que los considera tan invasivos que por prejuicios siente que hasta será vulnerada su masculinidad. 

Factores externos

Todo hace suponer que la alimentación y los factores ambientales son los elementos más determinantes en el desarrollo de este tipo de neoplasia. Es que 75% de los pacientes que lo desarrollan no presentan antecedentes familiares ni personales que permitan presuponer esta posibilidad, por lo que se denominan esporádicos.   

Así lo señala el Instituto Nacional del Cáncer, que además detalla que el resto de los casos (alrededor del 25%) se producen en personas con riesgo adicional debido a antecedente personal de adenomas únicos o múltiples, cáncer colorrectal o enfermedad inflamatoria intestinal, y antecedentes familiares de cáncer colorrectal o de adenomas únicos o múltiples.

Cómo se puede diagnosticar: con un test de sangre oculta en materia fecal, que es la primera instancia para diagnosticar la enfermedad. En caso de resultar positivos se realizarán estudios más exhaustivos. 

El Ministerio de Salud de la provincia informó que se estima que en Salta hay 15% de la población con antecedentes familiares o personales de esta enfermedad y 10% de lo que se denomina riesgo moderado.

La licenciada en Nutrición Fernanda Denaro coincidió en que la alimentación es uno de los factores fundamentales. “Si no hay buen consumo de frutas y verduras se produce estreñimiento” y eso puede predisponer al cáncer colorrectal, lo mismo que en el caso de la obesidad. 

La especialista señaló además que el ritmo de vida empuja a la gente hacia las comidas rápidas pero que hay que evitar “harinas, panificados, embutidos o gaseosas que nos llevan a una mala alimentación”.

Prevención, la mejor estrategia

Hay dos aspectos a tener en cuenta en este sentido: lo vinculado a las condiciones de vida que refieren a prevención primaria y los controles médicos. Algunos consejos: 

1- Consumir una dieta rica en fibras, especialmente vegetales y frutas. 
2- Evitar comidas rápidas, procesadas y con alto contenido en grasas.
3- Incorporar semillas y pescados, grandes aliados por los ácidos grasos que contienen.
4- Disminuir el consumo de carnes rojas y grasas de origen animal.
5- Ingerir productos ricos en calcio (lácteos).
6- Realizar ejercicio físico regularmente. 
7- Controlar el sobrepeso.
8- Disminuir el consumo de bebidas alcohólicas y evitar el tabaco.
9- Las personas mayores de 50 años deben realizarse controles médicos anuales aunque no presenten síntomas.
10- Los menores de 50 años deben realizarse controles si presentan síntomas (sangrado, cambios en la forma habitual de evacuar el intestino, dolor abdominal o rectal frecuente, anemia o pérdida de peso) o si presentan antecedentes familiares en primer grado (madre, padre, hermanos).