En primer lugar, hay que tener en cuenta que no todos los jóvenes son mal educados; pero no es menos cierto que no son ni infrecuentes ni raras las muestras de mal comportamiento: la forma de dirigirse hacia los profesores, modo de sentarse en clase, modo de vestirse... ¿Ha pasado de moda la buena educación en la familia?

¿Por qué reina la mala educación entre los adolescentes?

Aunque parezca que la gente maleducada hace "gracia" en televisión, lo cierto es que a nadie el apetece tener a uno cerca. Sin embargo, además de los medios de comunicación, también hay otros factores que han contribuido a que las buenas maneras estén de capa caída:

- Se ha perdido la importancia hacia los buenos modales, y no se hace hincapié en enseñarlos tanto en casa como en la escuela.

- Falta tiempo de escucha. Hoy en día hay más estrés, tenemos prisa continuamente y no tenemos tiempo para ayudar o escuchar.

- Mal ejemplo en medios de comunicación. Muchos personajes públicos se comportan de forma grosera y zafia. Hacen pensar a muchos jóvenes y adolescentes que estos comportamientos están de moda.

- Los padres se han vuelto más permisivos con la educación de sus hijos. Los jóvenes han crecido acostumbrados a conseguir lo que quieren, a vivir con pocos límites, a creerse el centro del mundo. Los niños consentidos de ayer son los jóvenes maleducados de hoy.

- El nuevo estilo de vida, con nuevas tecnologías, donde se busca lo inmediato y rápido, lleva a descuidar las formas.

- Influencia de modas donde lo chabacano se potencia y se normaliza.

- La sociedad y los padres esperan cada vez menos de los jóvenes: a veces se da por hecho que son todos unos maleducados.

- El mal ejemplo de muchos adultos. Por ejemplo, quienes se cuelan en las colas son personas adultas la gran mayoría de las veces.

La buena educación: esencial para la convivencia

Los modales son las costumbres y las tradiciones de una sociedad que gobiernan cómo las personas se tratan entre ellos y se comportan en situaciones sociales. Se espera de los modales que suavicen las brusquedades propias de la condición humana. Mantienen el orden, extienden los valores sociales y sostienen las relaciones entre las personas de un modo positivo. Podemos imaginarnos el caos y el dolor que experimentaríamos si todo el mundo hiciera lo que quisiera, siempre que quisiera, y sin tener en consideración los sentimientos e intereses de los demás.

Pero, ¿quién debe enseñar lo que no está en los libros? Esas cuestiones elementales y mundanas, que no por ello dejan de tener un considerable peso específico en la vida diaria de los jóvenes y en su relación con los demás. Es preciso tener paciencia, actuar con delicadeza, ser respetuoso con los demás, saber sentarse correctamente, abstenerse de mascar chicle en determinados momentos, saber cuándo hablar y cómo... Actividades todas ellas que requieren no pocas habilidades sociales. Da lo mismo que se les llame urbanidad, modales o buenas maneras, lo cierto es que resultan esenciales para la convivencia. Todos somos seres humanos, pero... ¿dónde se aprende a ser una persona educada?

Incluso hay que respetar a las autoridades competentes. Los adultos lo saben. Los jóvenes deben aprenderlo. La ausencia de orden conduce al caos. Y bueno sería que la educación que se procura dar a los hijos se refleje incluso en los pequeños detalles.

La mala educación: comportamientos que ya no llaman la atención

¿Qué ha pasado para que lleguemos una situación de normalización ante comportamientos de mala educación?

- La vulgaridad y la mala educación se han normalizado y ya no sorprenden a nadie
- Los jóvenes han crecido acostumbrados a conseguir lo que quieren, a vivir con pocos límites
- Carecer de buenos modales es algo que nos termina dañando

A nadie se le escapa que la mala educación se ha instalado en la sociedad bajo la apariencia de "naturalidad" y de "ser auténtico". Y por si fuera poco, muchos consideran la cortesía o los buenos modales como algo propio de débiles o de cursis. 

Fuente:Leonor de Fleming, directora colegio "Facundo Quiroga"