La comunidad del Gymnasium universitario decidió en una votación ajustada que el colegio siga siendo de varones solamente. Tras el debate en los distintos estamentos el consejo asesor determinó por 6 votos contra 5 que no ingresen mujeres. El establecimiento es uno de los siete perteneciente a la Universidad Nacional de Tucumán. Los seis restantes ya tienen matriculas mixtas.

Sandra Mansilla, directora del colegio, dijo que “fue un debate intenso e interesante. El resultado no es más que el reflejo de algo que veníamos advirtiendo desde el año pasado cuando se inició esta discusión: no están dadas las condiciones para que el Gymnasium tome una decisión tan significativa que va a afectar fuertemente su historia institucional. Tenemos un colegio de 69 años, de alta calidad educativa, con fuertes tradiciones y una cultura institucional muy potente, y no habiendo logrado consenso hemos decidido demorar esa decisión”.

Las inscripciones para 2018 se abren la semana próxima y se hará solo con varones. Sin embargo, la directora dejó abierta la posibilidad de que pueda abrirse a mujeres en 2019, tras otro debate. Los votos a favor del ingreso de mujeres fueron de los cinco docentes del consejo mientras que los negativos fueron de los tres representantes estudiantiles, del no docente, del egresado y el de los padres.

Los chicos vienen debatiendo el tema desde hace semanas y definieron su posición en una votación que resultó el 70% en forma negativa. Los argumentos en contra se basaron principalmente en la tradición, entre ellas está el campamento obligatorio que dura 12 días con juegos y acciones destinadas a varones.

El acta fundacional del Gymnasium data de febrero de 1948, en un marco cultural diferente. En 2015, otro de los establecimientos universitarios, la Escuela Sarmiento –que era sólo para mujeres- habilitó el ingreso de varones. Y este mismo año, el Santa Catalina -un tradicional colegio religioso de mujeres con casi 130 años de historia- permitirá el ingreso de varones en 2018.

La directora afirmó que la institución no es discriminatoria sino que cumple con el proyecto educativo formulado en sus orígenes. “Este es un colegio de varones pero la mayoría de los docentes somos mujeres. Lo que pasa es que el colegio tiene un proyecto educativo que se sostuvo en el tiempo y cambiarlo requiere una fuerte modificación educacional, por eso decidimos esperar un poco más para llevarlo a cabo”, dijo.

Facundo, uno de los alumnos que se opone al cambio, consideró que el ingreso de chicas puede hacer perder estos hábitos en especial el campamento. Pedro expresó que pueden convivir ambos géneros pero no lo ve como imprescindible ni perentorio. Santiago dice que acepta la decisión mayoritaria, pero que él está de acuerdo que haya mujeres porque es un derecho y es un colegio de orientación humanista. Mientras que Ezequiel Elsinger, presidente del Club Colegial, le dijo: “Nosotros tenemos el campamento, que está pensado para varones. Son 12 días, es mucho para las mujeres, y pensamos que quizás habría que acortarlo si hubiera mujeres. Nuestros juegos, que quizás para algunos son violentos, son juegos de hombres; es un trato propio de varones con varones”.