“Nada justifica que la esposa del ­jefe del Estado disponga de dinero público”: 231.485 firmas suscribían ayer por la tarde la petición lanzada por el “pintor y escritor” Thierry Paul Valette contra un estatuto de primera dama para Brigitte Macron.

Ya el tema suscitó una enmienda, sostenida por los insumisos y desechada por la mayoría, en los debates parlamentarios sobre el “proyecto de ley por la confianza en nuestra vida democrática”. Los diputados de Jean-Luc Mélenchon negaban “dinero y empleados públicos” a “la esposa, compañera o concubina” del presidente.

La enmienda fue derrotada por 121 votos, la voz de la ministra de Justicia (“No es este el marco adecuado para discutir tal estatuto”) y sobre todo la realidad: sin necesidad de estatuto, ocho personas (colaboradores, secretarios, guardaespaldas) pagadas por el Estado se ocupan ya de Madame, con despacho propio en el palacio del Elíseo.

El tema suscitó una enmienda, sostenida por los insumisos y desechada por la mayoría, en los debates parlamentarios sobre el “proyecto de ley por la confianza en nuestra vida democrática”

En todo caso, fuentes de la presidencia salieron al paso anoche para asegurar que no habrá un estatus oficial para la primera dama, sino una “carta de transparencia” sobre su papel que será publicada muy pronto. Con esta iniciativa, el Elíseo pretende “detener la hipocresía” y “aclarar la situación” ante la polémica planteada sobre la función de Brigitte Macron. En el 2013, los medios dedicados a esa mujer sin función –entonces, Valérie Trierweiller, sin siquiera estatuto civil– costaron 450.000 euros a Francia, según el Tribunal de Cuentas.

“Brigitte Macron dispone de un equipo de dos a tres colaboradores además de dos secretarios y dos guardaespaldas y es suficiente”, confirma el texto de Valette, que se remite “al contexto de ahorro que desea realizar el Gobierno”. Y se opone a “cualquier ataque sexista o que discuta las competencias de Brigitte Macron”. Pero “en un periodo de moralización de la vida política francesa, votado el proyecto de ley que prohíbe especialmente los empleos de familiares de ministros y parlamentarios –escribe– no podemos avalar un estatuto específico para la esposa del presidente”.

El candidato Macron pidió para su cónyuge, si era elegido, “un ­papel público no retribuido por el contribuyente”. Y prometía “definir un marco jurídico” en las primeras semanas tras la elección. “Después, ella decidirá”.

Brigitte Macron dispone de un equipo de dos a tres colaboradores además de dos secretarios y dos guardaespaldas y es suficiente”

Fuera de Francia, una ley estadounidense de 1978 otorga una docena de colaboradores a la first lady, autorizada a pronunciar discursos oficiales y hacer caridad. Pero Joachim Sauer (señor Merkel) va en transporte público a dictar sus clases en la Universidad de Berlín. Y el único privilegio de Phillip May es el de compartir con la primera ministra las comodidades del 10 de Downing Street. Claro que Brigitte a falta de estatutos tiene fans. Pierre Oliver Coste “su más próximo colaborador”, según el ­semanario L’Express, asegura que desde su instalación en el Elíseo recibe un promedio de 140 cartas ­diarias “contra las treinta dirigidas en el mismo periodo a Carla Bruni Sarkozy”. Omnipresente en la pren­sa, Brigitte Macron, como su marido, lo controla todo. Sus fotos las firma Bestimage, agencia people de su amiga Michèle Marchand. Por ejemplo, las que en Gala muestran a una Brigitte instalada en su despacho diseñado por Matali Crasset. “Abuela ideal, esposa perfecta, primera dama en situación, esa mujer que nos cuentan y en­señan – L’Express del 12 de julio– reúne todas las cualidades”.

Fuera de Francia, una ley estadounidense de 1978 otorga una docena de colaboradores a la first lady, autorizada a pronunciar discursos oficiales y hacer caridad.

Pero ¿cuáles requiere el cargo? Trascendió que está en contacto con los ministerios que se ocupan de sus tres intereses: educación, ­salud y minusválidos. Con humor, la jurista y escritora Marcela Iacub (tuvo un romance con Dominique Strauss-Kahn post Sofitel y lo contó en un libro) reconoció en Libé­ration que a Brigitte Macron le ­interesan los autistas. “Pero si lo hace bien –se pregunta– ¿no dejará ver que el Gobierno falta a sus funciones?”.

La solución, para Iacub, sería que “se dedique a las causas imposibles: organizar manifestaciones contra el invierno, la vejez, la muerte”. Pero “en ese caso la tomarían por artista o, peor, por loca, dos condiciones incompatibles con el cargo”.

Foto portada:Brigitte Macron recibió oficialmente el pasado 26 de julio en el palacio del Elíseo a la cantante Rihanna (Christophe Archambault / AFP)