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TECNOLOGIA

5 de septiembre de 2017

Mercedes Benz GLC Coupe 4 Matic: Nuevo lineamiento

El flamante 4×4 de la marca alemana luce un diseño distintivo. Buen confort y seguridad.

Luego de la aparición del rupturista BMW  X6 muchas marcas se sorprendieron por la gran aceptación que tuvo ese diseño. Era lógico se trataba de un modelo grande, con musculo que combinaba las líneas de un SUV con las de un coupé.

Esa misma receta que le dio tanta satisfacción la volvió a repetir con el X4. Los años pasaron y finalmente la marca de la estrella se decidió por  hacer lo propio con los nuevos GLE Coupé y GLC Coupé con un gran parecido a los modelos de BMW.


PRECIOS: GLC 300 4Matic, 94.000 dólares; GLC Coupé 300 4Matic, 96.500 dólares. Garantía de dos años, sin límite de kilometraje.


La tecnología y el equipamiento son uno de los grandes atributos de este GLC Coupé en donde se destaca una generosa pantalla central que emula una tablet y que permite operar múltiples funciones. También ofrece un gran dotación en materia de seguridad, tanto activa como pasiva.

POR FUERA

¿Por qué se llama Coupé si tiene cuatro puertas? Cinco, en realidad, porque el portón trasero también accede al habitáculo. Es parte de la tendencia iniciada ya hace una década por Mercedes-Benz, que llama así a los autos que tienen un diseño de perfil deportivo, donde la luneta trasera cae en forma de coupé.

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En la práctica, la GLC Coupé no es otra cosa que un cambio de carrocería para la GLC 300 4Matic (leer crítica). En nuestro mercado, comparte la misma mecánica, el mismo equipamiento de la versión AMG-Line y la misma plataforma.

El ancho y las distancias entre ejes son iguales. Pero la GLC Coupé es es 76 milímetros más larga y 42 mm más baja. A eso hay que agregarle que el despeje del suelo también se redujo: bajó de 181 a 144 mm.

El resultado, es una SUV con estética más agresiva y deportiva, pero también con menos habilidades para el off-road.

En Mercedes-Benz no se preocupan por ese detalle. De hecho, mientras la GLC 300 convencional viene equipada con neumáticos mixtos Pirelli Scorpion, la GLC Coupé viene con cauchos estrictamente para asfalto: Hankook Ventus S1 Evo2. En ambos modelos tienen hermosas llantas AMG-Line y las mismas medidas: 235/55R19. También el mismo defecto: son Run-Flat, por lo que prescinden por completo de rueda de auxilio. Sólo cuentan con un kit de reparación.

¿La GLC Coupé tiene un diseño atractivo? Yo no diría eso.

Es, más bien, un aparato llamativo, pensado para que su propietario no pase desapercibido. En otros mercados tal vez sea un modelo apenas excéntrico, dentro de la gama de Mercedes, pero en el tránsito argentino puede atraer a más cantidad de curiosos que el Instagram de la promotora de Lotus en el Salón de Buenos Aires.

POR DENTRO

El parabrisas está mucho más inclinado, pero no molesta a los pasajeros de adelante. Y la caída del techo es bastante más pronunciada, aunque tampoco afecta a quienes viajen detrás. Tan sólo la boca de acceso a las plazas posteriores es un poco más estrecha. Lo único molesto es que la luneta trasera quedó reducida a un tamaño casi simbólico. No se ve nada para atrás. Los apoyacabezas traseros deberían poder plegarse por completo, cuando esas plazas están vacías.

Lo bueno es que la GLC Coupé AMG-Line conserva el mismo nivel de equipamiento –completísimo- de la GLC AMG Line. Esto incluye al completo sistema de estacionamiento automático, con cámaras de visión 360 grados y sensores de proximidad en todas partes.

 

También incluye a las soberbias butacas y volante AMG-Line, de lo mejor que se puede encontrar en el mercado: es una posición de manejo deportiva, confortable y relajada, todo al mismo tiempo. Y con múltiples ajustes eléctricos, incluyendo tres memorias. Brillante.

La terminación interior con esta carrocería “Coupé” es un poco más espectacular, con revestimientos en fibra de carbono en la consola central, muchos comandos en aluminio fresco, plásticos blandos de excelente calidad, cuero sintético con costuras dobles y detalles en Alcántara.

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El sistema multimedia es completísimo, pero la ubicación de la pantalla no será del agrado de todos: es una ostentosa ocho pulgadas, colgada de la plancha central, que no se puede ocultar. Pero esto ya es norma en la mayoría de los Mercedes-Benz modernos.

En este punto es bueno aclarar que la GLC 300 Coupé viene en una sola versión (AMG-Line, de 96.500 dólares), pero desde este año la GLC 300 convencional viene en dos versiones: Urban (84 mil dólares) y AMG-Line (94 mil dólares). La Urban, por ejemplo, no tiene butacas calefacciondas, los asientos tienen menos ajustes eléctricos y prescinde de la cámara 360 y el Head-up Display. De esta manera, Mercedes-Benz escalonó en tres pasos su oferta para las SUVs del Segmento D (mediano).

El equipamiento de cada versión es un paquete cerrado. Sin costos extras ocultos. Es un buen mensaje para Audi Argentina, que ya se hizo famosa por tener listas de opcionales más largas que el Número Pi.

Por último, quedó hablar del baúl. Tiene sólo 350 litros: perdió 200 con respecto a la GLC normal, debido a la caída de la luneta trasera. Pero no es grave: se entiende al público que apunta esta “Coupé”. Quien quiera un vehículo familiar más espacioso tiene la “No-Coupé”.

SEGURIDAD

No hay diferencias con la otra GLC AMG-Line. Tiene siete airbags (incluye de rodillas, para el conductor), frenos ABS con asistencia al frenado de emergencia, repartidor de frenado, control de estabilidad, control de tracción, asistencia al arranque en pendiente, control de descenso y control de balanceo de tráiler, entre muchas otras ayudas al manejo.

Sin embargo, en un vehículo de este precio sorprende la ausencia de frenado automático en ciudad. En nuestro mercado ya hay autos mucho más baratos que lo ofrecen. Es el famoso Active City Stop, que equipan, entre otros, el Ford Focus nacional.

La GLC Urban lo único que pierde con respecto a las AMG-Line es la alerta de pérdida de presión de los neumáticos.

La Clase GLC convencional ya fue sometida a las pruebas de choque de EuroNCAP. Obtuvo la calificación máxima de cinco estrellas, con 95% de protección para adultos, 89% para niños y 82% para peatones.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Acá no hay diferencias. Todas las GLC en la Argentina (Coupé o No-Coupé, AMG-Line o Urban) tienen la misma mecánica.

Es naftera, de cuatro cilindros, con dos litros de cilindrada, inyección directa, turbo e intercooler. Es una evolución del motor que tiene el C 250 Avantgarde, que a su vez es una versión longitudinal del 2.0 turbo transversal que tienen los Clase A y GLA.

En el caso de las GLC, ofrece un rendimiento muy superior: 241 caballos de potencia a 5.500 rpm y 350 Nm entre 1.200 y 4.000 rpm.

Comparten también la misma caja automática de nueve velocidades (9G-Tronic, con convertidor de par), que cuenta con modo secuencial y se combina con diferentes modos de manejo (Eco, Normal, Confort, Sport y Sport Plus).

La tracción es a las cuatro ruedas, con el sistema inteligente 4Matic. En condiciones normales es tracción trasera, pero envía torque a las ruedas delanteras apenas detecta pérdidas de adherencia o una demanda excesiva sobre el acelerador. Además, tiene diferentes modos de manejo: hielo, arena, barro o pendientes.

COMPORTAMIENTO

La GLC Coupé es una SUV y tiene tracción integral, pero no es un todo terreno. Olvidate, ni lo intentes, porque ni siquiera se puede encarar un off-road light, como sí ocurre con la GLC convencional. Esta “Coupé” tiene neumáticos 100% para asfalto y además viene con menor despeje del suelo.

En este tipo de vehículos, la tracción integral puede ser un gran aporte a la seguridad sobre terrenos resbaladizos: pavimento mojado o con hielo. Pero nada de excursiones a los médanos y, menos aún, al barro.

Olvidate también de las calles en mal estado o con adoquines deteriorados. El andar de esta “Coupé” es realmente duro, áspero e incluso seco. Pero aún cuando hay lomos de burro o tachas amarillas. Los amortiguadores delanteros tienen poco recorrido y tienden a hacer tope en compresión, cuando hay un bache o un reductor de velocidad. Además, los neumáticos tienen perfil bajo y el hecho de que sean Run-Flat no aportan al confort de marcha. Todo lo contrario.

¿Es un vehículo incómodo? No, nuestras calles incomodan a este tipo de vehículos, que es muy distinto. El hecho es que cuando encontrás una avenida bien pavimentada o una autopista en buen estado, la GLC 300 Coupé es una bomba 2.0 turbo.

Los neumáticos y el centro de gravedad más bajo contribuyen a mejorar el desempeño en curvas. La carrocería inclina menos y el nivel de adherencia es muy elevado. Su comportamiento dinámico es más “Coupé” que su silueta mentirosa.

Los 241 caballos se sienten como si fueran bastante más y eso es mérito de la excelente caja automática de nueve marchas. En modo Sport+, la dirección se vuelve un toque más pesada, la respuesta del acelerador es inmediata y hasta el sonido del escape se siente más ronco.

Las prestaciones son muy buenas para un vehículo de este tamaño y peso. Acelera de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos y alcanza una velocidad máxima de 222 km/h. El consumo medio tampoco está nada mal: 9,8 litros cada 100 kilómetros. Una vez más, es mérito de la combinación motor-caja, que permite viajar a 120 km/h en novena, con el motor regulando a 1.800 rpm.

Por supuesto, el torque en baja y el sonido no se parece en nada a lo que ofrecían las viejas GLK con motores de seis cilindros. El consumo que tenían tampoco se extraña, desde ya.

Para quienes no les importe el consumo y quieran sonido, torque y potencia a raudales, Mercedes-Benz Argentina ya confirmó que este año agregará las versiones deportivas AMG a casi toda gama de SUVs.

En el caso de este segmento, llegarán las GLC y GLC Coupé 43 AMG 4Matic. Tienen motores V6 3.0 turbo con 367 y 520 Nm. Los precios rondarán los 150 mil dólares.

CONCLUSIÓN

Mercedes-Benz espera vender 200 unidades de la GLC 300 Coupé este año en la Argentina. Es un número importante, teniendo en cuenta su precio de 96.500 dólares y lo poco práctica que resulta para la realidad de nuestras calles.

Pero el boom de ventas de los autos premium en nuestro mercado sigue imparable y hay un público que está buscando novedades. En este caso, no se trata del tradicional seguidor de Mercedes-Benz, que se mantiene fiel a la marca incluso en tiempos de crisis.

Es un usuario que prioriza el diseño, la calidad de materiales y las prestaciones incluso por encima del confort de marcha. O que tiene la suerte de moverse por zonas con pavimentos perfectos.

Pero volvamos al principio: la GLC 300 Coupé es un clon de la BMW X4, que tiene dos versiones que encajan justo en los extremos de la Mercedes: 245 y 306 cv, entre 88.900 y 114.900 dólares.

Este  GLC Coupé queda en deuda con una rueda de auxilio que no ofrece (cuenta con sistema run flat) y también le vendría bien una garantía más amplia. El precio de 94.000 dolares es algo más elevado que el del BMW X4.

¿Cuál comprar?

¿Qué importa?

El juego acá consiste en nunca, jamás, pasar desapercibido.



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