En una elección polarizada entre el macrismo y el kirchnerismo, el Frente 1País quedó encerrado en una cada vez más estrecha “avenida del medio” que viene transitando desde hace un largo tiempo.

El espacio sobre el cual reposaba el caudal de votos massistas no sólo no creció por la polarización sino que a su vez se vio reducido por la competencia de la candidatura de Florencio Randazzo

El resultado provisorio de las elecciones de Buenos Aires, con un 88% de las mesas escrutadas, ubican al frente liderado por Sergio Massa en el tercer lugar, a más de 15 puntos de los primeros lugares. El derrotero es aún mayor para aquellos sectores cada vez menos progresistas que se vistieron ésta vez con los colores de 1País para lavarles un poco la cara.

Aún sin tener los resultados definitivos, el precandidato a senador mandó sus felicitaciones al gobierno nacional y Cambiemos por “su triunfo en la provincia de Buenos Aires”. A lo largo de la jornada electoral se mostró resignado a esperar el tercer puesto, sin embargo en su discurso tras los primeros resultados provisorios expresó una resignación plena al decir que “estamos muy contentos con los argentinos que nos eligieron para ir a octubre”.

Desde que el massismo dejó de ser parte del kirchnerismo, no pudo ubicarse como aglutinador de un peronismo anti K que terminó presentándose dividido en las PASO. Al mismo tiempo, más allá de algún que otro desencuentro, su rol de garantizar la gobernabilidad del macrismo votando la gran mayoría de las leyes de ajuste impulsadas por el oficialismo tampoco lo ubicaba como un claro opositor. Además, el hecho de hacer eje en un marcado discurso de derecha similar al del Gobierno, reforzaba la idea de quedarse con “la versión ganadora”.

"Quiero pedirles que en octubre este debate también lo hagamos con ideas y que no contemos a los argentinos solamente lo peor del otro” agregó Massa, sin embargo, su discurso también fue copiar argumentos de la polarización. Mientras que utilizaba los argumentos del Gobierno contra la corrupción kirchnerista, también buscaba dañar al macrismo durante su silencio sobre la economía, sin ofrecer nada nuevo.

Cuando ya pasaron casi dos años desde el inicio del Gobierno macrista marcados por despidos, tarifazos y cierres, el tigrense convocó demagógicamente a “que empecemos a ponerle un límite al Gobierno de Macri”. Mientras que Cristina Kirchner y Esteban Bullrich pelean cabeza a cabeza, el peronismo paga las consecuencias de su división que no solo se reflejan en Sergio Massa sino también en la desastrosa elección de Florencio Randazzo.