INTERNACIONALES
7 de noviembre de 2017
El Gobierno Trump se ahorrará miles de millones en impuestos con una reforma fiscal a medida
Derogar el impuesto de sucesiones ahorraría a la familia Trump 1,150 millones
Esta semana, la Cámara de Representantes de Estados Unidos comienza a debatir la llamada "Ley de Recorte de Impuestos", toda una declaración de intenciones. Pero mientras millones y millones de estadounidenses no notarán apenas cambios, o incluso acabarán sufriendo una subida de impuestos antes de 2025, hay un grupo concreto de personas que se ahorrarán miles de millones de dólares en pagos a la hacienda nacional. Se trata de Donald Trump, su familia y su Gobierno, que se beneficiarán desproporcionadamente de una rebaja que parece hecha a medida.
Un informe del Center for American Progress Action Fund (CAPAF), un think-tank de Washington, ha calculado los beneficios concretos que recibirán el presidente de Estados Unidos y sus allegados, entre recortes de impuestos que le afectan especialmente a él y el mantenimiento de cláusulas que le permiten deducirse cantidades millonarias y que van a ser eliminadas para casi todos los estadounidenses... salvo para él.
Bajadas a medida
Una de las claves de la reforma es la fuerte rebaja de impuestos a las empresas personales, cuyos dueños no pagan impuestos por sus beneficios como sociedad sino como individuos, es decir, a través de la declaración de la renta. Actualmente, el tipo impositivo para esas empresas es el mismo que el de la renta, por lo que la diferencia es únicamente jurídica. Sin embargo, la ley que estudia el Congreso estadounidense bajaría los impuestos a esas empresas del 39.6% actual al 25%, lo que en la práctica supone una rebaja de 14.6 puntos en la declaración de la renta de los más ricos que poseen ese tipo de empresas.
Casualmente, la Organización Trump es una de esas empresas. O más bien, un conglomerado: según los propios abogados del magnate, Trump posee unas 500 empresas personales dentro de su imperio. Sus ingresos anuales a través de ellas ascienden a unos 150 millones de dólares anuales. La rebaja de 14.6 puntos sobre los impuestos que paga por ellos le permitirían ahorrarse unos 23 millones al año, según los cálculos del CAPAF.
Otro beneficiado es su yerno, Jared Kushner, que se encuentra en una posición muy similar. Su imperio inmobiliario en Nueva York está estructurado en torno a decenas de empresas personales, con las que ganó "entre 44 y 118 millones de dólares" en 2016, según las estimaciones del CAPAF en base a sus declaraciones financieras. La rebaja impositiva le ahorraría entre 6.4 y 23 millones anuales.
Pero las alegrías para los empresarios como Trump no terminan ahí. Uno de los grandes caballos de batalla de la reforma fiscal es el fin de la deducción por impuestos locales y estatales, que permiten ahorrarse impuestos federales a los ciudadanos de los estados con tasas propias más altas. Esta ayuda beneficia desproporcionadamente a las clases medias-altas de territorios demócratas como California o Nueva York, donde las tasas son más altas. Eliminar esta deducción, por tanto, supondría una subida de impuestos a los más ricos en esas zonas. Para evitarlo, el proyecto de ley matiza que la deducción se dejará de aplicar a las personas físicas, pero se mantendrá para las empresas personales, por lo que Trump y su yerno podrán seguir disfrutando de ella.
Eliminación de impuestos a medida
Pero los regalos millonarios para el presidente continúan. Dos impuestos que le molestan especialmente también serán derogados: el de sucesiones y el llamado "impuesto mínimo alternativo".
El impuesto de sucesiones grava todas las herencias superiores a 5.5 millones de dólares, lo que afecta a una mínima parte de la población -un 0.2%-. Entre esos privilegiados está Trump y gran parte de su Gobierno, como el secretario de Comercio, Wilbur Ross, o el de Estado, Rex Tillerson. La eliminación de ese impuesto le ahorraría a los hijos del presidente el pago de unos 1,150 millones de dólares cuando el magnate muera, una cifra similar a la que dejaría de percibir la Hacienda estadounidense tras la muerte de Ross. En conjunto, los herederos del Gobierno Trump se ahorrarán 3,356 millones de dólares gracias a la derogación de esta tasa, según estimaciones del CAPAF.
Mientras, el "impuesto mínimo alternativo" (IMA) que se pretende derogar es una especie de impuesto sobre la renta paralelo que se aplica a las personas más ricas que, a base de deducciones y 'trampas', son capaces de reducir su deuda con Hacienda a cero. El objetivo del IMA es asegurarse de que no evadan el pago de impuestos a base de ingeniería fiscal. Trump pagó por este concepto 31 millones de dólares en 2005, según una copia de su declaración de ese año filtrada este pasado mes de marzo. Sin ese impuesto, el magnate habría pagado entonces 8 millones sobre unos ingresos de 150 millones, un tipo efectivo del 4%. Ese es, precisamente, uno de los efectos que tendría la reforma fiscal.
Y exenciones a medida
Pero eliminar ese impuesto podría entenderse, si, a cambio, se retiraran todas las 'trampas' y 'agujeros' que le permitieron reducir su factura impositiva al 4%. Eso fue lo que hizo la reforma fiscal de Ronald Reagan en 1986, y lo que en teoría iba a hacer esta reforma. Pero Trump se ha asegurado de dejar en el código legal todas las deducciones que usa él.
Así, la nueva ley elimina la posibilidad de intercambiar bienes entre empresarios sin pagar el impuesto sobre ganancias de capital, con una excepción: el sector inmobiliario, en el que han hecho su fortuna Trump y su yerno. Los constructores, como ellos, podrán seguir intercambiando terrenos y edificios sin pasar por caja.
De la misma forma, las empresas ya no podrán desgravarse los intereses de la deuda que adquieran para financiar su negocio, una deducción que incentivaba al endeudamiento extremo de todas las compañías estadounidense. Solo un sector mantendrá la rebaja: de nuevo, el inmobiliario, favoreciendo al presidente, que una vez se describió a sí mismo como "el rey de la deuda".
Mientras Trump acumula rebajas impositivas y deducciones, los analistas calculan que una familia media de cuatro personas se ahorrará unos 355 dólares anuales durante la próxima década. A cambio, la deuda pública estadounidense se incrementará en 464 dólares anuales por persona -más de 1,850 dólares por familia-. Como resultado, diversas encuestas publicadas estas semanas muestran que solo un 30% de los ciudadanos apoyan los planes de reforma fiscal. Los republicanos esperan aprobarlos en la Cámara de Representantes antes del día 17 y en el Senado antes de Navidad.
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