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REFLEXIONES

14 de enero de 2018

¿Qué significa creer en Dios?

La fe es importante también porque Dios no es visible para la humanidad. La fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.” No podemos ver a Dios , no obstante, tenemos fe en Él que proporciona seguridad.

Tener fe es creer en Dios ¿Qué significa creer en Dios? Se habla a veces de manera tan superficial sobre las cuestiones más importantes de la vida, y se opina con tal ignorancia sobre la religión, que ahora se hace necesario aclarar, incluso, las cosas más elementales como el ¿qué significa creer en Dios?

A los cristianos de hoy nos toca vivir en un mundo en el que muchos hombres han desplazado a Dios de su vida y viven como si Dios no existiera; bastantes incluso niegan explícitamente su existencia. La increencia, la indiferencia, el ateísmo, nos rodean y acechan nuestra vida de fe.

Como dijo hace siglos Blaise Pascal: Si no creemos por ninguna razón, entonces por lo menos debemos creer porque Dios es nuestra mejor opción. Si lo seguimos y Él no existe, entonces no habremos perdido nada. Pero si no lo seguimos y Él sí existe, entonces lo perderíamos todo. Así que no tenemos nada que perder al creer en Dios, al vivir y pensar que Él es la realidad más segura en el universo. Esto no significa que lo entenderemos todo. No, nunca lo entenderemos todo. Fe significa confiar en Dios aun cuando no lo entendemos todo. Lo podemos adorar aun cuando tenemos dudas (Mateo 28:17).

Cuando una persona habla “desde fuera”, sin conocer por experiencia personal lo que es creer en Dios, piensa: Creo que Dios existe, pero no lo puedo asegurar. Sin embargo, para el que vive desde la fe, creer en Dios es otra cosa. Cuando el creyente dice a Dios “yo creo en Ti”, está diciendo: “No estoy solo, Tú estás en mi origen y en mi destino último; Tú me conoces y me amas; no me dejarás nunca abandonado, en Ti apoyo mi existencia; nada ni nadie podrá separarme de tu amor y comprensión”.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice “Por su revelación, «Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía» (DV 2). La respuesta adecuada a esta invitación es la fe. Dios es nuestro Padre y se necesita fe para creer que Dios nos ama y que Él provee para nuestras necesidades.

Por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios. Con todo su ser, el hombre da su asentimiento a Dios que revela (cf. DV 5). La sagrada Escritura llama «obediencia de la fe» a esta respuesta del hombre a Dios que revela”.

Entonces, la fe es la respuesta del hombre a la revelación divina. Dios ha querido comunicarse a sí mismo, darse a conocer, para invitar a los hombres a participar de la vida divina. A través de la mediación de la Iglesia, la revelación divina llega a nosotros. En el creer se manifiestan la confianza, la obediencia y la entrega. Esto lo podemos ver reflejado en los grandes personajes de la Sagrada Escritura. Como en Abraham, que al escuchar lo que Dios le pedía lo puso en práctica, en la Virgen María que igualmente escucha y obedece.

Le creemos a Dios. La fe se fundamenta, en la autoridad de Dios que se revela a sí mismo, Dios ni se engaña ni nos engaña, su autoridad es la autoridad de la Verdad. Creemos a Dios y creemos en Dios, porque Él constituye el centro y el contenido de la fe. La revelación divina nos da a conocer, ante todo, el Misterio que es Dios, en el cual el hombre encuentra la salvación.

Por eso, para creer, lo decisivo no son las “pruebas” a favor o en contra de la existencia de Dios, sino la postura interior que uno adopta ante el misterio último de la vida. Nuestro mayor problema hoy es no vivir desde el fondo de nuestro ser. Vivimos por lo general, en una superficialidad, separados de lo profundamente esencial.

Dios requiere la fe, ya que permite a los humanos la capacidad de elegirlo o rechazarlo. Sin la capacidad de elegir, la humanidad dejaría de ser humana tal como la conocemos. Porque la gente puede optar por tener fe o no tener fe, hay una manera de que Dios pueda saber quienes son los que han creído en Él y quienes no.

La fe en Dios no es "fe ciega", como algunos sostienen. Sino es una elección basada en la información disponible. La Biblia, el mundo creado, las vidas cambiadas de los creyentes, Jesucristo, y otras maneras en que Dios actúa en nuestro mundo constituye una prueba suficiente para que la gente elija la fe en Dios. Como Jesús enseñó en Lucas 16:31: “Si no les hacen caso a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque alguien se levante de entre los muertos.”

Es por fe que podemos amar a otras personas. La fe nos libera del miedo de hacer el ridículo o ser rechazados. Podemos amar a otros sin preocuparnos de lo que nos harán, porque confiamos en que Cristo nos recompensará generosamente.

Mediante la fe en Dios, podemos ser generosos con otros. Mediante la fe en Dios, podemos ponerlo primero en nuestras vidas.

Cuando creemos que Dios es tan bueno como dice ser, entonces lo atesoraremos sobre todas las cosas, y estaremos dispuestos a hacer los sacrificios que Él nos pide que hagamos.

Confiaremos en Él, y mediante esa confianza, experimentaremos el gozo de la salvación. La vida cristiana es, de principio a fin, cuestión de confiar en Dios

Fuente:Monseñor Jorge De los Santos



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Comentarios

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Fabiola

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Creemos a Dios y creemos en Dios.

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Alvaro

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Si no supiera que usted es catolico, por lo que escribe pensaria que es un evangelico

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Alvaro

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Si no supiera que usted es catolico, por lo que escribe pensaria que es un evangelico felicidades yo soy adventista

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