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JUSTICIA

30 de mayo de 2018

Vandenbroele: la compra de Ciccone contó con el apoyo del gobierno K

Por: Por: Daniel Santoro

En su confesión, Alejandro Vandenbroele reveló que la compra de Ciccone por parte de Amado Boudou tenía el apoyo de “altas esferas" del gobierno K.

Tambien involucró a Daniel Scioli en el negocio de la producción de fichas para la lotería bonaerense y contó paso a paso como se financió la operación para quedarse con la más grande imprenta privada del país.
El tribunal oral 4 tendrá en cuenta la confesión del arrepentido Vandenbroele cuando deba dictar sentencia en agosto. En su versión completa que cuenta con detalles como fue la maniobra ejecutada entre el 2010 y 2012 cuando Boudou era primero ministro de Economía y luego vicepresidente de la Nación.

Confirmó que el primer negocio fue simular un falso asesoramiento al gobernador de Formosa, Guildo Insfrán, por la reestructuración de la deuda de la provincia con la Nación y que The Old Fund cobró casi 2 millones de dólares. Se la repartieron la plata entre representantes de Insfrán y de Boudou y el se quedó con 200 mil dólares.

En el 2010, Nuñez Carmona le trajo el negocio de quedarse con Ciccone que tenía una deuda con la AFIP de 264 millones de pesos y otras. Llegaron a un arreglo pero los Ciccone “piden 100.000 dólares por mes como contraprestación por el asesoramiento”. Entonces, en una reunión “Núñez Carmona dice que tenía que consultarlo. Yo salgo de la sala con él y me dice: “Esto lo tengo que consultar con Boudou”, se retira, vuelve a los pocos minutos, entramos en la sala y da el okay”.

Luego, señaló que “a Bolt lo sacamos a los bolsazos” y Núñez Carmona le reveló “que Boudou le había dicho que (el secretario de Comercio, Guillermo) Moreno había recibido instrucciones para sacar a Boldt de la planta”. Bolt tenía un contrato de alquiler de un año.

El problema era que Ciccone tenía una deuda de 264 millones de pesos con la AFIP la cual también había pedido la quiebra. Pero “dos semanas después (por la intervención de Boudou) se presentó en el expediente de la quiebra y presta su conformidad con el levantamiento de la quiebra, una vez que ya se habían firmado las opciones con los Ciccone. Esto es el 14 de septiembre del 2010”. Y, luego, dos días después, “se presenta de vuelta modificando su conformidad y prestando la conformidad de manera incondicional ya que en un primer momento la había prestado de manera condicional a que empresa presentara un plan de pagos”. El plan era pagar solo 64 millones a la AFIP. La confesión de Vandenbroele coincide con el procesamiento que el juez federal Ariel Lijo dictó contra todos los imputados en el juicio oral.

Según le había comentado Núñez Carmona “Echegaray ya tenía instrucciones desde las más altas esferas del Gobierno nacional para que actuara de tal manera”. Echegaray y Boudou se tenían recelo porque en los 90 habían militando en dos sectores diferentes de la UCEDE -el partido de Alvaro Alsogaray- de Mar del Plata.

La financiación de la compra no vino de los bolsillos de Boudou, ni de Nuñez Carmona. Explicó que empresas offshore supuestamente relacionadas con el presidente con uso de licencia del banco Macro, Jorge Brito, como Dusbel pusieron primero 2.400.000 pesos y luego 50 millones de pesos para la puesta en funcionamiento de la planta. Otros de los aportes provinieron del ex banquero Raúl Moneta. En el año 2012, "tuve muchas reuniones con Moneta. El me reconocía que era el dueño de las sociedades que estaban financiando el tema Ciccone". Moneta "estaba muy interesado en aparecer en el tema Ciccone. Él tenía un interés muy concreto en tener un acercamiento al Gobierno (de Cristina Kirchner). Él quería ofrecer su grupo de medios como una suerte de medios oficiales para ponerse al frente de los medios que, en ese momento, eran los medios opositores Clarín y Nación, pero jamás le pregunté cuál era el arreglo que tenía con Jorge Brito", agregó Vandenbroele.

Una vez tomado el control de la planta de la panamericana, llegó “el primer trabajo, que fue para las PASO, fue imprimir las boletas electorales” del 2011 cuando Boudou fue de vicepresidente de Cristina. “Por suerte, en el segundo caso, las elecciones generales, ya el resultado estaba cantado y fue más relajado”, agregó.

Más tarde, comentó Vandenbroele “desde que se decide entrar en Ciccone, el tema de imprimir en Ciccone estaba decidido de antemano y esto es porque Casa de Moneda tenía la capacidad de producción limitada y no llegaba a cubrir ni siquiera la mitad de los requerimientos de papel moneda previstos para ese año en curso” debido a la inflación. Para el año 2012, según las estimaciones del Banco Central “se necesitaban alrededor de 1200 o 1300 millones de papel moneda y Casa de Moneda solamente llegaba a cubrir 450-500 millones”. Ciccone tenía una capacidad, en principio, superior a 650-700 millones. Nuñez Carmona le mandó un abogado de la presidenta de la Casa de la Moneda, Katya Maura. Y se llegó al sueño original de la maniobra: Ciccone, bajo el control indirecto de Boudou, imprimió 410 millones de billetes de un valor nominal de 100 pesos a un costo total para el Estado de 160 millones de pesos”.



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