En una Copa del Mundo que para los equipos con buenos pergaminos está resultando complicada y hasta traumática (si no, que le pregunten al seleccionado argentino), Bélgica parece circular en patines y sin obstáculos por Rusia. El conjunto dirigido por el español Roberto Martínez batió 5 a 2 a Túnez en Moscú y puso un pie en los octavos de final. El otro lo apoyará el domingo si Inglaterra empata o gana frente a Panamá.

La acumulación de futbolistas de muchos quilates no siempre garantiza la conformación de un sólido equipo (también vale consultar a Jorge Sampaoli al respecto). Sin embargo Martínez parece haber logrado el objetivo con ese compilado de estrellas cuya columna vertebral se destaca en la Premier League inglesa.
La buena imagen que había exhibido en el debut con goleada 3 a 0 frente a Panamá (sobre todo en el segundo tiempo) se repitió desde el arranque en el choque ante los tunecinos, a quienes se les había escurrido un punto entre los dedos en el estreno ante Inglaterra por un gol de Harry Kane en tiempo agregado.

No hubo minutos de estudio, no hubo tiempo de análisis en el estadio del Spartak. Los belgas salieron a jugar en quinta marcha desde el pitazo inicial del estadounidense Jair Marrufo y muy rápido impusieron su superioridad.

Antes de los dos minutos ya habían intentado dos veces, primero con una balón largo para Romelu Lukaku que obligó a un cierre urgente de Yassine Meriah y luego con un remate desde fuera del área de Eden Hazard que controló el arquero Farouk Ben Mustapha.

Y a los cinco minutos golpearon con la ayuda del bendito VAR: Syam Ben Youssef derribó a Eden Hazard en la frontera del área y Marrufo cobró penal, pero los ampulosos gestos de los jugadores tunecinos lo convencieron de solicitar revisión. Las noticias que llegaron desde el centro de control no fueron auspiciosas para los africanos y Hazard se encargó de la ejecución con un remate sesgado contra el poste derecho del arco de Ben Mustapha.

¿Regular? ¿Conservar la ventaja? No, ni mucho menos. Los europeos, insaciables, mantuvieron el pie sobre el acelerador y aprovecharon un error en la salida rival a los 15 minutos para estirar su renta: Dries Mertens robó y puso en carrera a Romelu Lukaku, que necesitó apenas esos centímetros que le dio Syam Ben Youssef y un zurdazo cruzado para sellar el 2 a 0.

arecía el inicio de una goleada antológica, pero los tunecinos, valientes y decididos, encontraron el descuento enseguida con un cabezazo de Dylan Bronn y se animaron a plantear un partido de golpe por golpe, aun a sabiendas del riesgo que ello implicaba. Pero no consiguieron aprovechar las que tuvieron en el resto de esa primera etapa y para colmo perdieron por lesiones a Bronn y Syam Ben Youssef. Demasiados contratiempos para un equipo al que no le sobran lo recursos.

Como si eso fuera poco, ya en tiempo agregado Thomas Meunier metió una asistencia de alta clase y Lukaku no se quedó atrás en su definición ante Ben Mustapha. El centrodelantero del Manchester United llegó así a cuatro tantos y alcanzó en la cima de la tabla de goleadores del Mundial a Cristiano Ronaldo.

El elenco dirigido por el carismático Nabil Maâloul no arrió las banderas, arrancó el complemento con dinámica y ambición y avisó con una corrida de Anice Badri. Sin embargo Bélgica parecía tener un retruco para cada intento rival: a los 5 minutos recuperó en la mitad del campo, Toby Alderweireld buscó a Hazard y al crack de Chelsea simplificó todo: ganó las espaldas de los centrales, controló de pecho, corrió, burló a Ben Mustapha y tocó a la red.

Y allí el partido dejó de ser tal. Porque el elenco africano, que más allá de los números dejó una imagen positiva, no renunció a la búsqueda, aunque la cuesta era ya demasiado inclinada. Y porque los belgas comenzaron a regular el desgaste. Roberto Martínez retiró del campo a los goleadores Lukaku y Hazard: los reemplazaron Marouane Fellaini y Michy Batshuayi.

El delantero de Borussia Dortmund escribió su propia pequeña historia en el encuentro: dilapidó tres chances inmejorables en un ratito antes de sacarse la mufa ya sobre la hora y gritar el quinto. Luego quedó tiempo para un descuento más del capitán Wahbi Khazri.

En el futuro de Bélgica asoma presumiblemente una definición mano a mano con Inglaterra por el primer puesto del grupo G el jueves a las 15 en Kaliningrado. Para ello, primero los británicos deberán superar la vara no demasiado alta que les presentará Panamá el domingo en Nizhni Nóvgorod. Por lo pronto, los Diablos Rojos ya hizo su parte y con creces en sus primeras dos presentaciones.