Lo consiguió Novak Djokovic: completó su victoria ante Rafael Nadal por 6-4, 3-6, 7-6 (9), 3-6 y 10-8 en cinco horas y 17 minutos, y avanzó a la final de Wimbledon, la primera de Grand Slam para el serbio después de casi dos años (la última había sido en el US Open 2016, y la perdió con Stan Wawrinka en 4 sets).

Su rival del domingo será el sudafricano Kevin Anderson, que ayer venció al estadounidense John Isner en un maratónico partido (26-24 en el quinto set), y quedó a una victoria de superar a Juan Martín Del Potro en el ranking y llegar por primera vez al número 4 (comenzó el torneo 8º y nunca pasó del 7º, pero ya tiene asegurado el 5º lugar).

El historial entre Djokovic (12 títulos de Grand Slam en 21 finales) y Anderson (una final, la del US Open 2017) tiene seis capítulos previos. Los últimos cinco terminaron con victoria del serbio, la última en los octavos de final de Wimbledon 2015, mientras que el primero había sido para el sudafricano, en la segunda ronda del Masters 1000 de Miami en 2008.

El duelo entre Djokovic y Anderson en la final de Wimbledon - AFP / AFP
El duelo entre Djokovic y Anderson en la final de Wimbledon - AFP / AFP

Además del título, la final tendrá para el serbio el incentivo de que si gana volverá al top 10 (será 10º con 3.355 puntos, a 310 del austríaco Dominic Thiem). Si, en cambio, el vencedor es el sudafricano, Djokovic quedará 11º. En cualquier caso, desplazará a Diego Schwartzman al puesto 12º.

La definición del duelo de campeones
En las tres horas que tuvieron el viernes para jugar el 52° capítulo de su increíble saga de partidos (hasta hoy, con ventaja de 26-25 para Nole), el español y el serbio no decepcionaron. Fue una batalla épica entre dos grandes campeones, tal y como se merecía un duelo entre dos jugadores de su calibre. Pero Djokovic llegó a su casa con la tranquilidad de estar a un set de la victoria ya que al suspenderse el partido el resultado estaba 6-4, 3-6 y 7-6 (9) a su favor.

Novak Djokovic y Rafael Nadal, con el techo cerrado en la reanudación de la semifinal de Wimbledon. (REUTERS/Andrew Boyers)

Pero del otro lado de la red estaba un ex número uno del mundo, que buscaba volver a una final de Grand Slam después de casi dos años y recuperar terreno en un ranking que cuando comenzó el torneo lo mostraba 21º. Devolvió el quiebre Djokovic, jugó un gran juego de saque y se puso 3-3.

Salió Nadal del asedio del serbio y tomó una ventaja de 4-3, pero necesitaba volver a quebrar para no llegar tan exigido a la recta final del set. Cumplió con el plan, puso a Djokovic en situación de quiebre y no dejó pasar la oportunidad. Presionó sobre la derecha de su rival aguantó bien en la red (allí ganó 9 puntos sobre 11 en el cuarto set) y quebró. El quinto set estaba a la vista, pero quedaba un susto más para el español.

Una doble falta (apenas la segunda del partido) dejó a Rafa 0-40, pero encontró un par de errores de su rival por el revés y logró escapar de esa situación complicada para entonces sí, cerrar el set 6-3 y pasar al capítulo definitivo.

El esfuerzo de Rafael Nadal, ya con el partido igualado en dos sets por lado. (AP Photo/Tim Ireland)

El esfuerzo de Rafael Nadal, ya con el partido igualado en dos sets por lado. (AP Photo/Tim Ireland)

Como si hubiesen acordado una tregua (está claro que eso no existe entre dos galácticos como estos), pasaron la primera mitad del quinto set sin sobresaltos, hasta que Rafa ganó el suyo en cero y puso las cosas 3-3.

Ya 4-3 abajo y con el saque, un par de errores dejaron a Rafa al borde de la cornisa: break point para Djokovic, el primero para cualquiera de los dos en el set final. Pero Nadal escapó con un saque ganador y dos winners para emparejar el marcador en 4.

En el juego siguiente el que se asomó al abismo fue Djokovic: un error no forzado lo dejó 15-40. Pero también fue rescatado por su servicio. Ganó cuatro puntos seguidos y se adelantó un paso para quedar 5-4.

A esa altura los nervios de los protagonistas, y de todos en la cancha central del All England, estaban al límite.

Un revés que se fue largo dejó a Rafa 15-30, pero ganó tres puntos siguientes con su saque y niveló en 7. Después del saque ganador del español que puso el 30 iguales, el grito furioso del serbio dejó en evidencia el nivel de estrés que reinaba sobre el césped.

 

 

El grito nervioso de Novak Djokovic en la recta final del partido. (AP Photo/Ben Curtis)

 

Ambos apelaban a lo mejor de su repertorio cuando la situación era límite. Una doble falta dejó a Djokovic 15-40, pero también salió a flote a fuerza de saques. Cada minuto que estos dos ex campeones pasaban en la cancha, eran celebrados por Kevin Anderson, que el viernes había necesitado seis horas y 36 minutos para dejar en el camino a John Isner y convertirse en el primer finalista.

Djokovic sacaba 7-7 y 40 iguales en un game interminable cuando se cumplieron 5 horas exactas de partido. Pero ganó los dos puntos siguientes y dejó atrás un capítulo en el que tuvo que salvar tres oportunidades de quiebre.

 

 

"Creía que podía ganar pero él estaba muy cerca, este tipo de partidos son por los que uno vive"

Novak Djokovic

En el game siguiente, un revés paralelo de Nadal se fue largo y ancho, y así llegó el primer match point. Pero el número uno del mundo  combinó un tiro bien profundo sobre la derecha de Djokovic con una drop al fleje que el serbio no pudo devolver por muy poco, y salió ileso de la que hasta allí había sido situación más complicada del partido.

Djokovic llega exigido al drop de Nadal en el primer match point que tuvo el serbio. (DPA)

Djokovic llega exigido al drop de Nadal en el primer match point que tuvo el serbio. (DPA)

Pero hubo más, y de estas no hubo retorno. Cuando el español sacaba 8-9 y 0-30 fue a buscar una pelota abierta sobre su derecha, logró devolver, pero cuando quiso afirmarse para buscar la respuesta de su rival sobre el otro costado, resbaló y perdió cualquier oportunidad de seguir el punto: 0-40 y mucho olor a partido sentenciado.

 

"Estoy en la final de Wimbledon, es un gran logro. Quiero asimilar eso primero y luego pensar en lo próximo".

Novak Djokovic

Luego, un drive cruzado de Nadal que cayó afuera le puso la chapa final al partido y le dio a Djokovic el esperado pasaporte a una final de Grand Slam y la oportunidad de ganar Wimbledon por cuarta vez, algo que en la era de Roger Federer no es para cualquiera.