JUSTICIA
10 de agosto de 2018
El dinero no era mío declaró hoy José López
José López cuando es detenido.Foto:Archivo
El ex secretario de Obras Públicas al ser indagado por supuesto enriquecimiento ilícito, dijo que los bolsos del convento no eran suyos.
“Después de mucho pensarlo, voy a declarar y voy a decir todo” inició en tono pausado José López. Decidió hablar, declarar y “contar todo”. Así lo dijo en el banquillo de los acusados en el juicio donde se lo acusa de enriquecimiento ilícito por la que lleva preso más de dos años. Minutos después se desligó de los bolsos con los 9 millones de dólares: “El dinero de los bolsos no era mío, era de personas de la política, en la emergencia tomé el arma porque temía que en el traslado me pasara algo”.
En la madrugada del 14 de junio de 2016, López buscó esconder en el convento de General Rodríguez bolsos con casi 9 millones de dólares, 153.000 euros, 59.000 pesos y relojes Rolex.
Cuando inició el juicio, ante el fiscal Miguel Ángel Osorio, la secretaria del Tribunal leyó las acusaciones formuladas por el fiscal Delgado, y a continuación se escuchó la decisión del juez Daniel Rafecas, que dio por clausurada la instrucción.
Ambas lecturas coincidieron en un planteo: “hay prueba suficiente” para “tener por acreditado el enriquecimiento ilícito de López y de su mujer, y en particular la compra del terreno y la construcción de la casa ubicada en Dique Luján, el departamento de la calle Las Heras y la tenencia del dinero hallado en el Monasterio”.
“Me usaron como chivo expiatorio, como una maniobra distractiva para poner la atención pública en otro lugar”, dijo José López ante el Tribunal Oral Federal 1 (TOF 1) durante su indagatoria.
Con voz pausada, sin retirar la mirada del Tribunal, declaró por primera vez en el juicio que se realiza en su contra por enriquecimiento ilícito. La imagen de los bolsos con dinero, relojes, joyas y armas se expondrán durante el juicio como una de las principales pruebas en contra del ex funcionario.
Temprano, a las 7 de la mañana el ex funcionario K llegó a los Tribunales de Comodoro Py. En la Sala AMIA, planta baja del edificio se realiza el juicio cuando sólo cuatro pisos más arriba su ex jefe directo, Julio De Vido, comenzaba a declarar acusado en la causa por los cuadernos de las coimas.
De campera marrón, camisa y pantalón claro, López fue enfático: “Voy a declarar porque quiero que se demuestre que no me enriquecí ilícitamente en la función pública, ni yo, ni mi esposa, ni ninguno de los miembros de mi familia. Poseo las mismas propiedades que cuando inicié”.
Así, comenzó su indagatoria ante el Tribunal integrado por los jueces Adrián Grünberg, José Antonio Michilini y Ricardo Basílico.
“Voy a referirme al tema del que más se habló” dijo al introducir su explicación sobre los bolsos con 9 millones de dólares. “Fui obligado por unas personas a realizar diligencias, una de ellas era que yo debía trasladar los bolsos al convento que yo conocía y al que tenía entrada entendiendo que a a partir de allí se los iba a ir retirando para darles otro destino”, dijo López.
Habló de “presiones” y de “temor por la integridad física y de seguridad de su familia y de la propia vida”, y buscó mostrarse cauto. “A las monjas del convento no había que darles detalles ni precisiones” y contó que esa madrugada de junio de 2016, al lugar no llegó solo, “me escoltaron tres personas, una en una moto y dos en dos autos. No eran simples acompañantes, son las personas que me entregaron el dinero que debía trasladar y me siguieron a modo de control”.
Fue allí cuando dijo que los bolsos con dinero “eran de la política, eran de personas vinculadas a la política de las cuales no puedo hablar. No es una persona, sino varias. Yo mismo no sé quiénes son todos y no quiero saberlo”.
Esa madrugada el vehículo quedó en marcha y dijo que así lo hizo “porque mientras realizaba el traslado de los bolsos, el dinero que quedaba en el auto era custodiado por esas personas que se mantuvieron a una distancia mientras yo realizaba la tarea”. No dio precisiones sobre quienes lo custodiaron: “No los conocía, pero eran seguramente personas de seguridad”.
José López insistió con su teoría: “Ese dinero no me pertenecía. Me expusieron a mí para no quedar expuestos ellos”. En este tramo, dijo que corría riesgo su familia y él mismo. “Podía llegar a comprometer la vida, la seguridad física de mi familia y la mía propia”.
Cuando se le preguntó si este viernes antes de declarar en Comodoro Py “sufrió alguna presión”, hizo silencio por unos minutos y sólo dijo: “No puedo responder”.
López llegó a esta instancia por tres hechos: la posesión injustificada en su patrimonio del dinero de los bolsos. Horas previas al juicio, el juez Rafecas reiteró: “López admitió que ese dinero provenía de la política”.
Además, con el fin de enriquecer su patrimonio, se le atribuyó la compra y refacción de una casa en Tigre, que López decía alquilar y la justicia determinó que era de su propiedad. Fue registrada en calidad de testaferro, primero a Galera -hasta el año 2010- y después a nombre de Gutiérrez. La tasación oficial le otorgó un valor de 480.000 dólares a la propiedad.
También, el ex funcionario fue procesado por la compra del departamento de calle Las Heras 203. Allí habría utilizado como pantalla a la sociedad “Marketing y Eventos S.A.”, propiedad del empresario Carlos Gianni, y al abogado Marcos Artemio Marconi. El valor de la propiedad es de 110.000 dólares.
Pero de todo esto se corrió José López, el ex funcionario de Néstor y Cristina Kirchner que estuvo frente a la secretaría de obras públicas durante doce años. “Estuve limitado, no tuve libertad para elegir a mi defensa y esto quedó claramente evidenciado con mi primera defensora que me la pusieron”, indicó en tono firme.
En esta misma línea, indicó que sus ingresos eran “consistentes y está a la vista en las declaraciones juradas presentadas ante la AFIP y la Oficina Anticorrupción (OA)”. Dijo que éstas últimas las hacía él con su contador “mi esposa estuvo siempre al margen de la actividad laboral y política”, dijo excusando a María Amalia Díaz de las acusaciones por enriquecimiento ilícito.
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