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21 de noviembre de 2018

El Parkinson ha encontrado un paliativo

El Parkinson es mi pelea más dura, contó una vez Muhammad Alí:Foto:Getty

Por: Redacciòn FM Fleming"Magazine"

Conocida por los temblores y las dificultades motoras que genera. El movimiento es indomable.

“El Parkinson es mi pelea más dura”, contó una vez Muhammad Alí, boxeador estadounidense. Algo parecido me dijo Pedro, mecánico de autos: “Cada vez me cuesta más mi trabajo, porque tengo que hacer movimientos finos y es difícil controlar el temblor de mi mano. Pero pienso seguir, como sea, pero seguir.”

Textos hindúes del año 2500 a.C., papiros egipcios de la XIX dinastía (1200 a.C.) ya hablaban de temblores. Más tarde Leonardo Da Vinci y Shakespeare hacían referencia a trastornos motores en sus obras.

Y nos cuenta la historia que allá por el año 1817, el médico, botánico y paleontólogo inglés James Parkinson publicó un trabajo llamado “An essay of the shacking palsy” (algo así como un ensayo sobre parálisis temblorosa), en el que realizó la primera descripción médica de síntomas de la enfermedad que más tarde llevaría su nombre.

El doctor Federico Sanchez, neurocirujano, nos cuenta que el Parkinson es un trastorno crónico y degenerativo del sistema nervioso central, y pertenece a un grupo denominado enfermedades del movimiento.

Mujer mayor con postura encorvada y manos temblorosas.

Trastorno del sistema nervioso central que afecta el movimiento y suele ocasionar temblores.

Su causa es desconocida, y, si bien se ven afectadas varias zonas cerebrales, los síntomas más comunes responden a muerte neuronal en un área cercana a la base del cerebro conocida como sustancia negra. Normalmente, en esta área, se sintetiza una sustancia denominada dopamina. La dopamina es importante porque transmite señales hacia el cuerpo estriado para producir movimientos uniformes y deliberados. La alteración en la producción de la dopamina causa deterioro en el control del movimiento.

La enfermedad aqueja predominantemente a personas de raza blanca. La incidencia mundial es de 10 a 18 casos cada 100.000 individuos por año. Afecta a ambos géneros por igual, con una leve preferencia hacia los varones. Puede ser hereditaria, en un 10% de los casos, pero la forma más habitual de presentación en la esporádica, en la que participan factores genéticos y ambientales.

Más del 70% de los pacientes con Parkinson superan los 65 años. Sin embargo, no es una enfermedad asociada a la edad avanzada, ya que hay aproximadamente un 30% de personas menores de 65 años diagnosticadas.

Los síntomas se dividen en dos grandes grupos:

Síntomas motores:  

Temblor
Inestabilidad postural
Lentitud motora (Bradicinecia)
Dolores musculares o articulares
Fatiga, agotamiento fácil
Estreñimiento
Incontinencia urinaria
Alteraciones sexuales (falta de deseo, impotencia, frigidez)
Sudoración excesiva
Alteraciones respiratorias
Trastornos deglutorios

Síntomas no motores:

Enlentecimiento psíquico (Bradipsiquia)
Trastornos del sueño
Apatía
Ansiedad
Depresión
Hipotensión
Exceso de salivación (Sialorrea)

Síntomas cognitivos

La depresión es de presentación frecuente. Se calcula que un 80% de los afectados la padecerá en algún momento. Se vincula con el duelo por una enfermedad crónica, con preocupaciones sobre otros síntomas (incontinencia urinaria, sexuales) y, a veces, es consecuencia de algún tipo de medicación.

Los síntomas cognitivos están presentes desde las etapas tempranas de la enfermedad, y se caracterizan por disfunción ejecutiva (dificultad para organizar, planificar, tomar decisiones), déficit atencional y de la memoria de trabajo y dificultad para recuperar información. Más adelante en el transcurso de la enfermedad surgen alteraciones en el lenguaje semántico y en las habilidades visuoespaciales.

En cuanto al tratamiento, existen fármacos que apuntan a morigerar la sintomatología. En el hogar debe procurarse cuidar los tropiezos y caídas, proteger al paciente de infecciones respiratorias, prestar atención a la deshidratación y a una nutrición adecuada.

Existen terapias de rehabilitación física y cognitiva, como así también hidroterapia y masajes, que apuntan a mantener una vida activa y con la mayor autonomía posible.

FABIÁN CREMASCHI.

El doctor Fabián Cremaschi es neurocirujano, magister en neurociencias y especialista en educación universitaria. Es profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC. Gracias a su desempeño en el área científica de nuestro medio, ha sido invitado a disertar sobre la problemática de las enfermedades cerebrales en el marco del “Neuroscience 20”, que se realizará dentro del G20. 

Nos cuenta que el Parkinson puede operarse. Desde luego, no todos los pacientes serán candidatos a la cirugía. La enfermedad debe tener, por lo menos, 4 años de evolución y los candidatos son sometidos a rigurosos criterios de inclusión. El tratamiento no es nuevo, hace varias décadas que se lleva a cabo, con resultados satisfactorios. Cientos de pacientes pueden dar fe de ello.  

Debemos saber que la cirugía no es curativa, simplemente busca mejorar los síntomas motores del Parkinson, para mejorar la calidad de vida del paciente y su entorno.

En la actualidad se realizan dos tipos de cirugías. Cremaschi y Sanchez comentan que un tipo de operación consiste en generar, de manera controlada, una lesión muy pequeña en la profundidad del cerebro. Esta cirugía es definitiva y muchas veces eficaz.

La otra posibilidad es colocar electrodos en las áreas del cerebro que controlan el movimiento voluntario (Estimulación Cerebral Profunda). Los electrodos se conectan a través de un cable con una especie de marcapaso colocado por debajo de la clavícula. Esta segunda opción es reversible. En Mendoza, Cremaschi y su equipo y Sanchez la realizan hace tiempo.

El doctor Cremaschi opina que ninguna opción es mejor que otra. Cada médico evalúa qué será mejor para cada caso, teniendo en cuenta múltiples variables. Para ello, equipos transdisciplinarios de profesionales (neurocirujanos, neurólogos, neuropsicólogos, psicólogos, psiquiatras, especialistas en diagnóstico por imágenes) analizan rigurosamente diferentes ítems. “La cirugía se hace a medida, como un sastre hace un traje artesanal”, dice el reconocido especialista.

Por su parte, el doctor Federico Sanchez, que ha estado recientemente en el Toronto Western Hospital, sede de la Academia Internacional sobre Estimulación Cerebral profunda, apunta que la aparición de efectos secundarios graves por la medicación o la falta de respuesta a la misma, son dos criterios para empezar a plantearse la cirugía. 

Sanchez, además aclara que los pacientes deben seguir tomando la medicación, si bien en algunos casos, puede reducirse significativamente la dosis. 

Muy lejos de nuestra actualidad, el doctor Charcot había recomendado una silla de manos en la que el paciente debía mecerse. También creó un arnés en el que enfermo era colgado y columpiado en el aire.

El futuro del tratamiento habla de transplante de neuronas de embriones humanos y de células madre, que viene realizándose, pero con importantes efectos secundarios. La investigación no se detiene.

Lo importante es que de Parkinson nadie muere. Y gracias a la constante dedicación de prestigiosos profesionales como los doctores Cremaschi, Sanchez y tantos otros, la calidad de vida mejora y esto ayuda a los pacientes a convivir dignamente con los síntomas. 



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