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SALUD

5 de junio de 2019

La demencia vascular

La demencia es el deterioro crónico, global y habitualmente irreversible de la capacidad cognitiva.

Por: Redacciòn FM Fleming"Magazine"

La enfermedad vascular es la segunda causa más frecuente de demencia, después de la Enfermedad de Alzheimer.

La demencia es una pérdida gradual y permanente del funcionamiento cerebral que ocurre con ciertas enfermedades. Afecta la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio y el comportamiento.
“ Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro ”, Santiago Ramón y Cajal. Imagine una acequia, una cualquiera de esas que acompañan la travesía de las calles de Mendoza. ¿La tiene? Bien, ahora imagine que, por algún motivo, se rompe una de las paredes laterales, ¿qué pasaría con el agua? Se derramaría, sin lugar a dudas. Ahora imagine la misma acequia pero con otra situación: se acumula una gran cantidad de hojas dentro de la acequia, lo que forma una especie de tapón y no deja que el agua continúe circulando. Algo similar ocurre con la irrigación de nuestro cerebro. Cuando un vaso que irriga el cerebro resulta bloqueado por un coágulo de sangre, hay una porción del encéfalo que queda sin irrigar. Las neuronas, entonces, se ven afectadas.

El causal puede ser trombótico (un coágulo se forma en el lugar) o embólico (un coágulo que se desplaza). En este caso, hablaremos de un accidente cerebrovascular (ACV) isquémico. Por otro lado, puede ocurrir que un vaso sanguíneo cerebral se debilite y se rompa, dando lugar a una hemorragia. La sangre que se filtra, mata a las neuronas aledañas. Aquí hablaremos de un ACV hemorrágico. También puede ocurrir que un accidente vascular isquémico puede presentar sangrado y convertirse en un accidente cerebrovascular hemorrágico. Sabemos que la demencia es un síndrome adquirido que deteriora las facultades intelectuales. También sabemos que su causa es orgánica, es decir, que alguna enfermedad cerebral lleva a ella. Existen múltiples causas de demencia.

La más frecuente en nuestros días es la enfermedad de Alzheimer, luego, ocupando el segundo lugar, viene la enfermedad vascular, que, también va minando las funciones cognitivas superiores, si bien, desde luego, con otro perfil que la enfermedad de Alzheimer, en cuanto a comienzo, evolución y funciones que compromete.

El doctor Sebastián Rauek, médico neurólogo, nos comenta que la demencia vascular (DV) puede estar causada por lesión de grandes vasos (demencia multi-infarto) o por lesiones de pequeños vasos arteriales en áreas diferentes a las vasculares tradicionales. Así, puede no haber ningún síntoma, es decir, accidentes cerebrovasculares silenciosos que, con el tiempo lleven a demencia. En este caso, particularmente, pueden aparecer síntomas cognitivos fluctuantes de manera abrupta.

El diagnóstico es clínico y apuntalado por imágenes cerebrales (TAC, RMN, SPECT) y evaluación neuropsicológica. Para diagnosticar DV debe haber una relación causa-efecto entre los síntomas y el evento vascular. Los síntomas pueden aparecer dentro de los 3 meses que siguen al ictus. Según el doctor Rauek, los factores de riesgo para los accidentes cerebrovasculares son: Hipertensión. Frecuencia cardíaca irregular (fibrilación auricular). Diabetes. Colesterol alto. Obesidad. Sedentarismo. Tabaquismo. Ser hombre. Edad. Historial de accidentes cerebrovasculares previo. Antecedentes familiares.

Los pacientes pueden presentar una amplia gama de síntomas neurocognitivos , que incluyen: Enlentecimiento para procesar información y para resolver problemas. Dificultad para organizar, planificar, tomar decisiones. Dificultad para cambiar de una actividad a otra. Problemas para sostener la atención. Dificultad para manipular datos que permitan llevar a cabo una tarea (memoria de trabajo). Dificultad para encontrar palabras y expresarse verbalmente. Confusión. Desorientación.

El doctor Rauek pone énfasis en prestar atención a señales como: Aparición de trastornos en la marcha (pequeños pasos, lenta, inestable), que puede confundirse con Parkinson. Urgencia miccional y/o incontinencia urinaria. Apatía o depresión. La evolución de este tipo de demencia es diferente a la de la enfermedad de Alzheimer. En esta última, la sintomatología avanza progresivamente. En la DV, los síntomas empeoran escalonadamente, es decir, de manera más abrupta.

El tratamiento debe realizarse de manera interdisciplinaria, y consiste en: medicación, estimulación cognitiva, actividad física y social y apoyo a la familia. Sebastián Rauek enfatiza sobre la necesidad de controlar los factores de riesgo vascular.

La demencia vascular es una de las pocas formas de demencia que se puede prevenir. Obviamente, manejando aquello que sabemos, nos hace mal. Un escritor estadounidense, Jeffrey Eugenides, dijo una vez: “la biología te da un cerebro, la vida lo convierte en una mente”. Yo agregaría que la capacidad de amar y de amarse nos obliga a cuidarlo, porque, en definitiva, guarda el secreto más sagrado: quiénes somos.



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