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DEPORTE

14 de diciembre de 2019

La Real Sociedad igualo al Barça

Real Sociedad, 2 - FC Barcelona, 2

Los azulgrana se dejan dos puntos camino al clásico después de un hermoso partido alterado por la actuación arbitral. El Barça no salió a dominar, la Real tampoco le dejó.

La Real Sociedad, que se avanzó gracias a una pena máxima señalada a Busquets, atrapa el empate al compás de Odegaard.

Nada evitó, sin embargo, que la Real Sociedad se avanzara en el marcador. Busquets agarró con poca gracia a Llorente a la salida de un córner. Lo hizo con el árbitro como espectador privilegiado y sin demasiado disimulo. Nada que objetar al penalti, si no fuera porque no hay saque de esquina en que no se repitan esas mismas escenas sin castigo de por medio. Oyarzabal, responsable del disparo desde los once metros, dejó sentado a Ter Stegen mientras clavaba la mirada hacia una derecha que no fue tal.

Quizá creyó el Barcelona que el desconcierto acabaría con el gol del momentáneo empate. Y reafirmó la sensación una vez iniciado el segundo acto, cuando se vio de repente en ventaja tras otro episodio vertiginoso. Esta vez, gracias a que Sergio Busquets abrió en canal la defensa avanzada de la Real y Messi, con el cielo abierto, ofreció el gol a Luis Suárez. Ni siquiera le hizo falta al ariete rematar con limpieza porque el gol ya lo había atado el rosarino con su pase.

Pero el equipo de Valverde no supo aprovechar su momento. Griezmann no enfocó bien el remate ante un Remiro que sólo tuvo que mantener la posición. Poco después, Piqué vio cómo le arrebataban la gloria sobre la misma línea de gol. Y los hombres de Alguacil, crecidos ante el indulto, volvieron a creer en Odegaard. En que una nueva vida era posible. Y en que el Barcelona, otra vez irregular cuando echaba la vista atrás, bien podría ofrecer una nueva rendija.

Y ésta apareció en el lugar más insospechado. Sí, en la manopla de Ter Stegen. El alemán respondió a un centro de Monreal con un mal manotazo hacia el centro. Isak no tuvo más que embocar.

Ernesto Valverde ya no supo cómo remediarlo mientras la tarde se aceleraba sin remedio. Sentó a Busquets y dio cuerda a Aleñá, un futbolista del que el club piensa desprenderse en el mercado de invierno. Ofreció descanso a Jordi Alba para que Semedo estirara las piernas. Y Arturo Vidal y su fútbol agónico, cómo no, aparecieron como última solución. Nada iba a cambiar. Piqué ahogó un grito desde el suelo.

El Barcelona tendrá ahora que decidir si su desconsuelo responde al arbitraje o a pecados propios. La ira nunca mezcló bien con la cordura. Ni en la vida ni en el fútbol.

El mérito barcelonista estuvo precisamente en su capacidad para competir y no vencerse después de un partido hermosísimo por el ritmo, las alternativas y los goles, uno precioso de Griezmann. Elexrealista fue uno de los protagonistas del encuentro junto con el coloso Piqué.

La Real frena al Barça con polémica

El lamento de Piqué (Juan Herrero / EFE)

Las individualidades redimieron al Barça frente al espíritu colectivo de la Real. Imanol Alguacil explicó cómo se construye un equipo desacomplejado y con mentalidad ganadora, siempre a gusto con la pelota, revelación agradable de LaLiga. Jugó siempre para ganar y tuvo que firmar un empate después de que el árbitro pitara un penalti a Busquets al inicio, y al final le negara un segundo a Piqué en dos jugadas muy discutidas por el Barcelona, ambas por agarrones. Los muchachos de Valverde defendieron su suerte a partir de las jugadas, no del fútbol, más dispuestos para el contragolpe que para el ataque, circunstancia sospechosa para un equipo campeón de LaLiga.

Griezmann y las manos a la cabeza


Griezmann y las manos a la cabeza (Juan Manuel Serrano Arce / Getty)

La Real es un equipo de muy buen ver, agradecido para el espectador, interesante futbolísticamente y muy exigente para el rival más cualificado, también para el Barça. Los azulgrana salieron a la cancha con las manos en los bolsillos, la vista puesta en un estadio que ha quedado muy coqueto, espectadores del partido dibujado por los chicos de Alguacil. Al Barcelona le cuesta entrar en juego fuera del Camp Nou. Los donostiarras atacaban de área a área, de forma aseada y punzante, arrimados todos a Ter Stegen, incluso el lateral Monreal.

 

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A nadie le extrañó que marcara Oyarzabal. Acaso sorprendió que fuera de penalti a la salida de un córner en el que el árbitro pitó falta porque Busquets agarró de la camiseta a Llorente. Una jugada muy repetida en cada partido y no siempre sancionada, circunstancia que provocó el enojo de los barcelonistas, penalizados por el colegiado y por el VAR. Un disparo a bote pronto de Luis Suárez dio fe de la presencia del Barça. La defensa es el punto débil de la Real, desbocada ofensivamente, bien orientada por Odegaard.

A los 20 años, el noruego conduce rápido, acelera y frena a tiempo, filtra bien el pase en un grupo alegre, vivo y directo, difícil de contener, solo frenado por un imperial Piqué. El equipo de Valverde no enganchaba con Messi. Atacaba de manera muy espasmódica, nada continuada, porque el balón era de la Real. El vendaval donostiarra resultaba imposible de seguir para el Barça. No presionaban ni elaboraban los azulgrana sino que, mal posicionados, achicaban en su cancha, sin un enganche, muy descolgados Luis Suárez y Messi.

Los delanteros aguardaban el fallo del contrario más que el acierto propio mientras la hinchada se mostraba entusiasmada por la profundidad y también la valentía de la Real. Tan atrevido y agradecido es el plantel de Alguacil, siempre dispuesto a salir de su área con el cuero al pie, incluso cuando por las ausencias utiliza a un volante de central como Zubeldia, que a veces comete errores ingenuos como el que propició el 1-1. No atinó Llorente y Luis Suárez habilitó a Griezmann.

El exrealista controló el cuero en carrera y su transición acabó con un toque sutil de zurda, una picadita precisa, sobre la salida de Remiro. Un gol muy propio de Griezmann en la Real, en el Atlético y en el Barça pese a que la jugada duró menos que las ya vistas en Eibar y ante el Mallorca. Aunque no regatea y es muy discreto en el mano a mano, el francés ataca muy bien al espacio, incontenible incluso para su exequipo, el mismo en el que se formó como uno de los mejores delanteros del mundo, motivo suficiente para no celebrar el gol en el Reale Arena.

El juego largo, de posesión y combinación de la Real contrastaba con el fútbol corto y a la contra del Barça. El 1-2 expresó la mutación azulgrana en cancha ajena y su plan contra adversarios vitalistas: Piqué ganó un balón dividido que llegó a Busquets y su pase largo, adelantado y al vacío, alcanzó a Messi, definitivo en su desmarque y posterior asistencia a puerta vacía para Luis Suárez. El partido giró a favor del Barcelona hasta el punto que Griezmann dispuso de un tiro claro para el 1-3. A la parada de Remiro respondió después un error de Ter Stegen.

Monreal entró por su costado y su centro fue mal rechazado por el meta, que dejó el cuero para el pie de Isak. El portero se sobrepuso después al fallo con una parada de mérito a Merino. Los goles ilustraron un encuentro precioso por el intercambio de golpes, la velocidad del juego y la emoción por el resultado, indesmayables los contendientes en Anoeta.

El partido se rompió y quedó a merced de los delanteros, que dispusieron de diferentes opciones de disparo hasta el final, cuando Piqué acudió a rematar y no pudo después de ser obstaculizado por Llorente en una acción parecida a la del 1-0. El árbitro se hizo el longuis y no entró en juego el VAR para desespero del Barça. Quisieron los azulgrana resolver el choque en las áreas, después de prescindir de la línea de centrocampistas —Valverde acabó por utilizar hasta cinco y no destacó ni De Jong—, y anteponer las transiciones a la combinación, un recurso que benefició sobre todo a Griezmann. El ir y venir, en cambio, sobrepasó a menudo a un jugador capital y en racha como es Messi. No pudo decidir el capitán y, faltos de mando y poder, los azulgrana se dejaron dos puntos y puede que el liderato en vísperas de recibir al Madrid. No es el Barça todavía un equipo fiable con una idea clara de juego sino que, con el marcador en el retrovisor y una nómina de figuras, gestiona una transición que dependerá mucho de los rivales, y la Real fue uno de los mejores.

 

Ficha técnica

Real Sociedad, 2 - FC Barcelona, 2

Real Sociedad: Remiro; Zaldua, Zubeldia, Llorente, Monreal; Guevara, Merino, Odegaard; Portu (Januzaj, min. 58), Isak (Willian José, min ,65), Oyarzábal (Barrenetxea, min. 84)..

Barcelona: Ter Stegen; Sergio Roberto, Piqué, Lenglet, Jordi Alba (Semedo, min. 73); Busquet (Alañá, min 73), Rakitic (Vidal, min. 78), De Jong; Messi, Griezmann y Luis Suárez.

Árbitro: Alberola Rojas (Castilla- La Mancha).

Goles: 1-0, min.11: Oyarzábal, de penalti. 1-1, min. 37: Griezmann. 1-2, min. 48: Luis Suárez. 2-2, min. 61: Isak

Incidencias: 36.639 espectadores en el Reale Arena, que marca un nuevo récord de asistencia en San Sebastián. Tarde agradable y estreno del nuevo césped híbrido que ha sido instalado esta misma semana y que superó la prueba con éxito.



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