Tras un encuentro de más de tres horas en la residencia de Olivos, el presidente Alberto Fernández, el gobernador Axel Kicillof y el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta avanzaron en el endurecimiento de la cuarentena para contener la expansión del coronavirus y achatar la curva de contagios en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El virtual regreso a la fase 1 del aislamiento durará desde el 1 de julio hasta el 16 de julio inclusive. En rigor será una etapa más flexible que el aislamiento implementado el 19 de marzo, puesto que los bancos seguirán abiertos al público.

Desde las Nación, Provincia y Ciudad evitaron las confirmaciones formales, que el Presidente comunicará este viernes en un mensaje grabado junto al gobernador y al jefe de Gobierno. Los dos jefes de distrito están citados para este viernes a las 11.
Durante la nueva etapa solo podrán abrir los comercios esenciales. En la Capital se suspenderán los permisos para correr, pero continuarán las salidas de los chicos los fines de semana.

Uno de los puntos que dividía las aguas entre la Provincia y la Ciudad y sobre el que el Presidente debía arbitrar era cuándo comenzaría la nueva etapa. Kicillof pretendía que se iniciara cuanto antes, mientras que Larreta prefería que arrancara a partir del 5 de julio. Finalmente se consensuó que la fase se iniciara este miércoles 1 de julio. Las 72 horas entre el final de esta etapa de la cuarentena y la nueva servirá para "calentar motores", según precisaron cerca de los participantes del encuentro. En criollo significa que fortalecerán más el control sobre el transporte y la circulación en automóviles particulares. 

En el gobierno porteño explicaban que hubiera sido contraproducente tomar medidas restrictivas antes de atravesar “la montaña”, como denominan al pico de contagios. Luego, se entusiasman con aperturas protocolizadas, pero nadie puede asegurar cuál será el resultado de la cuarentena. 

El Presidente se había plegado con declaraciones a la presión pública de Axel Kicillof para endurecer las medidas. En la práctica, sin embargo, Fernández dejó correr el tiempo. “Deberíamos volver a la fase 1”, sostuvo el mandatario en una entrevista el 11 de junio. Luego volvió a criticar la apertura de comercios y las salidas a correr, pero tampoco hizo nada. “Querían salir a correr y abrir los comercios, ahí tienen las consecuencias”, llegó a decir el mandatario. Los casos positivos en la Capital pasaron de un piso de 600 contagios por día a más de 1000. En la Provincia la escalada fue similar.

En la nueva fase solo estarán habilitados los comercios esenciales. El jefe de Gobierno pretendía que se cerrarán la menor cantidad de rubros posibles, ante la profundización de la crisis por el parate. Sin embargo, ve con mejores ojos el cumplimiento de una cuarentena estricta y acotada en el tiempo para después permitir la apertura protocolizada de más actividades económicas.  

“Las tres jurisdicciones han acordado en avanzar en mayores restricciones a la movilidad que permitan una fuerte merma en la circulación”, informó Presidencia a través de un comunicado, minutos después de que iniciara el encuentro. Los tres mandatarios comenzaron la reunión a solas. Luego, se sumaron jefe de Gabinete Santiago Cafiero, el ministro de Salud Ginés González García y la secretaria Legal y Técnica Vilma Ibarra; el vicejefe de gobierno porteño Diego Santilli, el jefe de la Cartera de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós; su par bonaerense Daniel Gollán y el ministro coordinador e bonaerense Carlos Bianco.

Los tres gobiernos acordaron limitar el uso del transporte público interjurisdiccional. El mismo quedaría limitado para determinadas categorías de los trabajadores esenciales, que hoy suman 56. Las dificultades para implementar esa medida terminaron por obligar a la postergación del anuncio, que originalmente se había pensado para después de la cumbre. Además, los tres distritos aumentarán sensiblemente el control del transporte.