COCINA RECETAS
21 de julio de 2020
Arrope de uva
El arrope o dulce es especial para comer con quesillos, todo tipo de queso, o ricota.
Los frutos de nuestra provincia, algunos silvestres, otro cultivados, pueden emplearse en hacer esta delicia criolla, como el arrope de uva, las moras, los higos y algunas gustosas variedades más.
1) Se pisan o aplastan unos 2 kg de uvas en un recipiente ancho, hasta que queden prácticamente convertidas en líquido.
2) Se retiran los hollejos con una espátula y se los desecha.
3) En el caso de la uva, no hay que agregarle agua (necesaria en el caso de los higos o las tunas), ya que es una fruta muy acuosa.
4) El jugo se hierve pero, para quitar toda impureza, hay que esperar a que comience a formar espuma y retirarlas entonces con una espátula.
5) Se le da un nuevo hervor y se lo pasa por un colador fino.
6) Se lo vuelve a hervir y se le echa azúcar, morena en lo posible (para esta cantidad de fruta, unos 150 g).
7) Por entonces notaremos que el líquido se ha clarificado, así que lo dejaremos hervir a fuego suave, revolviendo cada tanto con un cucharón –“aventando”, dicen hermosamente los riojanos– hasta que el líquido tome una buena consistencia, o sea, la consistencia de hilo fuerte y pesado.
El color marrón rubio o muy oscuro depende de la fruta elegida. Apagamos el fuego y dejamos enfriar antes de envasar en un frasco de boca ancha.
A mí me gusta agregarle ciruelas pasas, frutas abrillantadas o nueces.
Una recta cuyana advierte: “Se le puede agregar cascos de sandía, batata o zapallo, pero antes debemos pasarlos por agua con cal, luego se enjuagan y se ponen a cocer en el mismo arrope.” Si se deciden a hacer arrope de higo, deben dejar, cubiertos de agua y toda la noche, 1 ½ kg de esta fruta bien madura; al día siguiente, pasar por un lienzo poco tupido y humedecido en agua caliente, aplastándolo como con rodillo.
Se recoge este líquido en una paila que luego irá al fuego fuerte, sin revolver, hasta que esté espeso. En este caso, lo mejor es emplear paleta de madera y envasar igual. En Salta, lo he visto en cántaros de barro con tapa o un lienzo para que no entren insectos.
Mi suegra me supo contar que ellos, en la estancia, hacían arrope en cantidad y lo guardaban por años, pues es un dulce que puede conservarse durante mucho tiempo.
Y para los varones que anden con ganas de cocinar –por suerte, cada vez hay más–, aquí va una receta muy sencilla: Dulce de damasco. Se calcula un 1 kg de azúcar para 3 kg de fruta. Se lavan, se cortan y se sancochan. Luego se les echa el azúcar, se pone todo al fuego, se revuelve con cuchara de madera hasta llevarlo a punto. Dejar enfriar y envasar.
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