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SALUD

26 de julio de 2020

Los hábitos alimentarios de los pequeños es tan importante como la forma de hacerlo

Recurrir a la comida rápida únicamente en ocasiones puntuales para que los niños no se sientan apartados de los hábitos de consumo mayoritarios.

Por: Redacciòn FM Fleming"Magazine"

Con hábitos adecuados en la alimentación y en el estilo de vida, contribuimos de forma positiva en la construcción y modelado de su cuerpo y en la mejora de su salud, rendimiento físico e intelectual.

Durante la infancia se establecen los hábitos alimentarios que posteriormente serán difíciles de cambiar. Con hábitos adecuados en la alimentación y en el estilo de vida, contribuimos de forma positiva en la construcción y modelado de su cuerpo y en la mejora de su salud, rendimiento físico e intelectual.

Una alimentación correcta durante la infancia, es importante, porque el organismo del niño se encuentra en crecimiento y formación, razones por lo que es más vulnerable ante cualquier problema nutricional.

Una alimentación saludable y equilibrada es fundamental para el estado de salud de los niños, y determinante para un correcto funcionamiento del organismo, buen crecimiento, una optima capacidad de aprendizaje, comunicarse, pensar, socializar y adaptarse a nuevos ambientes y personas, un correcto desarrollo psicomotor y en definitiva para la prevención de factores de riesgo que influyen en la aparición de algunas enfermedades.

Una buena nutrición es la primera línea de defensa contra numerosas enfermedades infantiles que pueden dejar huellas en los niños de por vida.

Los efectos de la desnutrición en la primera infancia (0 a 8 anos) pueden ser devastadores y duraderos. Pueden impedir el desarrollo conductual y cognitivo, el rendimiento escolar y la salud reproductiva, debilitando así la futura productividad en el trabajo.

Como consecuencias de una sobrealimentación o alimentación inadecuada, nuestros hijos pueden enfermedades crónicas desde muy temprana edad. Por esto es que con una dieta balanceada y con patrones saludables de alimentación podemos prevenir las enfermedades crónicas mencionadas y promover el desarrollo cognitivo del niño

Un niño con buena alimentación tiene menos posibilidades de sufrir: trastornos nutricionales, anemia, sobrepeso, obesidad, caries dental y problemas de aprendizaje escolar, contribuyendo a contribuye a la prevención de ciertas patologías en la edad adulta como son las enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer.

Es importante mencionar que el peso no debe ser considerado como el único indicador de que el niño está teniendo una alimentación saludable. Existe la posibilidad de que el niño se encuentre en un peso normal para su estatura y edad, pero que este no consuma algún grupo de alimentos que sea necesario para su adecuado desarrollo. Por ende no existe un balance en la alimentación, y en un futuro puede traer consecuencias.

La clave para que nuestros hijos tengan buenos hábitos, es que entiendan la importancia de una alimentación saludable por medio de actividades divertidas, para que así los niños estén motivados a consumir de todos los grupos de alimentos.

Existe fuerte evidencia que sugiere que cuanto más temprano empiece el niño a beneficiarse de programas de nutrición, mejor será su desarrollo conductual.

Una alimentación saludable le brinda al organismo una gran variedad de alimentos en cantidades suficientes para un adecuado crecimiento, desarrollo, y mantenimiento. Para que esta alimentación sea completa se deben consumir todos los grupos de los alimentos incluyendo carbohidratos, frutas y vegetales, proteínas, lácteos, grasas y azúcares. La clave es encontrar un balance en el consumo de cada grupo de nutrientes.

Los niños se encuentran en un periodo de crecimiento importante por lo cual su cuerpo tiene necesidades muy elevadas de energía y nutrientes. Cada grupo de alimentos tiene funciones específicas y esenciales, por esto es importante fomentar que nuestros hijos mantengan una alimentación variada.

De qué se alimentan los pequeños es tan importante como la forma de hacerlo. Las investigaciones concluyen que comer despacio y cuatro veces al día es más saludable que hacerlo pocas veces y con prisa.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es uno de los problemas crecientes más importantes del mundo desarrollado. Hay varios factores que explican su incremento. Entre ellos, se halla un cambio importante en el ritmo de vida, que obliga a veces a adoptar unos hábitos alimentarios poco saludables, como comer con prisa o alimentarse demasiado a menudo de comidas precocinadas.

Un estudio llevado a cabo por la Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics realizó un experimento que corrobora, en parte, estas hipótesis. Se pidió a dos grupos diferentes que tomaran una comida, pero a uno de ellos se les impuso una limitación temporal, mientras que el otro grupo disponía de todo el tiempo que quisiera para comer con tranquilidad. La cantidad de comida era la misma en los dos grupos. Sin embargo, los que habían comido con más lentitud afirmaban sentirse más saciados.

En el caso de los adolescentes, esto parece ser incluso más importante que a otras edades. Para los chicos jóvenes, hacer cuatro o cinco comidas al día y comer despacio, favorece que acumulen menos grasa corporal. La revista Journal of Adolescent Health, especializada en la etapa adolescente, reveló hace poco que comer con lentitud tiene efectos incluso aunque el adolescente no practique ejercicio físico. Así, comer menos de 4 veces al día y más rápido se asocia a una mayor cantidad de grasa corporal.

Una alimentación variada y saludable, siempre va de la mano de la actividad física. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños realicen 1 hora diaria de algún tipo de actividad recreativa ya sea andar en bicicleta, jugar en el parque, patinar, natación, baile o fútbol. Evite el sedentarismo en sus hijos y motívelos a que realicen deporte de forma divertida en lugar de pasar frente alguna pantalla toda la tarde.

Otros estudios afirman que nuestro entorno tienen una relación directa en nuestros hábitos alimentarios, así, las personas que nos acompañan a la hora de comer influyen en nuestra manera de comer. Si las personas del entorno eligen un plato con menor contenido calórico, el individuo tiene tendencia a realizar una elección similar a la del resto. Ello podría deberse a que la elección de los alimentos refuerza los lazos que le mantienen vinculado al grupo social, motivados por su sentimiento de pertenencia al grupo. Estos factores influyen incluso cuando se realiza la comida solo.

Según los mismos expertos, es más fácil combatir la obesidad cuando aún se es niño que cuando ya se ha alcanzado la edad adulta. Además del aumento de peso propiamente, combatir la obesidad es una importante barrera para que se desarrollen otras afecciones tan o más graves, como la diabetes o los problemas cardiovasculares.



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