La deserción “es el último eslabón en la cadena del fracaso escolar”, plantea Rosa Rosario Muñoz, ex diputada chubutense. Cada vez son más los estudiantes que, por diversos motivos, deciden dejar el colegio. 

El impacto de la pandemia tuvo un papel fundamental en todo esto y agravó la situación: en parte por la desconexión, por la acumulación de materias adeudadas como así también por una profunda necesidad de salir a trabajar por cuestiones económicas.

Según un informe de CIPPEC, en Argentina, antes de la pandemia, 95 de cada 100 adolescentes y jóvenes de entre 12 y 17 años asistían a la escuela en los grandes centros urbanos del país. Sin embargo, durante el 2020, 4 de cada 10 de estos jóvenes tuvieron bajo o nulo vínculo con sus docentes: no recibían tareas o lo hacían una sola vez por semana y sin devolución. No obstante, hay una notoria falta de estadísticas certeras con respecto al tópico en cuestión.

Aunque en 2012 se creó el Sistema Integral de Información Digital Educativa (SInIDE) y dos años más tarde, en 2014, el Consejo Federal aprobó la implementación de un plan estratégico para el otorgamiento de la validez nacional (cuya relevancia fue ratificada en 2016), sigue habiendo escasez de datos oficiales. 

A pesar de esta falta de datos, fuentes oficiales del Ministerio de Educación declararon que 1.1 millón de niños, niñas y adolescentes -debido al aislamiento por la pandemia de covid-19- se desvincularon de la escuela. Para contrarrestar esta situación, la cartera educativa implementó en agosto de 2020 el Programa Acompañar: Puentes de Igualdad con el fin de localizar y revincular a los estudiantes. Según cifras oficiales, hasta marzo de 2021 habían recuperado su vínculo con la escuela 376.532 alumnos. 

Asimismo el Gobierno no considera que lo que ocurre se trate de “abandono escolar”: desde el Ministerio de Educación prefieren hablar de “desvinculación”. En este contexto, surgen muchas preguntas. ¿Por qué los jóvenes no quieren seguir con sus estudios? ¿Cuáles son los motivos? ¿Que se puede hacer para prevenir la deserción escolar?

Algunos especialistas clasifican los factores que intervienen en el abandono escolar en categorías: 

• Socioeconómicos: por ejemplo, bajos ingresos familiares, la falta de apoyo escolar y la necesidad de trabajar a temprana edad. 
• Personales: aquellos de tipo emocional, como la falta de motivación e interés.
• Psicológicos: dificultades de aprendizaje, como el autismo o derivados de la mala alimentación. 
• Institucionales: la falta de oportunidades de estudio, así como la ausencia de becas o programas de apoyo. 
• Familiares: la familia juega un rol importante, ya que si se trata de una disfuncional, violenta o desarticulada, es muy dificil que el alumno se concentre y aprenda.
• Sociales: como por ejemplo, pertenecer a bandas criminales, las malas influencias, la drogadicción del alumno, etc.