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20 de abril de 2015

Las economías regionales dicen presente en la campaña electoral

El Gobierno tuvo una mala performance en Mendoza y Santa Fe, dos distritos clave.

Además de banderas políticas, en la ciudadanía influye lo que sucede con productos clave elaborados en el interior, de los que dependen industrias y miles de empleos. Dólar barato y presión impositiva, "enemigos" K

Todo junto no se puede
O se plancha el dólar para dar sensación de estabilidad, o se atienden los problemas de las economías regionales, que necesitan un tipo de cambio más alto para poder exportar.

O se bajan los impuestos para dinamizar la actividad productiva, o se castiga más al sector privado, para tener recursos con los cuales financiar el gasto público.

Dando muestras de que el eslogan usado en las elecciones legislativas de 2013 -"En la vida hay que elegir"- sigue tan vigente como antes, el Gobierno parece haber tomado una decisión clara respecto de qué priorizar y qué sacrificar en esta campaña.

El objetivo, como ya ha quedado demostrado, es sostener el dólar relativamente estable, en un sistema de deslizamiento lento, corriendo muy por debajo de la inflación y de las subas salariales.

En otras palabras, la actual fase de la política económica se ha resignado a que la producción argentina sea cada vez más cara en dólares, en pos de buscar una recuperación del consumo y una moderación en el alza de los precios.
Por cierto, este movimiento va a contramano de lo que están intentando hacer todos los países vecinos, empezando por Brasil y terminando por México, todos orientados a recuperar competitividad para sus exportaciones, devaluando sus monedas frente al billete verde.

¿Se rompe un tabú?

La decisión del Gobierno de favorecer el atraso cambiario, tiene su lógica desde el punto de vista político, habida cuenta de la vieja máxima según la cual no se puede ganar una elección si no se mantiene un dólar bajo.

Es más, una de las estrategias preferidas de ataque y descalificación de todo rival en las urnas, es acusar a su adversario de querer propiciar una devaluación. Por cierto, esta estrategia sigue rindiendo y muy bien.

Ya lo entendió Mauricio Macri, quien dijo que su propuesta de eliminar el cepo cambiario no traería aparejada una brusca suba de la divisa estadounidense, ya que estaría sustentada en un fuerte ingreso de capitales que genere confianza.

En la otra vereda, la sensibilidad con el tema del dólar también está muy presente. En el búnker de Daniel Scioli, se intenta instalar la idea de que sólo si él resulta ganador se evitará una corrección abrupta del tipo de cambio.

Sin embargo, los hechos están marcando que los candidatos deberían relativizar un poco su campaña a favor del dólar barato.
Para botón de muestra, la exportación de un producto emblemático como el vino Malbec, que hasta 2010 venía creciendo a un ritmo de 10% anual, está cayendo al 4%.

"Las bodegas exportan cada vez menos cajas de vinos y esto repercute en toda la cadena productiva, generando quebrantos en los viñateros. Hace cinco años que el precio de la uva de la variedad Malbec viene perdiendo la carrera contra la suba de los costos", señala un informe de la Fundación Mediterránea. 

Este es uno de los factores que ayuda a entender el resultado de las PASO en Mendoza.

El radical Alfredo Cornejo cosechó cerca del 52% de los votos y dejó muy atrás a su inmediato competidor. El Frente para la Victoria presentó tres candidatos, de los cuales Bermejo fue el que más sufragios logró, un 16%. 
En tanto, en Santa Fe, zona agrícola por excelencia, se está sintiendo fuerte el efecto de la pauperización del campo, doblemente afectado por la fuerte presión impositiva y por la caída de los precios en el mercado internacional. 

Aquí también el resultado le fue adverso al oficialismo, que logró captar apenas un 20% del electorado, 10 puntos menos que el candidato apoyado por el PRO, Miguel del Sel.

"El tipo de cambio sigue en niveles muy deprimidos. No hay rentabilidad en el campo alquilado y el que tiene uno propio levanta la cosecha y la retiene, esperando mejores precios o un dólar más alto", afirma Salvador Di Stefano, consultor basado en Rosario. 

Agrega que, en estas circunstancias, no se produce el "efecto derrame" que en otros tiempos se generaba desde el sector rural al resto de la economía.

Otros sectores complicados 

En otras zonas del país, la cadena láctea también sufre los problemas derivados de la falta de competitividad, la suba de costos, y las complicaciones con el tipo de cambio.
De hecho, los tambos figuran entre los sectores complicados. Según cálculos oficiales, en los últimos años se perdieron más de 300 puntos de producción.

De acuerdo con mediciones oficiales, la producción de leche está prácticamente en los mismos niveles de hace quince años.

Los frigoríficos también figuran entre los perjudicados por la evolución de algunas variables económicas y decisiones políticas como la de limitar exportaciones. 

Según la Cámara de la Industria de la Carne (CICCRA), desde 2008 hasta la actualidad cerraron unos 150 frigoríficos, dejando en la calle a más de 17.000 trabajadores. 

Para Miguel Schiariti, presidente de CICCRA, "los cierres seguirán durante 2015 y no sólo de aquellos vinculados con la exportación, sino también de los que se dedican al consumo interno".

Cabe destacar que hasta el 2009, la Argentina ocupaba el 4° puesto a nivel mundial entre las principales naciones exportadoras, siendo sólo superada por Brasil, Australia y Estados Unidos.

Luego de años de políticas de desincentivo, que llevaron a la pérdida de negocios en el exterior, por primera vez en décadas la Argentina quedó fuera del "top 10" de los grandes dueños del comercio global de carne.

En la actualidad, se ubica en el puesto número 11, habiendo quedado por detrás de países sin tradición ganadera, como México y Belarús. 
Los productores de aceitunas y de aceite de oliva se suman a la lista de los afectados por el dólar barato. Actualmente conviven con un tipo de cambio muy por debajo del promedio de 2006 y que resulta menos conveniente que el que tenía post devaluación.

"Hace tres años que la situación de la olivicultura en Cuyo es casi terminal. Hemos sufrido una caída de competitividad furiosa y la mayoría está trabajando al límite o a pérdida", advierte Fernando Ruiz Toranzo, coordinador regional de CREA.

Rodolfo Vargas Arizu, bodeguero y elaborador de aceite, señala que "el sector olivícola está muy complicado ", al tiempo que advirerte que, en la actualidad, prácticamente no hay ninguna empresa que esté exportando.

El dólar, las urnas y el factor competitividad

El fenómeno de las elecciones, en el que se refleja la preocupación del electorado por el atraso cambiario, ya había sido evidente en las legislativas de 2013, cuando el kirchnerismo sufrió un revés electoral en provincias históricamente peronistas. 

"Debo admitir que me sorprendió la fortísima caída del kirchnerismo en toda la zona norte, donde perdieron en provincias donde no habían sido derrotados, como La Rioja", señalaba en aquel entonces el ex ministro Ricardo López Murphy, quien alertaba sobre los crecientes problemas de competitividad.

Este problema ya es indisimulable, al punto que hay expertos que afirman que se ubica por debajo del explosivo año 2001.
Un estudio de Economía & Regiones prevé que la economía caerá este año otro 1,5%, después de haberse reducido un 2,5% en 2014.

Y destaca que la presión impositiva es un factor que agrava la pérdida de competitividad, algo habitualmente analizado sólo desde el punto de vista cambiario.

"Actualmente el tipo de cambio real contra el dólar se ubica en niveles similares a los de 2001. Si al efecto de la inflación sobre la apreciación se le agrega el impacto de la mayor presión tributaria -que se duplicó en la década- se observa que actualmente la competitividad efectiva de la economía es menor que la de 2001", afirman desde la consultora. 

Esto contribuye a explicar los actuales problemas que afectan el nivel de actividad. De hecho, los productores sojeros no han logrado mejorar su competitividad, pese a los avances tecnológicos y a que precio actual (u$s350), es de algo más del doble del de 2001.

"Los costos de producción aumentaron cerca de un 1.300% para el poroto de soja, aceite y harina de soja y aceite de girasol. Otros sectores, como el de la carne y el cuero, sufrieron un inflación similar en sus costos de producción", grafica Economía & Regiones.

Un factor de peso en la campaña

En las filas kirchneristas hay conciencia respecto del problema de las economías regionales.
De hecho, es uno de los temas que el equipo de Axel Kicillof viene estudiando en los últimos meses. El objetivo es no recurrir a la devaluación sino, más bien, utilizar la herramienta fiscal para dar soluciones diferenciadas a cada actividad. 

Es decir, devoluciones de impuestos a los exportadores, otorgamiento de líneas de crédito blandas y otros clásicos de la economía argentina.
Pero lo cierto es que, hasta ahora, no se han visto resultados que cambien el frío panorama que marcan los números.
Por lo que se está viendo en las primeras votaciones, la penuria de las economías regionales amenaza con transformarse en un factor influyente en esta campaña. 

Incluso en Salta, donde el gobernador Juan Manuel Urtubey obtuvo una amplia victoria, hay síntomas de malhumor social, como se evidenció con el avance de la izquierda y en el hecho de que la línea peronista predominante apoya el estilo "moderado" de Scioli antes que el radical del "cristinismo puro".



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