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10 de agosto de 2022

Manes: El argentino está resignado

Facundo Manes sostuvo que se involucró en política porque "estos tiempos requieren que no seamos espectadores, que seamos protagonistas.

El profesional describió su visión del país, diagnosticó el porqué de los fracasos, pero se mostró esperanzado en el proyecto político que busca llevar adelante. 

Manes: "La Argentina está con el alma rota y el principal desafío es convertir la resignación en esperanza" 
El neurocientífico y diputado nacional por la UCR Facundo Manes sostuvo que se involucró en política porque "estos tiempos requieren que no seamos espectadores, que seamos protagonistas, se lo digo a todos los santiagueños: se viene un nuevo mundo post pandemia. Es hora de imaginar un nuevo país, explicar un nuevo país y hacer un nuevo país".

Ud viene hablando del nuevo radicalismo, pero ¿en qué es nuevo, en ideas, en proyectos?

Estoy trabajando con mucha gente para un nuevo radicalismo porque estoy convencido y lo dije cuando acepté la candidatura en la provincia de Buenos Aires desde el radicalismo, pero con una fuerza que excedía al radicalismo e incluía al peronismo, al PRO, gente de la sociedad civil, el progresismo. Los partidos políticos no tienen el derecho divino de existir para siempre si no se renuevan, si no incorporan nueva gente, si no se adaptan a los desafíos de la actualidad y si no quieren ganar una elección, si no tienen vocación de poder. Lo que estoy viendo en todo el país es un radicalismo que tiene vocación de gobernar el año que viene la presidencia de la Nación. Hay un radicalismo que quiere una epopeya como fue la que impulsó Raúl Alfonsín, convocando a todos los argentinos por fuera del radicalismo, el último salto civilizatorio que tuvo la Argentina. Porque antes de los 80 se resolvían los problemas políticos sociales y económicos con violencia. Después con la democracia, tenemos problemas sociales, políticos y económicos, pero en el marco democrático. Hoy, necesitamos un nuevo marco civilizatorio hacia la modernidad, con políticas a largo plazo y una idea que excede a Cambiemos. No podemos ir a la presidencial 2023 con lo que se perdió en 2019. Hay que ampliar la base de sustentación. Ese nuevo radicalismo, va a tratar de incorporar a los sectores populares porque el radicalismo es popular o no es nada.

¿Estos viajes al interior del país tienen que ver con su deseo de ser Presidente?

Tengo la convicción y la determinación y estaré hasta el final en la construcción de este espacio que convoque a la mayoría de los argentinos para transformar la Argentina. No solo para ganar la elección, porque en el 2015 se hizo una alianza para ganarle al kirchnerismo, pero no fue una alianza de un acuerdo programático y nos fue mal. En el 2019 se hizo una alianza para ganarle a macrismo y no tuvo un acuerdo de ideas y les está yendo muy mal. El que yo esté acá es contribuyendo hasta el final para una alianza de una gran oposición para no solo ganar la próxima elección presidencial, sino para cambiar la Argentina.
¿Cuál es la mirada suya sobre el presente, sobre la Argentina de hoy?

Estamos con el alma rota, si me preguntan cómo está la Argentina, está con el alma rota, los argentinos estamos tristes, estamos apáticos, estamos como con los brazos caídos. Por eso el principal desafío de un líder o de una líder como Natalia Neme es tratar de convertir la resignación en esperanza, hoy estamos quebrados por dentro, entonces a una persona que está quebrada por dentro no se le puede pedir que produzca. Hoy el argentino está resignado, el mayor desafío que tenemos es transformar esa depresión, esa resignación en esperanza.

¿Ese quiebre, a qué lo atribuye?

La pandemia, más 40 años desde la democracia hasta acá de una dirigencia que no nos dio progreso, bienestar. Nosotros como sociedad, por suerte, rompimos con las dictaduras en los 80s por Malvinas. Si no hubiese sido por Malvinas, quizá los militares gobernaban por más tiempo. Si bien recuperamos el marco democrático, fallamos en darle prosperidad a la Argentina. Quizá, sin la pandemia, esto hubiese seguido. La pandemia siempre cambia la mentalidad de la época y nos da la oportunidad de pensar en grande y cambiar.

Según su punto de vista científico y político ¿cómo se manejó la pandemia en la Argentina?

Un desastre, en términos de vacuna. Primero estuvimos sin vacunas por ideología. Después cuando tuvimos las vacunas hubo problemas de distribución, luego muertes por millón de habitantes, tercero un país pobre como la Argentina, estuvo con una economía cerrada. Cuarto, en educación un año y medio sin clases presenciales va a tener un efecto de décadas. Otro tema que también se manejó mal fue que fomentaron la grieta, era economía versus salud y ese debate era falso. Se instalaban debates falsos y además falta de ejemplaridad en los dirigentes: mientras se nos morían vecinos y familiares, el Presidente estaba de fiesta o había vacunatorios VIP. Fue un desastre el manejo de la pandemia en la Argentina.

"La economía del siglo 21 es la educación, la innovación, vinculada a la producción"

En esta recorrida por el país ¿va elaborando un plan para la Argentina en caso que la política lo lleve a la presidencia de la Nación?

 Hace años que tengo mi visión de la Argentina. Mi rol en esta etapa es básicamente de tratar con empatía de decirle a la sociedad, que millones de voces nos tenemos que fusionar. Porque si lo hacemos y pedimos encarar el progreso, lo vamos a lograr. Mi visión del país tiene que ver con lo que llamo la revolución del conocimiento. La economía del mundo hoy se basa no en los recursos naturales, sino en la capacidad de los seres humanos, de generar cosas nuevas. Hoy, la economía del siglo 21 es la educación, la innovación, la ciencia, la tecnología, vinculada a la producción. La Argentina tiene que tener una visión estratégica que requiere una inserción inteligente en el mundo, ejemplaridad en dirigentes, cohesión social, racionalidad económica, inversión en educación, ciencia y tecnología, vinculado con la producción. El país podría tener gran parte de la economía basada en recursos naturales y en el valor agregado y gran parte en ciencias de la salud, nanotecnología, software, etc. Con esta visión de país, en diez años, podemos ser el doble de ricos.


El neurocientífico y diputado nacional por la UCR Facundo Manes sostuvo que se involucró en política porque "estos tiempos requieren que no seamos espectadores, que seamos protagonistas, se lo digo a todos los argentinos: . Es hora de imaginar un nuevo país, explicar un nuevo país y hacer un nuevo país".

Ud viene hablando del nuevo radicalismo, pero ¿en qué es nuevo, en ideas, en proyectos?

Estoy trabajando con mucha gente para un nuevo radicalismo porque estoy convencido y lo dije cuando acepté la candidatura en la provincia de Buenos Aires desde el radicalismo, pero con una fuerza que excedía al radicalismo e incluía al peronismo, al PRO, gente de la sociedad civil, el progresismo. Los partidos políticos no tienen el derecho divino de existir para siempre si no se renuevan, si no incorporan nueva gente, si no se adaptan a los desafíos de la actualidad y si no quieren ganar una elección, si no tienen vocación de poder. Lo que estoy viendo en todo el país es un radicalismo que tiene vocación de gobernar el año que viene la presidencia de la Nación. Hay un radicalismo que quiere una epopeya como fue la que impulsó Raúl Alfonsín, convocando a todos los argentinos por fuera del radicalismo, el último salto civilizatorio que tuvo la Argentina. Porque antes de los 80 se resolvían los problemas políticos sociales y económicos con violencia. Después con la democracia, tenemos problemas sociales, políticos y económicos, pero en el marco democrático. Hoy, necesitamos un nuevo marco civilizatorio hacia la modernidad, con políticas a largo plazo y una idea que excede a Cambiemos. No podemos ir a la presidencial 2023 con lo que se perdió en 2019. Hay que ampliar la base de sustentación. Ese nuevo radicalismo, va a tratar de incorporar a los sectores populares porque el radicalismo es popular o no es nada.

¿Estos viajes al interior del país tienen que ver con su deseo de ser Presidente?

Tengo la convicción y la determinación y estaré hasta el final en la construcción de este espacio que convoque a la mayoría de los argentinos para transformar la Argentina. No solo para ganar la elección, porque en el 2015 se hizo una alianza para ganarle al kirchnerismo, pero no fue una alianza de un acuerdo programático y nos fue mal. En el 2019 se hizo una alianza para ganarle a macrismo y no tuvo un acuerdo de ideas y les está yendo muy mal. El que yo esté acá es contribuyendo hasta el final para una alianza de una gran oposición para no solo ganar la próxima elección presidencial, sino para cambiar la Argentina.
¿Cuál es la mirada suya sobre el presente, sobre la Argentina de hoy?

Estamos con el alma rota, si me preguntan cómo está la Argentina, está con el alma rota, los argentinos estamos tristes, estamos apáticos, estamos como con los brazos caídos. Por eso el principal desafío de un líder es tratar de convertir la resignación en esperanza, hoy estamos quebrados por dentro, entonces a una persona que está quebrada por dentro no se le puede pedir que produzca. Hoy el argentino está resignado, el mayor desafío que tenemos es transformar esa depresión, esa resignación en esperanza.

¿Ese quiebre, a qué lo atribuye?

La pandemia, más 40 años desde la democracia hasta acá de una dirigencia que no nos dio progreso, bienestar. Nosotros como sociedad, por suerte, rompimos con las dictaduras en los 80s por Malvinas. Si no hubiese sido por Malvinas, quizá los militares gobernaban por más tiempo. Si bien recuperamos el marco democrático, fallamos en darle prosperidad a la Argentina. Quizá, sin la pandemia, esto hubiese seguido. La pandemia siempre cambia la mentalidad de la época y nos da la oportunidad de pensar en grande y cambiar.

Según su punto de vista científico y político ¿cómo se manejó la pandemia en la Argentina?

Un desastre, en términos de vacuna. Primero estuvimos sin vacunas por ideología. Después cuando tuvimos las vacunas hubo problemas de distribución, luego muertes por millón de habitantes, tercero un país pobre como la Argentina, estuvo con una economía cerrada. Cuarto, en educación un año y medio sin clases presenciales va a tener un efecto de décadas. Otro tema que también se manejó mal fue que fomentaron la grieta, era economía versus salud y ese debate era falso. Se instalaban debates falsos y además falta de ejemplaridad en los dirigentes: mientras se nos morían vecinos y familiares, el Presidente estaba de fiesta o había vacunatorios VIP. Fue un desastre el manejo de la pandemia en la Argentina.

"La economía del siglo 21 es la educación, la innovación, vinculada a la producción"

En esta recorrida por el país ¿va elaborando un plan para la Argentina en caso que la política lo lleve a la presidencia de la Nación?

 Hace años que tengo mi visión de la Argentina. Mi rol en esta etapa es básicamente de tratar con empatía de decirle a la sociedad, que millones de voces nos tenemos que fusionar. Porque si lo hacemos y pedimos encarar el progreso, lo vamos a lograr. Mi visión del país tiene que ver con lo que llamo la revolución del conocimiento. La economía del mundo hoy se basa no en los recursos naturales, sino en la capacidad de los seres humanos, de generar cosas nuevas. Hoy, la economía del siglo 21 es la educación, la innovación, la ciencia, la tecnología, vinculada a la producción. La Argentina tiene que tener una visión estratégica que requiere una inserción inteligente en el mundo, ejemplaridad en dirigentes, cohesión social, racionalidad económica, inversión en educación, ciencia y tecnología, vinculado con la producción. El país podría tener gran parte de la economía basada en recursos naturales y en el valor agregado y gran parte en ciencias de la salud, nanotecnología, software, etc. Con esta visión de país, en diez años, podemos ser el doble de ricos. 

 

 

 



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