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3 de junio de 2015

El modelo exportador: en crisis por dólar barato

La "pax cambiaria" que impulsa el BCRA dinamita la rentabilidad de un amplio espectro de actividades agropecuarias. Productores de vino, tabaco, aceite, yerba, frutas y hasta de maíz y trigo exportan menos y el país retrocede en el ranking de proveedores de alimentos.

El problema que afecta a los productores y también al Gobierno, que depende del flujo de “sojadólares”, es la fuerte caída del precio del “yuyito”, que actualmente cuesta casi u$s200 menos por tonelada que el año pasado.  


Pero a esta contracción del 35% se suma otra variable clave: el atraso cambiario, que hace que cada dólar liquidado rinda menos en términos de moneda local. Esta coyuntura está empujando a más ruralistas a “sentarse” sobre la cosecha, a la espera de que, tras la llegada de un nuevo Gobierno, sobrevenga una posible corrección del billete verde, tal como vienen pregonando diversas consultoras privadas. 
 

Según Economía & Regiones, la combinación de un tipo de cambio que avanza de a centavos, un excepcional aumento de la presión tributaria y la inflación de costos genera que hoy la actividad agrícola "tenga una competitividad efectiva incluso más baja que la que exhibía en 2001”, pese a que el precio de la tonelada de soja está casi 135% por encima del valor de hace 14 años. 
 

Desde la consultora alertaron que "si el sector agroexportador, que es el más dinámico de nuestra economía, ha perdido rentabilidad y capacidad para hacer negocios, mucho peor es la situación de las economías regionales, cuyo nivel de actividad y empleo se encuentran en una situación incluso más delicada que en los últimos tiempos de la convertibilidad”. 
 

Así, mientras se da la “pulseada” entre las cerealeras y el BCRA por los dólares de la cosecha, por detrás hay todo un entramado de emprendimientos pequeños y medianos que están padeciendo la actual "pax cambiaria". 
 

Prueba de ello es que, en contraste con el buen clima que se vive en la city porteña, ayer se dio a conocer un dato que generó aun más preocupación en el sector agroexportador: los envíos a Brasil de productos albicelestes se desplomaron casi 25% en mayo y ya sumaron 20 meses consecutivos de baja. 

"Víctimas" del atraso del dólar
Productores de azúcar, vinos, conservas, aceite de oliva, aceitunas, frutas, cítricos, dulces, lácteos, carnes y tabaco –por nombrar algunas de las actividades más representativas, están padeciendo, por igual, caídas en los niveles de producción y caídas generalizadas de sus ventas al mundo. 
"El continuo aumento de los costos internos, la excesiva presión tributaria a nivel nacional, provincial y municipal, la caída generalizada de los precios externos y la devaluación de las monedas de países como Brasil y Rusia son algunos de los factores que inciden negativamente en la rentabilidad de las economías regionales”, advirtió Mercedes Nimo, directora ejecutiva de la Coordinadora de las Industrias de Productores Alimenticios (COPAL), entidad que acaba de presentar ante el Senado un detallado informe sobre la realidad que atraviesan estos sectores. 

 

Según la COPAL, en 2014 las economías regionales generaron exportaciones por u$s12.100 millones, unos u$s800 millones menos que en 2013, lo que implicó una caída de más del 6%. 
Si el comparativo se traza respecto a 2011, la contracción fue mayor: estas ramas de actividad dejaron de generar ventas al mundo por casi u$s1.700 millones, agravando así el problema de la escasez de divisas. 
Según datos de la entidad,  2014 fue un año particularmente adverso para muchos de estos sectores productivos, que sufrieron fuertes desplomes en sus ventas al mundo. 

 

Las exportaciones de azúcar, por ejemplo, se derrumbaron un 70%; las de conservas de frutas cayeron un 60%, en tanto que los envíos de aceite de oliva experimentaron una baja de casi el 45%, sólo por nombrar algunos de los productos más representativos de las economías regionales 
Estas bajas generalizadas, que también se hicieron extensivas a otros rubros estratégicos, tales como carne aviar, vinos, tabaco y yerba mate, determinaron que las empresas locales fueran perdiendo protagonismo como proveedores de alimentos al mundo. 

 

Según la COPAL, en 2013 la Argentina se ubicaba en el puesto número 11 dentro de los principales comercializadores de alimentos y bebidas a nivel internacional, por detrás de Brasil, Bélgica e Italia. 
Sin embargo, la pérdida de competitividad trajo como consecuencia que el país retrocediera al peldaño 14 a nivel global. 
Pero, más allá del impacto estadístico, lo que más preocupa a la COPAL es que este repliegue de la Argentina en las “góndolas” del mundo trae como consecuencia una caída en los niveles de empleo y un menor “efecto derrame” sobre las ciudades del interior. 

 

Según el economista Jorge Day, de Fundación Mediterránea, las exportaciones regionales –que exhiben fuertes caídas- muestran “el lado oscuro de la política de atraso cambiario”, que afecta cada vez más a un abanico más amplio de ramas de actividad. 
 

• Carne: fuera del top 10
Hasta el año 2009, la Argentina tenía un rol protagónico en el mercado mundial de la carne vacuna. De hecho, llegó a ubicarse como el cuarto mayor proveedor a nivel global, sólo siendo superada por verdaderos gigantes de la industria como Brasil, Australia y EE.UU. 
Sin embargo, a partir de ese año, cuando la inflación comenzó a acelerarse, el entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, avanzó con el cierre de las exportaciones y con una fuerte intervención sobre toda la cadena para “inundar” el mercado interno y forzar los precios a la baja. 

 

Las consecuencias, fueron casi inmediatas: según la Cámara de la Industria de la Carne (Ciccra), desde 2008 hasta la actualidad cerraron unos 150 frigoríficos y los envíos al mundo se desplomaron. 
Actualmente, según el último relevamiento del Ministerio de Agricultura de los EE.UU., la Argentina ni siquiera figura entre los 11 principales exportadores, habiendo sido superada por países que hasta hace pocos años no tenían tradición en el mercado de carnes, como México o Bielorrusia

 

Desde CICCRA advirtieron que, “si no mejora el tipo de cambio efectivo para la industria y la Argentina sigue perdiendo competitividad”, entonces se producirán “nuevos cierres de frigoríficos exportadores”. 
 

• Trigo y maíz: más abajo en el ranking
Con el objetivo de contener la suba de precios, el Gobierno aplicó al mercado de cereales una "receta" similar a la que implementó en el negocio de la carne: limitó las exportaciones y fijó un esquema de cupos para garantizar un alto nivel de stock y así satisfacer la demanda interna. 
El presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Raúl Meroi, advirtió que la situación que atraviesa la producción de cereales “es sombría". 

 

Según el directivo, las limitaciones a las ventas al mundo de maíz y trigo, fijadas desde 2006, “motivaron un grave desequilibrio. Los efectos de esta perniciosa regulación determinaron una reducción drástica del área sembrada y una acelerada concentración del negocio casi en un único cultivo. Así, la sojización hoy conspira contra la sustentabilidad de la agricultura”. 


Respecto del trigo, en 2008, cuando recién comenzaban a instrumentarse las restricciones, la Argentina todavía ocupaba el puesto número cinco entre los mayores exportadores, con un share de casi 9 puntos del comercio global. 
 

En la actualidad, en cambio, el país retrocedió hasta el décimo lugar, con un volumen de trigo que ni siquiera representa el 1% de las exportaciones mundiales
 

En el caso del maíz, la pérdida de protagonismo de la Argentina como proveedora también se hizo evidente: en 2008, el país ocupaba el segundo lugar, siendo sólo superado por los EE.UU. 
 

Sin embargo, la política de “vivir con lo nuestro” llevó a que se redujeran las ventas al mundo y que se retrocediera al cuarto puesto, resignando seis puntos de share en el concierto mundial 
 

• Frutas: pérdidas millonarias 
Según el documento de la COPAL, el incremento de costos y los bajos precios, generaron que más del 20% de la producción de peras y manzanas no se coseche.
De modo que, en el granero del mundo, unos 200 millones de kilos de fruta se terminaron perdiendo. 

 

Desde la entidad advierten que, por esta situación, hay empresas empacadoras y exportadoras de frutas “con problemas para el pago de sueldos”. 
En diálogo con Marcelo Loyarte, director de la Cámara Argentina de Fruticultores (CAFI), afirmó que “las ventas al mundo de peras y manzanas acumulan una caída cercana al 30% durante el primer trimestre”. 
Algunas de las causas son el cierre momentáneo del mercado brasileño –por temas fitosanitarios- y la devaluación de la moneda de Rusia, que suelen adquirir el 50% de las exportaciones totales. 

 

Pero también –advirtió el directivo- “estamos sufriendo por la fenomenal suba de costos, que se incrementaron un 27% en dólares el último año”. 
 

En este contexto, desde CAFI alertaron que, de mantenerse este escenario, estos productores resignarán al menos u$s200 millones. 


• Industria olivícola: derrumbe exportador
Según el relevamiento de la COPAL, en el último año la producción de aceite de oliva alcanzó las 19.000 toneladas, lo que implicó un desplome de casi 35% frente a los niveles de 2013. 
Sin embargo, el atraso cambiario y la fuerte suba de costos determinaron que las exportaciones sufrieran una caída incluso más profunda: las ventas al mundo totalizaron menos de u$s44 millones, marcando un derrumbe cercano al 45% respecto a la campaña anterior 

 

Hermenegildo Pini, miembro del Consorcio Regional de Experimentación Agrícola (CREA) de La Rioja, advirtió que “la situación es muy delicada para los productores de aceitunas que, en el mejor de los casos, están saliendo hechos. En lo que es aceite de oliva, la menor competitividad está llevando a una fuerte caída de las exportaciones y esto genera que se estén empezando a abandonar las fincas menos productivas, especialmente en Catamarca”. 


• Vino: más bodegas en venta
Desde E&R aseguraron que “la industria vitivinícola es un caso paradigmático del deterioro de las economías regionales”, con caídas en prácticamente todos los indicadores. 
 

El año pasado, por ejemplo, la cosecha de uvas se redujo casi 10%, en tanto que las exportaciones de vino descendieron 16% en términos de volumen y un 4% en divisas, marcando dos años consecutivos con tasas de variación negativas. 
 

Desde la consultora chilena AndesWines advirtieron que “en la Argentina, el número de bodegas a la venta está en franco aumento”. 
“Existe un importante número de empresas de propiedad de extranjeros que no residen en el país que comenzaron a evaluar poner en venta sus propiedades debido al sobrestock de botellas. Esto, además, llevó a que comenzaran a optar por vender la uva en vez de embotellarla”, señala el informe. 

 

“En el caso de zonas como Catamarca, Salta, San Juan, Mendoza y Río Negro sin distinción, un alto número de inversionistas dueños de bodegas están evaluando cómo seguir adelante con sus negocios. El desafío de mantener las operaciones funcionando se hace complicado con el aumento de los costos, tanto de los insumos como de la mano de obra”, completaron desde AndesWines. 
 

• Azúcar: sobreproducción y precios débiles 
El informe de la COPAL también advierte sobre la preocupante situación que atraviesan los ingenios azucareros. 

Tras un desplome del precio internacional del 51%, las empresas del sector además padecieron "fuertes incrementos de costos laborales, ausencia de financiamiento y excedentes de entre el 20% y 40% de la producción en las últimas cuatro zafras". 

Para agravar el panorama, en 2014 fue una de las economías regionales que lideró el desplome exportador, con una fuerte caída de casi 70% en los envíos al mundo. 

Pese al atraso cambiario y a la suba de costos, el "yuyito" sigue expandiendo sus fronteras. De hecho, este año el país volverá a ubicarse como el mayor exportador de harina y aceite de soja del mundo, en tanto que mantendrá el tercer lugar entre los principales comercializadores de porotos. 

Sin embargo, por detrás de esta materia prima, tal como quedó en evidencia, hay un gran entramado de actividades productivas en retirada.

Así, mientras la Argentina pierde peso como "supermercado" de alimentos con valor agregado, año tras año reafirma su rol de proveedora de soja y derivados. 

Fuente: Elaborado con informe aportado por Cámaras y Agencias de Economía y Mercado



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