1 de julio de 2015
Kicillof aseguró que Scioli es garantía de continuidad
Más de 400 empresarios dijeron presente al almuerzo que organizó el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICYP), liderado por Eduardo Eurnekian.
El salón Versailles del hotel Alvear estaba repleto. A la espera del discurso del ministro, se duplicó la cantidad de asistentes que suelen llegar a estas reuniones mensuales, y los organizadores tuvieron que utilizar una sección anexa del salón. Lo que más sorprendió fue la presencia de los número uno de las principales compañías del país. "Es la primera vez que vengo", admitió Isela Costantini, la CEO de General Motors.
Eduardo Elzstain, de IRSA, Alejandro Bulgheroni, de Pan American Energy y Adrián Werthein, de Telecom, también formaron parte del arco de empresarios top que asistió parpara escuchar al precandidato a diputado nacional. Una exposición de poco más de una hora dejó algunas cuestiones en claro: Kicillof apostó a que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, "probablemente gane" las elecciones presidenciales, y si es así, será la garantía de continuidad en la política económica de cara a 2016.
Kcillof fue invitado a exponer en un nuevo encuentro del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICYP), que lidera el empresario Eduardo Eurnekian, en un almuerzo al que asisten unos 400 empresarios que, dijo el ministro reconociendo que tal vez era “un prejuicio”, “muchos no son kirchneristas”.
Tras la presentación de Eurnekian, Kicillof anticipó que su alocución no sería breve. Explicó que le ofrecieron hablar después del almuerzo pero que él prefería hacerlo mientras el resto comía, para que no se hiciera demasiado larga la espera. “Va a ser una especie de cena show al mediodía”, anunció su propia presentación como si fuera un stand-up. “Me voy a extender porque me dieron la venia y soy el único orador y lo voy a hacer mientras ustedes comen”, agregó. Su PowerPoint, que reconoció que no podrá mostrar íntegro, tiene 104 filminas.
“Llevamos 12 años y (esto) no tiene precedentes en la historia argentina. Estamos cerrando una tercera Presidencia consecutiva con una fuerza política del mismo signo y probablemente lo podamos alargar con otro presidente del mismo signo, las mismas ideas (…) Estamos planteando un modelo para la Argentina de largo plazo (y) pensamos seguir haciendo más o menos lo mismo”, ratificó.
En esa línea, el ministro resaltó que el “primer objetivo” del Gobierno “es el crecimiento”, pero “con inclusión social”.
Y antes de insistir en que “cuando la presidenta (Cristina Kirchner) dice que la política está por delante de la economía es que las decisiones económicas vienen de la política” dijo que el kirchnerismo “no se casa con instrumentos”, a diferencia de los que calificó como “economistas dogmáticos ortodoxos” que “tienen siempre la misma cantinela”.
“Son dogmáticos de los instrumentos: hay un plan económico de la ortodoxia económica, de la derecha, que es el mismo en todos los países, lo conocemos todos muy bien y se aplica a todas las circunstancias, la Argentina del Golpe de Estado de 1976, de los 80, de los 90, hoy a los países económicos débiles. Y no puede ser (…) Te dicen ‘emisión, déficit, inflación’, y ‘pum’, paquete liberal. Pero ese paquete no va andar en la Argentina, como no va a andar en los países periféricos” como Grecia dijo en medio de una diatriba en la que incluyó también al FMI.
Por eso, sostuvo, muchos hechos que para los economistas que no están alineados con el Gobierno son “contradicciones”, en realidad no lo son. “No nos movemos por políticas sino por objetivos, lo cual da muchísima más flexibilidad. Me río cuando nos hablan de contradicciones”.
En ese marco, aseguró que el proyecto del kirchnerismo “es el de reindustrializar el país” que, acusó, “no son las tres pavadas que tiran los economistas mediáticos. Ningún país que lo haya hecho lo hizo sin una fuerte intervención del Estado”.
Kicillof también se refirió a la situación económica internacional –entre otras cosas, para rechazar la teoría del crecimiento con “viento de cola”-, a la que definió como “grave” y en torno a la cual dijo que ya hay “signos de que la crisis puede estar viniendo” para los países en vías de desarrollo, como la baja en los precios de commodities y el “flight to quality” que, según él, sin las políticas adecuadas van a generar “fuga de capitales, apreciación del dólar y crisis en muchos de los emergentes”.
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